Hola! Hoy os traigo mi primera receta (publicada) con fondant. Pongo lo de publicada porque antes de esta tarta hice dos intentos, un huevo de pascua y una tableta de chocolate, pero no me animé a enseñároslas.
Esta sí, el sábado celebramos en cumple de mi padre (70, todo un chaval), y quería compartirla con vosotros.
Mi padre, aunque ahora está jubilado, era carpintero, así que se me ocurrió hacerle una tarta con forma de serrucho.
Como en el cumple íbamos a ser 17, el serrucho tendría que ser bastante grande para que llegase para todos, así que pensé en hacer el trozo de madera, y además así aprovechar para hacer distinto el relleno de cada una.
Al final, como siempre pasa en estos casos, sobró un montón. Para que os hagáis una idea del tamaño, la base era de 35x45 cm.
No sabría decir si la experiencia con el fondant fue buena o mala. Supongo (y espero) que una vez que se coje práctica es más fácil de manejar (y que quedará mejor, este el pobre quedó regularcillo)
La tarta quedó graciosa, pero nada que ver con la perfección de la mayoría de las que circulan por la red.
Me quedó con acné juvenil, además de otras muuuchas imperfecciones que espero ir solucionando en las siguientes tartas (Por supuesto no pretendía que me quedase perfecta al tercer intento, eh)
En general estoy contenta con el resultado, aunque he de decir que le dediqué un montón de horas.
Así que esta entrada va a ser breve, la mayoría de la gente que me leéis sabéis más que yo sobre el fondant, y el resto, si quiere aprender sobre el, mejor que aprenda de las grandes maestras: morgana (pìnchando en su nombre os llevará a un estupendo paso a paso de cómo hacer fondant de nubes), megasilvita, mi admirada bakerella, y sobre todo os recomiendo leer de principio a fin este post de MR. Os recomiendo ver también vídeos en YouTube sobre el fondant, aunque estén en inglés es muy útil ver como se "forran" las tartas.
El fondant puede comprarse hecho o hacerlo en casa.
Yo lo hice. Los ingredientes son muy básicos, pueden encontrarse en cualquier sitio: nubes (golosinas) y azúcar glas (tiene que ser comprado, para que el polvo sea muy fino, no puede ser hecho en casa).
Ingredientes:
Bizchocho: utilicé la misma receta que en esta tarta (es un bizcocho de yogur normal en el que se sustituye un vasito de harina de trigo por uno de almendra molida).
Relleno:
- crema pastelera
- chocolate de cobertura mezclado con crema de orujo
- mermelada de fresa
Almíbar (a cantidades iguales):
- agua
- azúcar
- ron
Para el fondant:
- nubes
- azúcar glas (el doble de peso que las nubes)
- unas gotas de agua
- cacao en polvo (para el mango del serrucho)
- colorante en gel
Para la corteza del tronco:
- chocolate de cobertura
- crema de orujo
Si os animáis a hacer una tarta de estas, os recomiendo no hacer todos los pasos en un día.
Yo hice los bizcochos un día, y al día siquiente el resto. El proceso es un poco largo (bizcochos, rellenos, fondant,... y el tiempo necesario entre ellos, claro)
Hacemos el bizcocho (tiene que ser bastante consistente, que aguante bien el peso que le pongamos encima) y lo dejamos enfriar sobre una rejilla.
Cuando está frío, lo partimos (utilicé una especie de "sierra" que viene en un kit muy baratito del ikea, es una especie de arco de metal con un hilo muy fino de acero, se consiguen unas lonchas superfinas y perfectas de bizcocho) en las capas que queramos, en mi caso 3.
Lo calamos con el almíbar (agua, azúar y ron a partes iguales al fuego hasta que reduzca un poco), y lo rellenamos con lo que más nos guste.
Yo rellené uno con crema pastelera y mermelada casera de fresa, y el otro con crema pastelera y una mezcla de chocolate de cobertura y crema de orujo.
En principio el fondant no puede ir a la nevera, pero como se preveía que la temperatura iba a ser de 30º (que se superaron), yo me arriesgué y la metí (por eso la rellené con crema pastelera, si no se mete en la nevera hay que hacerla con otro tipo de relleno que no se estropee a temperatura ambiente (chocolate, mermelada, nocilla,...)
Una vez están los bizcochos rellenos, ya están listos para empezar con el fondant.
Como antes puse, se hace con nubes y azúcar glass. En principio la receta es muy sencilla: se derriten las nubes (les ponemos unas gotitas de auga) en el microondas a baja potencia, removiendo cada poco, para que no se quemen.
Cuando están derretidas, añadimos el colorante (opcional) y vamos añadiendo poco a poco el doble de peso de azúcar glas que de nubes.
La mezcla es muy muy MUY pegajosa. Poco a poco, según vamos añadiendo el azúcar, se va haciendo más manejable, así que os recomiendo no tocarlo con las manos hasta que veamos que casi no pega.
Yo hice el proceso 3 veces, una para cada color (la madera del tronco, y la hoja y el mango del serrucho)
Menos mal que dije que la receta iba a ser breve...
Bueno, pues cuando tenemos el fondant "a punto", lo estiramos con un rodillo (necesitaremos espolvorear con azúcar glas o maizena la superficie de trabajo y el rodillo).
Para "pegar" el fondant a la tarta, necesitamos algo para poner entre el bizcocho y el fondant (puede ser chocolate, dulce de leche, nocilla,...)
Cubrimos bien el bizcocho con lo que hayamos elegido como pegamento, y con cuidado ponemos el fondant encima, y lo vamos adeptando a las superficies de la tarta.
La pieza de madera es un bizchocho redondo, pero el serrucho (como os podéis imaginar), tuve que tallarlo.
Partí de un bizcocho rectangular, y corté la forma muy simplificada. Despues de rellenar esa forma sencilla, tallé los detalles (los dientes de la hoja, el mango,...)
Para hacer el efecto de los círculos de la madera, teñí el fondant de dos tonos diferentes (uno más claro que el otro). Hice unos churritos finos, y los fui haciendo circulitos concéntricos. Cuando acabé "la masa", estiré con el rodillo, para que quedase bien planito, y el fondant de los dos colores se uniese.
Luego, para acentuar un poco más el efecto, lo pinté con colorante diluído en ron (es importante no diluírlos en agua, que estropea en fondant)
La corteza la hice con chocolate mezclado con crema de orujo (igual que el relleno del serrucho), una vez estaba ya frío, para que no escurriese, y luego le hice unos dibujitos con un palillo para que quedase bien rugoso.
Como antes puse, me arriesgué y la metí en la nevera...ejem ejem!
Aunque lo envolví en celofán antes de meterla, con la humedad, la superfice se humedeció bastante.Le di con un pincel justo antes de servirla, para hacer un apaño, y que al menos quedase homogénea.
El fondant también se ablandó (si la tarta hubiese estado más adornada sería fatal, pero como era muy sencilla no afectó a la decoración), y quedó súper brillante, parecía que estaba barnizada.
La verdad es que no me arrepiento de haberla metido en la nevera, al menos estaba bien fresquita cuando la comimos, cosa que se agradeció con tanto calor.
Como no tengo foto del corte, os dejo una que le saqué a un recorte al tallar el serrucho, para que os hagáis una idea de como era más o menos.
No me enrollo más! Espero que os guste...tengo que decir que el homenajeado se sorprendió mucho!
lunes, 24 de mayo de 2010
viernes, 14 de mayo de 2010
POLLO A LA NAPOLITANA
(Edito): Antes de nada quiero pediros perdón, no sé por qué en el texto no se marca el espacio entre las líneas cuando hay un punto y aparte. La lectura se hace mucho más pesada así, tenéis que ir separando vosotros como podáis. Si alguien sabe por qué pasa esto, que me avise, porfi... me desespera!
(Edito otra vez): Gracias a Clemenvilla, ya he arreglado lo de los espacios...muchas gracias, me has evitado algún que otro mosqueo!
(Hay un link en el comentario de Clemen de esta entrada, por si os pasa lo mismo)
mmmmmm! (fue lo que dijimos al probar el pollo...tal vez que fuesen las cuatro y media de la tarde tuvo algo que ver!)
Al fin y al cabo, es una especie de pizza con la base de pollo en vez de masa de pan...¡aquí si que el secreto está en la masa!
Normalmente se hace con milanesas (ya sea de ternera o de pollo), pero yo suelo hacerla a la plancha, me gusta más así, y de paso eliminamos "carga".
Ingredientes:
Lo primero que debemos hacer es salar y adobar los filetes de pechuga de pollo. Os aconsejo que no sean demasiado finos, para que no queden muy secos.
Los adobamos como más nos guste, yo les puse ajo, sal y aceite de oliva, pero admiten cualquier especia.
Los hacemos a la plancha (como os puse antes, pueden hacerse también a la milanesa, como prefiramos), y los ponemos en una fuente o bandeja que pueda ir al grill.
La ponemos en la sartén donde hemos hecho el pollo, y añadimos orégano y albahaca (opcional). Damos vueltas hasta que reduzca, y quede espesita (para que no se "desparrame" por el pollo.
Cuando esté a nuestro gusto, la retiramos del fuego y la ponemos sobre las pechugas.
La albahaca es lo que le da el toque totalmente italiano...que rica! Hace poco me compré una planta, para tenerla siempre fresca en casa. Era pequeñita, pero me dije: nada, no la uso una temporada, y cuando crezca un poco empiezo a usarla.
Pero claro, es demasiada tentación para mi tener la plantita en la encimera de la cocina, así que poco a poco voy arrancando hojas...y la pobre es ya la mínima expresión de planta! ajjaja! Para la próxima me compraré dos, una para que crezca y la otra para ir usando.
Ponemos encima del tomate una capa de jamón cocido, y para rematar "la faena" el queso que más nos guste, siempre que funda bien.
Yo le puse por encima también unas hojitas de albahaca...total, de perdidos al río!
Lo ponemos unos minutos en el grill del horno, con cuidadito como siempre, que el grill en cuanto calienta, abrasa.
Para acompañar hice unos tomates a la plancha, si nunca los habéis probado os los recomiendo.
Les ponemos sal, ajo en polvo, y una gotita de aceite de oliva.
Calentamos una plancha o sartén con un poco de aceite (lo ideal es pulverizado), y cuando esté bien caliente ponemos las rodajas de tomate.
Se hacen más rápido (y mejor) en una sartén de esas con tapa de cristal, quedan más parecidos a los tomates asados en el horno.
En un par de minutitos están por un lado, y les damos la vuelta para que se pasen por el otro. Si hace falta, añadiremos un poquito más de aceite.
Los retiramos, y si nos vemos con ganas les sacamos la piel, que estará totalmente suelta... si no, cada uno en su plato!
Podemos espolvorearlos con un poco de orégano y aceite de oliva, quedan riquíiiisimos.
Ponemos la cuchilla ondulada, y con el corte fino, que la rodaja sea muy fina.
Pasamos la patata una vez, y luego la giramos 90º para volver a pasarla, para que haga la forma de rejilla. Vamos girando entre corte y corte, y nos quedan con forma de rejilla.
Hay que ir probando el espesor de la rodaja, hasta que nos guste como salen.
Luego las freímos en aceite de oliva, echándolas de una en una, para que no se peguen, y con cuidadito, que se queman enseguida.
Al retirarlas, las escurrimos sobre un papel de cocina, para eliminar el exceso de aceite.
Y tenemos el plato listo! Lo servimos rápidamente, y disfrutarlo!
(Edito otra vez): Gracias a Clemenvilla, ya he arreglado lo de los espacios...muchas gracias, me has evitado algún que otro mosqueo!
(Hay un link en el comentario de Clemen de esta entrada, por si os pasa lo mismo)
mmmmmm! (fue lo que dijimos al probar el pollo...tal vez que fuesen las cuatro y media de la tarde tuvo algo que ver!)
El caso es que hago de vez en cuando esta receta, y siempre que la hago, pienso: tengo que hacerla más a menudo, es bastante rápida, sana y está buenísima. (Se tarda más en hacer los "acompañamientos" que el pollo en sí).
Al fin y al cabo, es una especie de pizza con la base de pollo en vez de masa de pan...¡aquí si que el secreto está en la masa!
Normalmente se hace con milanesas (ya sea de ternera o de pollo), pero yo suelo hacerla a la plancha, me gusta más así, y de paso eliminamos "carga".
Ingredientes:
- pechuga de pollo fileteada (1 grande para dos)
- una buena salsa de tomate
- jamón cocido
- queso
-orégano, albahaca,..
Para acompañar:
- tomates a la plancha
- patatas fritas
Lo primero que debemos hacer es salar y adobar los filetes de pechuga de pollo. Os aconsejo que no sean demasiado finos, para que no queden muy secos.
Los adobamos como más nos guste, yo les puse ajo, sal y aceite de oliva, pero admiten cualquier especia.
Los hacemos a la plancha (como os puse antes, pueden hacerse también a la milanesa, como prefiramos), y los ponemos en una fuente o bandeja que pueda ir al grill.
La siguiente capa será de salsa de tomate. Esta es una de las claves del plato, tiene que ser una buena salsa de tomate.
La ponemos en la sartén donde hemos hecho el pollo, y añadimos orégano y albahaca (opcional). Damos vueltas hasta que reduzca, y quede espesita (para que no se "desparrame" por el pollo.
Cuando esté a nuestro gusto, la retiramos del fuego y la ponemos sobre las pechugas.
La albahaca es lo que le da el toque totalmente italiano...que rica! Hace poco me compré una planta, para tenerla siempre fresca en casa. Era pequeñita, pero me dije: nada, no la uso una temporada, y cuando crezca un poco empiezo a usarla.
Pero claro, es demasiada tentación para mi tener la plantita en la encimera de la cocina, así que poco a poco voy arrancando hojas...y la pobre es ya la mínima expresión de planta! ajjaja! Para la próxima me compraré dos, una para que crezca y la otra para ir usando.
Ponemos encima del tomate una capa de jamón cocido, y para rematar "la faena" el queso que más nos guste, siempre que funda bien.
Yo le puse por encima también unas hojitas de albahaca...total, de perdidos al río!
Lo ponemos unos minutos en el grill del horno, con cuidadito como siempre, que el grill en cuanto calienta, abrasa.
Para acompañar hice unos tomates a la plancha, si nunca los habéis probado os los recomiendo.
Cortamos los tomates en rodajas gruesas, como de 2 cm más o menos. Es importante que el tomate esté maduro, si no quedará un poco ácido.
Les ponemos sal, ajo en polvo, y una gotita de aceite de oliva.
Calentamos una plancha o sartén con un poco de aceite (lo ideal es pulverizado), y cuando esté bien caliente ponemos las rodajas de tomate.
Se hacen más rápido (y mejor) en una sartén de esas con tapa de cristal, quedan más parecidos a los tomates asados en el horno.
En un par de minutitos están por un lado, y les damos la vuelta para que se pasen por el otro. Si hace falta, añadiremos un poquito más de aceite.
Los retiramos, y si nos vemos con ganas les sacamos la piel, que estará totalmente suelta... si no, cada uno en su plato!
Podemos espolvorearlos con un poco de orégano y aceite de oliva, quedan riquíiiisimos.
Hice también unas patatas fritas, cortadas como una rejilla en la mandolina. Vi como lo hacía un cocinero en la tele, no recuerdo muy bien quien, pero creo que Arguiñano.
Ponemos la cuchilla ondulada, y con el corte fino, que la rodaja sea muy fina.
Pasamos la patata una vez, y luego la giramos 90º para volver a pasarla, para que haga la forma de rejilla. Vamos girando entre corte y corte, y nos quedan con forma de rejilla.
Hay que ir probando el espesor de la rodaja, hasta que nos guste como salen.
Luego las freímos en aceite de oliva, echándolas de una en una, para que no se peguen, y con cuidadito, que se queman enseguida.
Al retirarlas, las escurrimos sobre un papel de cocina, para eliminar el exceso de aceite.
Y tenemos el plato listo! Lo servimos rápidamente, y disfrutarlo!
sábado, 8 de mayo de 2010
TARTALETAS DE LIMÓN Y MERENGUE (LEMON PIE)
Si es que si una tarta triunfa en todo el mundo es por algo... menuda tarta!
Desde el primer bocado se ha convertido en una de mis favoritas!
Sobre todo para el verano, el punto ácido de la crema de limón es muy refrescante, y contrasta con el merengue dulce... una tarta perfecta!
La receta es de Auro, perfecta como todas las suyas, es una pena que ahora esté tan liada y no nos haga babear delante de la pantalla tan a menudo como antes.
Yo la hice con masa quebrada comprada, pero por supuesto puede hacerse con la masa hecha en casa... seguro que está mejor... si es que es posible!
Con las cantidades del relleno me salieron 8 tartaletas, pero como la base sólo me había dado para 6, hice un par con base de galletas con mantequilla.
Aunque soy muy fan de esta base (la típica de las tartas de queso), he de decir que esta tarta está mucho mejor con la base de quebrada. Sin ninguna duda!
Ingredientes:
Para la base:
- una lámina de masa quebrada (la mía de Lidl)
Relleno:
- 370 gr (una lata pequeña) de leche condensada (la mía La Lechera)
- 75-100 ml de zumo de limón
- 3 yemas de huevo
Merengue:
- 3 claras de huevo
- 80 gr de azúcar
- una pizca de sal
Empezaremos forrando unos moldes (o uno si hacemos una tarta más grande) con la masa quebrada, y los pinchamos con un tenedor.
Los forramos con papel de hornear, y los rellenamos de garbanzos o alguna otra cosa que el peso impida que la masa se hinche y se deforme.
Los introducimos en el horno precalentado a 180º, unos 10 minutos.
Mientras tanto, vamos preparando el relleno.
En un bol mezclamos con unas varillas (a mano o a máquina, como el detergente) la leche condensada, las yemas de huevo y el zumo de limón, hasta que estén bien mezclados y formen una crema.
Si es con batidora lo haremos suavemente, con la velocidad lo más baja posible. En total serán unos 2 minutos.
Pasados los 10 minutos de horneado de las tartaletas, las sacamos del horno sin apagarlo.
Retiramos de encima el peso y el papel de hornear, y las rellenamos con la crema de limón.
Hay que tener cuidado, en el horno crece un poco, aunque despues vuelve "a su sitio". En algún momento pensé que se iban a desbordar, menuda tensión. Para la próxima las rellenaré un poco menos.
Las dejaremos otros 10 minutos, tras los cuales las sacamos del horno y las ponemos sobre una rejilla, para que enfríen.
Pasadosunos 5 minutos las desmoldaremos, para que no haya condensaciones y la base no se humedezca.
Una vez estén frías, procedemos a hacer el merengue.
En este caso es un merengue suízo, Auro tiene un truco muy bueno en su blog para hacerlo si no tenemos un termómetro de cocina:
Ponemos las 3 claras, el azúcar y la pizca de sal en un bol.
Este bol lo ponemos al baño maría, metemos una mano dentro de la mezcla y removemos con ella para ayudar a que el azúcar se deshaga por completo.
Seguiremos revolviendo con la mano mientras aguantemos el calor. Cuando sea demasiado alto, retiramos del fuego y con unas varillas (mucho más cómodo con batidora que a mano) montamos el merengue.
Hay que tener cuidado de no pasarnos, yo me despisté un poquito y me pasé de tiempo, así que el merengue se "aguó" un poco.
El punto exacto es cuando está muy brillante y hace "picos" (es decir, si levantamos un poco con un dedo o una cuchara se queda muy tieso, no se baja.
Ponemos el merengue sobre las tartaletas, como más nos guste. Como podéis ver yo las decoré de diferentes formas (con manga pastelera, con cuchara y haciendo picos, haciendo una cúpula... ).
Podemos dejarlas así o gratinar el merengue con el grill del horno o con un soplete.
Hay que ser muy rápidos, que como el merengue tiene mucho azúcar se quema enseguida.
Y el postre está listo! Hay que hacerlo en dos partes, pero las dos son muy cortas, se hace una tarta estupenda en un periquete! Y riquísima, que es lo más importante!
La textura es súper suave, muy delicada. Mirad el corte:
Desde el primer bocado se ha convertido en una de mis favoritas!
Sobre todo para el verano, el punto ácido de la crema de limón es muy refrescante, y contrasta con el merengue dulce... una tarta perfecta!
La receta es de Auro, perfecta como todas las suyas, es una pena que ahora esté tan liada y no nos haga babear delante de la pantalla tan a menudo como antes.
Yo la hice con masa quebrada comprada, pero por supuesto puede hacerse con la masa hecha en casa... seguro que está mejor... si es que es posible!
Con las cantidades del relleno me salieron 8 tartaletas, pero como la base sólo me había dado para 6, hice un par con base de galletas con mantequilla.
Aunque soy muy fan de esta base (la típica de las tartas de queso), he de decir que esta tarta está mucho mejor con la base de quebrada. Sin ninguna duda!
Ingredientes:
Para la base:
- una lámina de masa quebrada (la mía de Lidl)
Relleno:
- 370 gr (una lata pequeña) de leche condensada (la mía La Lechera)
- 75-100 ml de zumo de limón
- 3 yemas de huevo
Merengue:
- 3 claras de huevo
- 80 gr de azúcar
- una pizca de sal
Empezaremos forrando unos moldes (o uno si hacemos una tarta más grande) con la masa quebrada, y los pinchamos con un tenedor.
Los forramos con papel de hornear, y los rellenamos de garbanzos o alguna otra cosa que el peso impida que la masa se hinche y se deforme.
Los introducimos en el horno precalentado a 180º, unos 10 minutos.
Mientras tanto, vamos preparando el relleno.
En un bol mezclamos con unas varillas (a mano o a máquina, como el detergente) la leche condensada, las yemas de huevo y el zumo de limón, hasta que estén bien mezclados y formen una crema.
Si es con batidora lo haremos suavemente, con la velocidad lo más baja posible. En total serán unos 2 minutos.
Pasados los 10 minutos de horneado de las tartaletas, las sacamos del horno sin apagarlo.
Retiramos de encima el peso y el papel de hornear, y las rellenamos con la crema de limón.
Hay que tener cuidado, en el horno crece un poco, aunque despues vuelve "a su sitio". En algún momento pensé que se iban a desbordar, menuda tensión. Para la próxima las rellenaré un poco menos.
Las dejaremos otros 10 minutos, tras los cuales las sacamos del horno y las ponemos sobre una rejilla, para que enfríen.
Pasadosunos 5 minutos las desmoldaremos, para que no haya condensaciones y la base no se humedezca.
Una vez estén frías, procedemos a hacer el merengue.
En este caso es un merengue suízo, Auro tiene un truco muy bueno en su blog para hacerlo si no tenemos un termómetro de cocina:
Ponemos las 3 claras, el azúcar y la pizca de sal en un bol.
Este bol lo ponemos al baño maría, metemos una mano dentro de la mezcla y removemos con ella para ayudar a que el azúcar se deshaga por completo.
Seguiremos revolviendo con la mano mientras aguantemos el calor. Cuando sea demasiado alto, retiramos del fuego y con unas varillas (mucho más cómodo con batidora que a mano) montamos el merengue.
Hay que tener cuidado de no pasarnos, yo me despisté un poquito y me pasé de tiempo, así que el merengue se "aguó" un poco.
El punto exacto es cuando está muy brillante y hace "picos" (es decir, si levantamos un poco con un dedo o una cuchara se queda muy tieso, no se baja.
Ponemos el merengue sobre las tartaletas, como más nos guste. Como podéis ver yo las decoré de diferentes formas (con manga pastelera, con cuchara y haciendo picos, haciendo una cúpula... ).
Podemos dejarlas así o gratinar el merengue con el grill del horno o con un soplete.
Hay que ser muy rápidos, que como el merengue tiene mucho azúcar se quema enseguida.
Y el postre está listo! Hay que hacerlo en dos partes, pero las dos son muy cortas, se hace una tarta estupenda en un periquete! Y riquísima, que es lo más importante!
La textura es súper suave, muy delicada. Mirad el corte:
sábado, 1 de mayo de 2010
GALLETAS DECORADAS
Estas galletas aún están "calentitas"! Las hice ayer por la noche, para llevárselas a unos amigos que hace 15 días tuvieron una niña... a ver quien adivina como se llama! jijiji!
Os aviso desde ya que hay un montón de fotos, pero no sabía por cuales decidirme, quería ponerlas todas!
Como casi toda la esfera blogueril, tengo que agradecerle a Bea todo su trabajo para compartir con nosotros sus estupendos tutoriales (y resto de recetas, claro).
Tanto la receta de la masa de las galletas como la de la glasa están sacadas de su blog.
Son las segundas galletas decoradas que hago. Las primeras eran muy parecidas, y estas como las hice para regalar no quise lanzarme demasiado, por si no quedaban bien.
De todas formas que sepais que estoy esperando un pedido de colorantes, cortadores y boquillas que hice hace un par de semanas a Karen´s Cookies, así que espero que haya muchas más entradas dedicadas a las galletas decoradas. Menudos nervios cada vez que suena el telefonillo!
Ingredientes:
Para la masa de galletas:
(todos a temperatura ambiente)
- 250 gr de mantequilla
- 250 gr de azúcar glas
- 1 huevo tamaño XL
- 650 gr de harina de trigo tamizada
- 2 o 3 cucharadas soperas de leche
- aroma al gusto (opcional)
- cacao puro (opcional)
Para la glasa:
- 1 clara de huevo pasteurizada
- 200 gr de azúcar glas (comprado)
- colorante comestible (opcional)
Es importante que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente, por lo que debemos sacarlos de la nevera unas 3-4 horas antes de empezar a hacer la masa.
La receta de Bea es para hacerla con amasadora, pero yo como no tengo la hice a mano, hay que tirar de brazo pero se hace bastante rápido, sobre todo si no es mucha cantidad de masa.
Con esta cantidad me salieron 42 galletas de tamaño normal.
Empezamos poniendo la mantequilla en cuadraditos en un bol.
Con unas varillas, la vamos removiendo hasta que tenga una textura suave, como una crema.
Añadimos después el azúcar glas, poco a poco. Yo iba removiendo con una mano y añadiendo con la otra hasta que estuvo todo integrado.
Según se va añadiendo, vemos como la textura va cambiando, se vuelve más esponjosa.
Después le toca el turno al huevo batido, y si queremos algún aroma (yo no le puse ninguno). Seguimos removiendo con las varillas.
Seguimos añadiendo la harina poco a poco, yo fui tamizándola directamente sobre el bol, y removiendo continuamente.
Cada vez será más difícil remover la masa, hasta que llega un punto en que debemos cambiar las varillas por una cuchara de madera, para hacer el trabajo más fácil.
En este punto es cuando yo añadí la leche, un par de cucharadas soperas.
Una vez está incorporada toda la harina, podemos dividirla en dos y añadirle a una de las mitades un par de cucharadas de cacao puro, si queremos hacer unas cuantas de chocolate.
Para el siguiente paso tenemos dos opciones:
podemos estirar la masa entre dos papeles de cocina del grosor que queramos y guardarla en la nevera, o hacer una bola con la masa, envolverla en film de cocina y llevarla a la nevera, para estirarla cuando vayamos a usarla.
Tiene que estar al menos una hora, mejor si son dos.
Yo guardé las bolas en la nevera, porque tenía poco papel de cocina, pero para la próxima probaré el método de Bea.
Una vez pasada esa hora (que pueden ser muchas más), estiramos la masa y la cortamos con las formas que más nos gusten.
A algunas les puse el nombre de la recién nacida con una imprenta para galletas, la había usado otras veces pero nunca habían quedado tan claras las letras.
Vamos poniéndolas sobre una bandeja de horno con papel de cocina, hasta rellenarla (yo con esta cantidad de masa hice 3 hornadas de galletas).
No me di cuenta y las primeras las horneé sobre una rejilla, y perdieron un poco la forma, no quedaron tan lisitas como las siguientes.
Las horneamos a 180º unos 10-15 minutos, hasta que los bordes empiecen a dorarse.
Las sacamos del horno, y en cuanto enfríen un poco las ponemos sobre una rejilla para que enfríen.
Cuando estén bien frías, podemos empezar a decorarlas.
Para hacer la glasa real necesitaremos dos ingredientes básicos: clara de huevo (mejor si es pasteurizada, las venden en Mercadona) y azúcar glas.
Bea le añade cremor tártaro, pero no lo busqué en un par de farmacias y no tenían ni podían conseguirlo, así que como es opcional no se lo eché.
La proporción es 1 clara por 200 gr de azúcar glas. Es importante que este último no sea casero, tiene que ser comprado (vale de cualquier marca).
Con el casero quedan pequeños grumitos, ya que no se consigue un polvo tan fino como con el comprado.
Batimos ligeramente la clara, y vamos añadiendo poco a poco el azúcar, viendo como va espesando poco a poco.
Yo esto lo hice con una batidora de varillas, pero con paciencia también puede hacerse a mano.
En principio para decorar galletas necesitamos dos texturas diferentes de glasa, una más espesa (para delinear) y la otra más fluída (para rellenar), pero yo sólo utilicé la espesa, ya que no rellené ningún dibujo.
Debe quedar con textura parecida a la pasta dentífrica.
Una vez está lista, podemos separarla en diferentes cuencos y añadir colorantes para conseguir los colores que queramos.
Ponemos la glasa en biberones de cocina o mangas pasteleras (yo utilicé unas mangas pasteleras deshechables, sin boquilla).
Estoy deseando que llegue el pedido con las boquillas!
Vamos haciendo los dibujitos que queramos (iniciales, florecitas, corazones,...), utilizando uno o varios colores, y las ponemos otra vez sobre la rejilla hasta que la glasa se seque, tarda unas horitas.
Yo acabé tarde (porque empecé tarde, con motivos sencillos se decoran enseguida), así que las dejé toda la noche.
Hoy por la mañana las puse en una bandejita, para completar un pequeño detalle que le llevamos a Arianne... es guapísima, y como duerme!
No sé qué os parece, pero yo estoy bastante satisfecha con el resultado!
Os aviso desde ya que hay un montón de fotos, pero no sabía por cuales decidirme, quería ponerlas todas!
Como casi toda la esfera blogueril, tengo que agradecerle a Bea todo su trabajo para compartir con nosotros sus estupendos tutoriales (y resto de recetas, claro).
Tanto la receta de la masa de las galletas como la de la glasa están sacadas de su blog.
Son las segundas galletas decoradas que hago. Las primeras eran muy parecidas, y estas como las hice para regalar no quise lanzarme demasiado, por si no quedaban bien.
De todas formas que sepais que estoy esperando un pedido de colorantes, cortadores y boquillas que hice hace un par de semanas a Karen´s Cookies, así que espero que haya muchas más entradas dedicadas a las galletas decoradas. Menudos nervios cada vez que suena el telefonillo!
Ingredientes:
Para la masa de galletas:
(todos a temperatura ambiente)
- 250 gr de mantequilla
- 250 gr de azúcar glas
- 1 huevo tamaño XL
- 650 gr de harina de trigo tamizada
- 2 o 3 cucharadas soperas de leche
- aroma al gusto (opcional)
- cacao puro (opcional)
Para la glasa:
- 1 clara de huevo pasteurizada
- 200 gr de azúcar glas (comprado)
- colorante comestible (opcional)
Es importante que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente, por lo que debemos sacarlos de la nevera unas 3-4 horas antes de empezar a hacer la masa.
La receta de Bea es para hacerla con amasadora, pero yo como no tengo la hice a mano, hay que tirar de brazo pero se hace bastante rápido, sobre todo si no es mucha cantidad de masa.
Con esta cantidad me salieron 42 galletas de tamaño normal.
Empezamos poniendo la mantequilla en cuadraditos en un bol.
Con unas varillas, la vamos removiendo hasta que tenga una textura suave, como una crema.
Añadimos después el azúcar glas, poco a poco. Yo iba removiendo con una mano y añadiendo con la otra hasta que estuvo todo integrado.
Según se va añadiendo, vemos como la textura va cambiando, se vuelve más esponjosa.
Después le toca el turno al huevo batido, y si queremos algún aroma (yo no le puse ninguno). Seguimos removiendo con las varillas.
Seguimos añadiendo la harina poco a poco, yo fui tamizándola directamente sobre el bol, y removiendo continuamente.
Cada vez será más difícil remover la masa, hasta que llega un punto en que debemos cambiar las varillas por una cuchara de madera, para hacer el trabajo más fácil.
En este punto es cuando yo añadí la leche, un par de cucharadas soperas.
Una vez está incorporada toda la harina, podemos dividirla en dos y añadirle a una de las mitades un par de cucharadas de cacao puro, si queremos hacer unas cuantas de chocolate.
Para el siguiente paso tenemos dos opciones:
podemos estirar la masa entre dos papeles de cocina del grosor que queramos y guardarla en la nevera, o hacer una bola con la masa, envolverla en film de cocina y llevarla a la nevera, para estirarla cuando vayamos a usarla.
Tiene que estar al menos una hora, mejor si son dos.
Yo guardé las bolas en la nevera, porque tenía poco papel de cocina, pero para la próxima probaré el método de Bea.
Una vez pasada esa hora (que pueden ser muchas más), estiramos la masa y la cortamos con las formas que más nos gusten.
A algunas les puse el nombre de la recién nacida con una imprenta para galletas, la había usado otras veces pero nunca habían quedado tan claras las letras.
Vamos poniéndolas sobre una bandeja de horno con papel de cocina, hasta rellenarla (yo con esta cantidad de masa hice 3 hornadas de galletas).
No me di cuenta y las primeras las horneé sobre una rejilla, y perdieron un poco la forma, no quedaron tan lisitas como las siguientes.
Las horneamos a 180º unos 10-15 minutos, hasta que los bordes empiecen a dorarse.
Las sacamos del horno, y en cuanto enfríen un poco las ponemos sobre una rejilla para que enfríen.
Cuando estén bien frías, podemos empezar a decorarlas.
Para hacer la glasa real necesitaremos dos ingredientes básicos: clara de huevo (mejor si es pasteurizada, las venden en Mercadona) y azúcar glas.
Bea le añade cremor tártaro, pero no lo busqué en un par de farmacias y no tenían ni podían conseguirlo, así que como es opcional no se lo eché.
La proporción es 1 clara por 200 gr de azúcar glas. Es importante que este último no sea casero, tiene que ser comprado (vale de cualquier marca).
Con el casero quedan pequeños grumitos, ya que no se consigue un polvo tan fino como con el comprado.
Batimos ligeramente la clara, y vamos añadiendo poco a poco el azúcar, viendo como va espesando poco a poco.
Yo esto lo hice con una batidora de varillas, pero con paciencia también puede hacerse a mano.
En principio para decorar galletas necesitamos dos texturas diferentes de glasa, una más espesa (para delinear) y la otra más fluída (para rellenar), pero yo sólo utilicé la espesa, ya que no rellené ningún dibujo.
Debe quedar con textura parecida a la pasta dentífrica.
Una vez está lista, podemos separarla en diferentes cuencos y añadir colorantes para conseguir los colores que queramos.
Ponemos la glasa en biberones de cocina o mangas pasteleras (yo utilicé unas mangas pasteleras deshechables, sin boquilla).
Estoy deseando que llegue el pedido con las boquillas!
Vamos haciendo los dibujitos que queramos (iniciales, florecitas, corazones,...), utilizando uno o varios colores, y las ponemos otra vez sobre la rejilla hasta que la glasa se seque, tarda unas horitas.
Yo acabé tarde (porque empecé tarde, con motivos sencillos se decoran enseguida), así que las dejé toda la noche.
Hoy por la mañana las puse en una bandejita, para completar un pequeño detalle que le llevamos a Arianne... es guapísima, y como duerme!
No sé qué os parece, pero yo estoy bastante satisfecha con el resultado!