jueves, 25 de febrero de 2010

BIZCOBOLAS SUPERCHOCOLATE

Hace unos días, me llegó un mail de una chica que se llama Susana diciéndome que había hecho unas bizcobolas, y que no le habían salido del todo bien.

Como tenía aún un súper muffin de chocolate y nueces (podéis ver la receta pinchando aquí) , pensé en hacer unas con un pequeño paso a paso, y que sus niños Izan y Sara puedan disfrutar de estas maravillas. Espero que ahora salgan perfectas!
Los ingredientes pueden ser variados, como base podemos usar bizcocho, magdalenas, muffins,... y como "aglutinante" podemos usar queso de untar, leche condensada, petit suisse de cualquier sabor,....
Yo las hice así:
Ingredientes:
- un muffin superchocolate (Dan Lepard)
- queso de untar, una cucharada grande
- chocolate de cobertura (utilicé Nestlé)
- chocolate de cobertura blanco (utilicé Valor)

Para adornar: chocolate, fideos de colores o chocolate, figuritas de azúcar, sal maldon,...


Lo primero que tenemos que hacer es desmigar el muffin (era enorme, si son pequeños es mejor hacer más cantidad).

Añadimos queso cremoso (hay que ir viendo, dependerá de la cantidad de bizcocho que utilicemos), y removemos hasta que esté totalmente integrado.
Hacemos bolitas con la masa, y las vamos poniendo en un plato o algún recipiente en el que no se toquen y las podamos meter en la nevera.
Esta vez dejé la masa más durita que la anterior vez que las hice (las pink power, podéis verlas aquí). La verdad es que fueron mucho más fáciles de manejar, e incluso de comer, un poco más compactas pero igual de sabrosas. Pero nada secas, eh?
Una vez están todas las bolitas formadas, las metemos en la nevera, yo las metí una media hora, si es en verano estarán más calientes y habrá que meterlas un ratito más, sobre una hora.
Para bañarlas, fundimos chocolate de cobertura (yo siempre lo hago al baño maría, es más fácil de controlar y nunca se quema).

Como por dentro iban a quedar muy oscuras, pensé en bañarlas de chocolate blanco. No sé si es que el chocolate blanco y yo no nos llevamos bien o qué pasa, pero cuando lo fundí se hizo una pasta con la que era imposible bañar nada de nada.

Añadí un poco de mantequilla y un chorrito de nata, hasta que quedó con consistencia lo suficientemente líquida para bañar las bolitas (aunque estaba demasiado espesa todavía, pero tenía miedo de que luego no se pusiese duro al enfriar)
Con dos cucharas, fui pasando la mitad de las bolitas, y poniéndolas sobre papel de hornear.

La otra mitad de las bizcobolas las bañé con chocolate de cobertura normal, y quedaron mucho mejor. Lo derretí también al baño maría, y pasé una por una, como con la otra cobertura.

Es una pena que al enfriar se les vaya el brillo (habría que templar el chocolate para que no lo perdiese)En cuanto el chocolate se ponga un poco duro, cortamos los bordes sobrantes con un cuchillo. Si esperamos a que esté cuajado del todo luego corremos el riesgo de que estalle y se rompa demasiado.

Decoramos con lo que queramos (pueden ser figuritas de azúcar, hilillos de chocolate, fideos, etc...), y si queremos las ponemos en capsulitas de trufas o magdalenas, para que queden más monas.

La cobertura de chocolate blanco al principio estaba un poco blanda. En cuanto pasaron unas horas mejoró bastante, pero no quedó ni parecida a la de chocolate.

A algunas les puse un poco de sal maldon, el contraste con el chocolate me gusta mucho.

Las fotos las saqué al ratito de hacerlas, en cuando endurecieron, por eso las de cobertura blanca aún no están del todo perfectas... pero no podía esperar!
La cobertura de chocolate queda muy crujiente, además en invierno no hay que meterla en la nevera ni nada, queda perfecta a temperatura ambiente.
Cogemos la que más nos guste... y a disfrutarlas!

viernes, 19 de febrero de 2010

MUFFINS DE CHOCOLATE DE DAN LEPARD

Creo que ya lo he puesto alguna vez, no soy muy de cosas de chocolate, pero cuando vi estos muffins en el blog de Clemenvilla (Bocados de cielo) supe que los iba a tener que hacer, me tuvieron buenísima pinta, y no me equivoqué!
Además, en su blog tenéis un paso a paso de cómo hacer los moldes de papel de regalo, son muy fáciles y como véis quedan muy bien. Era otra de las cosas que tenía pendientes, y a partir de ahora los haré a menudo.
Yo los hice en unas flaneras individuales, y como sólo tengo 6, tuve que hacer el resto en moldes de magdalena, por eso hay de los dos tipos.

Los muffins hechos en flanera quedaron enormes... gigantescos, diría yo! De película total!

Podéis ver los muffins también en el blog de Laura, Tentaciones. Al igual que Clemenvilla, tiene cosas espectaculares, me encanta visitarlas.

A ver quien se niega a hacerlos con estos dos antecedentes!

Ingredientes:
- 50 gr de maizena
- 3 cucharadas soperas de cacao puro
- 100 gr de azúcar moreno
- 100 gr de azúcar blanco
- 225 ml de agua
- 75 gr de mantequilla
- 75 gr de aceite de girasol
- 125 gr de chocolate (60-77% de cacao)
- 2 huevos
-125 gr de harina
- 2,5 cucharadas de café de levadura química Royal

Podemos añadir nueces, pepitas de chocolate,...

El procedimiento es muy sencillo:

En un cazo mezclamos el agua, el cacao, la maizena, "los azúcares". Lo ponemos a fuego medio hasta que hierva, removiendo constantemente.
Cuando se forme una crema, retiramos del fuego (yo lo aparté en cuanto empezó a hervir, enseguida se pone cremoso).

Añadimos la mantequilla cortada en dados y los 125 gr de chocolate en trozos. Mezclamos hasta que se deshagan del todo, y si podemos aguantar el olor sin desmayarnos, seguimos con la receta.

Añadimos el aceite y un huevo batido, removemos bien, y añadimos el otro huevo.

Tamizamos la harina y la levadura y la mezclamos con la crema de chocolate.

Añadimos ahora si queremos las nueces picadas y las pepitas de chocolate (yo de todo, por supuesto).
La verdad es que las pepitas pude habérmelas ahorrado, como es todo tan negro y chocolatoso, luego no se notaban.
Eso si, las nueces les quedan genial.
Precalentamos el horno a 175º, y honeamos unos 20-25 minutos (yo para los grandes necesité un poco más de media hora).

Pinchamos con un palillo, y si sale limpio, es que están listos (yo los apago un poco antes de que estén, cuando el palillo sale aún un poco húmedo, acaban de pasarse con el calor residual (no debería poner lo de calor residual otra vez, en una receta lo puse y desde entonces no dejan de meterse conmigo, pero oye, si se llama calor residual, yo que le voy a hacer? ;-)

Al cocerse se forman unas grietitas que dan ganas de lanzarse al vacío...mmm!
Esperamos a que enfríen, y los decoramos (si queremos, claro).
Yo los decoré con una mezcla de nata montada, queso de untar y azúcar (mezclamos el queso con azúcar, y añadimos nata montada removiendo con cuidado para que no se baje). Aguanta bien firme varios días.
Por encima, unos mini smarties, cacao, fideos,... lo que queramos!

Quedan buenísimos, súper oscuros, con un sabor a chocolate muy intenso, esponjositos y húmedo a la vez...una maravilla!

Elegimos el que más nos "llame"...y a disfrutar!

lunes, 15 de febrero de 2010

¡PIZZAS!

La pizza es una de mis comidas favoritas, junto con la pasta, así que en casa la comemos bastante a menudo.

Normalmente hago la masa en casa, se hace súper rápido (eso si, hay que esperar el tiempo necesario para que fermente la levadura y la masa crezca) y queda buenísima.

Esta es la receta que más hago, es la que hacía antes siempre, pero desde que "la red" entró en mi vida, voy probando otras recetas para encontrar la masa de pizza perfecta.

La masa puede congelarse, tanto haciendo una bola como ya estirada, es muy cómodo tener unas bases hechas en el congelador para un día "de antojo".

Ingredientes:
- Masa: es la misma que la de los bollos preñaos, podéis verla pinchando aquí

-"Topping": salsa de tomate, tomate natural, quesos variados, jamón cocido, piña, chorizo, pimiento morrón, champiñones ...

- Orégano, albahaca.


Hacemos la masa, y la dejamos hasta que doble su volumen.

La estiramos (o con rodillo o con las puntas de los dedos, como prefiramos). Si lo hacemos con los dedos, queda con aspecto de "más artesana".

Uso un pequeño cutre-truco para la pizza: una vez que la tengo estirada, le espolvoreo sobre los bordes un poco de pan rallado, no es como usar sémola de trigo pero "da el pego". Lo aprieto un poco con las manos, y queda bastante bien.

Para la pizza tengo una bandeja especial, de esas con agujeros para que ventile y la masa no se quede húmeda, y la verdad es que estoy encantada, quedan mucho mejor.
Esta vez, que hice dos pizzas, estiré la otra sobre papel de hornear y luego la puse en la rejilla del horno, me gusta más que sobre la bandeja.

Ponemos una fina capa de salsa de tomate, unas rodajas muy finas de tomate natural (cuanto más maduro mejor, queda buenísimo), y espolvoreamos orégano y albahaca (opcional).
Encima ponemos lo que prefiramos, yo hice estas dos:
- Una con queso en lonchas, taquitos de jamón cocido, piña, champiñones, queso azul y queso rallado espolvoreado por encima.

- La otra llevaba: queso en lonchas, taquitos de jamón cocido, chorizo casero picante, champiñones, pimiento morrón, y queso rallado.

Las acabo siempre con un poco más de orégano (me encanta) y unos toques de salsa de tomate, cojo una cucharada y la voy repartiendo "lanzándola", una cucharada por pizza.
Para hornearlas, cuando las estiro muy finas (no siempre las hago igual, a veces me apetecen más gorditas y otras veces más finas, será dependiendo de dónde venga el viento, jeje!) las pongo directamente sobre la chapa del horno.

Precaliento a 200º, y cuando está bien caliente, pongo la pizza con la bandeja directamente sobre la chapa. En 5-7 minutos la masa está lista (podemos levantarla un poco con un tenedor para ver como está la base), y la paso al gratinador.

Cuando hago dos, mientras se gratina la primera, pongo la segunda sobre la chapa, es una especie de "cadena", y luego la subo a gratinar.

Se hacen súper rápido, es una maravilla!

Podéis leer un poco más sobre este "método" aquí, en una pizza que publiqué en agosto.

Si queremos que en los bordes queden alveolos, es importante dejar unos bordes grandes, porque si no con el peso no se forman. A mi sólo se me formaron un par, nunca me acuerdo a tiempo de dejar los bordes grandes, tiendo a cubrirlas hasta el borde.
Estas pizzas tan finas es mejor no cargarlas mucho, quedan mejor con poca cantidad de ingredientes (yo en estas me pasé un poco, pero es que con tantos ingredientes por poco que pongas acaba siendo un montón).

Una vez las sacamos de horno, esperamos 5 minutitos para que se enfríen un poco, hay que tener cuidado porque sobre todo cuando llevan tomate natural podemos quemarnos muy fácilmente.
Además, en cuanto pierden un poco de temperatura los sabores son más intensos, no tenemos que concentrarnos en no quemarnos sino en saborear! jajaja!

Cortamos...y a disfrutarla!

miércoles, 10 de febrero de 2010

OREJAS DE CARNAVAL

¡Casi no llego a tiempo! Mi amiga Mónica me pidió hace ya casi un mes que publicase una receta de orejas para poder hacerlas en carnaval, y llego justita justita!
No podía fallarle, creo que es la persona que más recetas ha hecho de las del blog...y las que vendrán!

Es uno de los postres típicos de Galicia en carnaval, yo creo que el que más fama tiene, tal vez porque raramente se hace fuera de estas fechas.
Estos días cuando te vas acercando a una pastelería siempre huele a orejas, ¡es una maravilla!

Es la primera vez que las hago, normalmente en casa las hace mi madre (sólo una vez y siempre en carnaval, para no "cansarnos"), así que como este año estoy lejos, me toca estrenarme a mi.

La receta que suele hacer ella lleva sólo harina, nata, sal y anís, pero investigando otras recetas por la red vi que había un montón de variantes, y me llamó (cómo no) la de pepinho (si pincháis aquí os llevará a su receta) con una modificación: cambié la manteca de cerdo por nata líquida, no tenía manteca casera y preferí cambiarla.

Me llamó muchísimo la atención una cosa: en mi casa desde siempre las orejas tienen forma triangular, son "orejas de burro". Incluso hay gente al freírlas les da forma curvando las puntas de la parte más pequeña del triángulo hacia arriba (lo hice en un par para probar, pero se tarda bastante más en freírlas, hay que aguantarlas un buen rato para que mantengan la forma).
Buscando recetas por internet, vi que prácticamente todo el mundo les da forma de oreja humana...nunca las había visto así! Me hacen mucha gracia, para el año probaré a darles esta forma.
En las pastelerías suelen hacerlas redondas, supongo que por rapidez a la hora de estirarlas y freírlas.

Hice un tercio de la receta de pepinho, y aún así salieron un montón, os recomiendo hacer menos cantidad o por lo menos hacer la masa, guardarla envuelta en un film y freir cada día unas pocas. Os pongo su receta, y entre paréntesis la variación y mis cantidades.

Las orejas suelen ser más finas, que queden casi transparentes al estirarlas con el rodillo, y luego al freirlas quedan crujientes, pero la verdad es que a mi me gustan un poco más gorditas (hay gustos para todo, jeje).

Vamos con la receta, que me lío:

Ingredientes:
- 500 gr de harina (puede necesitarse más) (165 gr)
- 3 huevo batidos (1 ud)
- 150 ml de leche templada (50 ml)
- 100 ml de mantequilla derretida (no caliente) (35ml)
- 25 ml de anís (9 ml)
- 50 ml de manteca de cerdo (yo puse 15 ml de nata líquida)
- ralladura de limón
- sal

Para freír:
- aceite de girasol (abundante)

Para espolvorear:
- azúcar, canela,...

Mezclamos todos los ingredientes (yo empecé con un tenedor en un bol y acabé a mano, en la encimera).

Hacemos una bola, y la recubrimos bien con film. La dejamos reposar unos 30 minutos.
Pasado este tiempo, estiramos la masa (para probar las auténticas orejas hay que dejarlas muy muy finas, como dije antes, casi transparentes).
Podemos hacerlas redondas, con forma de oreja humana, de burro, o como prefiramos.

Normalmente son bastante grandes, las de pastelería más o menos como el tamaño de un plato. Las de mi madre también son bastante grandes, "tamaño madre", seguro que me entendéis ;-).
Yo hice dos tamaños, unas pequeñas y otras minis, prefiero comer varias pequeñitas que sólo una y más grande.
Las freímos en aceite de girasol bien caliente (hinchan un montón).
Hay que ir estirando y friendo, así que si hacéis bastante cantidad os recomiendo "contratar" a un pinche.

Se espolvorean con azúcar glas y/o canela al gusto (les puse sólo azúcar a las grandes, y las dos cosas a las pequeñas).
Se pueden comer calientes o frías, a mi personalmente me gustan más una vez que enfrían.
Es aconsejable comerlas el mismo día que las hacemos, ya se sabe que los fritos no llevan muy bien el paso del tiempo, pero tapadas con un paño se aguantan bastante bien un par de días.

Elegimos la que más nos guste y...a disfrutarlas! Ricas ricas!

lunes, 1 de febrero de 2010

PASTELITOS DE FRESAS CON NATA

Después de tanto salado, ya estaba deseando publicar (y hacer) algo dulce...y aquí está!

Es una receta muy sencilla y muy rápida, muy resultona, está buenísima y es súper bonita..¿o no? No le hace falta abuela, como podéis ver.

El domingo me apetecía hacer algo dulce, pero rápido, así que me acordé de la base de bizcocho de chocolate al microondas que había visto en el blog de Onega, si pinchais en su nombre os llevará hasta su cocina.
La receta original es de Clemenvilla, os dejo también un enlace a su blog.

Con estas cantidades me salieron 4 pastelitos y 3 vasitos que hice con los recortes del bizcocho (que corté en trocitos pequeños), y con el mismo "esquema de montaje".

Ingredientes:
Para la base:
- 2 huevos
- 50 gr de azúcar
- 35 gr de harina de trigo
- 15 gr de cacao puro 100%

Para el almíbar:
- ron
- agua
-azúcar

Para el "relleno"
- 100 ml de nata para montar
- 100 gr de queso crema (tipo philadelphia)
- 3 cucharadas de azúcar
- 200 gr de fresas

Para decorar:
- 4 fresas enteras
- chocolate de cobertura (25gr)
- nata ( 25 ml)

Empezamos haciendo el bizcocho:
Batimos los huevos (que estarán a temperatura ambiente) con el azúcar hasta que doblen su volumen (mucho más fácil si es con varilla eléctrica).

Añadimos la harina y el cacao tamizados (yo no tenía cacao, así que usé el típico cacao de desayuno y merienda....)
Con el cacao puro queda mucho más bonito de color, más oscurito, y seguro que también de sabor y textura, lo probaré para la siguente vez.

Removemos hasta que la masa esté bien homogénea, y lo volcamos en un molde que pueda ir al microondas. Yo usé uno redondo de 23 cm.
Lo pondremos unos 3 minutos a 800w, y cuando acabe el tiempo probamos a ver si está pasado, aplastándolo con el dedo para ver si está "tiesito". El mío en este tiempo quedó perfecto.

Dejamos que enfríe, y lo cortamos con un cortapastas o un vaso (yo usé un cortapastas redondo, de 5 cm de diámetro, pero puede ser de cualquier forma, o incluso hacer una tarta más grande sin cortar la base.
Mientras va enfriando, hacemos un almíbar para bañar las bases. Ponemos a cocer a partes iguales ron, agua y azúcar, y removemos para que vaya reduciendo. Cuando empiece a espesar, apagamos y dejamos enfriar totalmente.

Cortamos las fresas en trocitos pequeños, y le añadimos unas cucharadas del almíbar para que vayan macerando.
Para las fresas de decoración, fundimos al baño maría o al microondas 50 gr de chocolate de cobertura (de postres) con la nata, y vamos pasando las fresas que habremos secado bien después de lavarlas. No les quitamos las hojas, para que queden más bonitas.
Yo para que quedasen bien redonditas, las pinché con un palillo y las fui pinchando en un plátano, para no tener que apoyarlas, como podéis ver en la foto pequeñita.
Eso si, el plátano luego hay que comérselo pronto, pero es muy cómodo.

Dejamos que el chocolate endurezca, mejor fuera de la nevera para que no se empañe (yo metí los pastelitos montados en la nevera, por eso sale el chocolate sin brillo, para la próxima la decoración la pondré en el último momento, sin ir a la nevera)
Mezclamos el queso con el azúcar, removiendo bien. Montamos la nata, y vamos incorporando el queso poco a poco, para que no se baje . Removemos con cuidado (yo lo hice con unas varillas) hasta que esté bien mezclado.
Lo de mezclar la nata con el queso es para conseguir que no se baje con el paso de las horas, ni suelte suero. Se aguanta por lo menos un par de días perfecta.

Ya está todo listo! Parece que es un poco largo, pero son pasos que no nos llevan nada.

Ponemos la base de bizcocho, y calamos con el almíbar (yo usé del normal y del de macerar las fresas).
Con una manga pastelera con boquilla estrellada (o sin manga, pero así quedan más monos), ponemos una capa de nata, otra de fresas, otra de nata y por fin la fresa de decoración...y a morir de placer!