Whole Kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de septiembre nos invita a preparar un postre clásico británico: crumble
Si os gusta la fruta asada y las galletas recién horneadas, tenéis que probarlo.
Es un postre que aunque como en mi caso nunca hayamos probado, al hacerlo tenemos la sensación de que lleva acompañándonos toda la vida.
Todo un clásico, de los que les encantan a las madres y abuelas. Y a nosotros, por supuesto.
Está formado por dos partes: una base de fruta y una cobertura de galleta, que se hornean a la vez y lo hacen más que irresistible.
Puede hacerse con un montón de frutas diferentes: manzanas, ciruelas, melocotones, higos,... casi cualquier fruta, como siempre. Incluso buscando por la web encontré alguno de melón, tiene que ser muy interesante.
La masa de galleta puede ser básica ( mantequilla, azúcar y harina) o añadir algún fruto seco, como almendra, nueces, avellanas,... Yo con almendra, como (casi) siempre.
Lo normal es tomarlo recién hecho, templadito, solo o acompañado de una bola de helado, o unas natillas bien frías.
Con nata montada también combina genial, doy fe.
Puede tomarse también a temperatura ambiente, de hecho el que sobró lo tomamos así y estaba muy bueno también. Aunque no como recién hecho, por supuesto.
Ingredientes:
Para la base:
- 4 manzanas (yo jonagored)
- 1 plátano
Para la masa:
- 80 gr de harina de trigo
- 50 gr de mantequilla
- 50 gr de azúcar
- 20 gr de almendra molida
- 1/2 cucharadita de canela (opcional)
Empezaremos preparando la cobertura, para preparar la fruta en el último momento y evitar que se oxide.
Un rato antes de hacer la masa quitamos la mantequilla de la nevera, para que esté a temperatura ambiente y sea fácil de trabajar.
Mezclamos todos los ingredientes (harina, mantequilla, azúcar, almendra y canela) en un bol, y removemos hasta que estén bien integrados.
Se formarán una especie de migas, la masa es mucho más ligera que la de unas galletas.
Reservamos.
Por otra parte, pelamos y picamos la fruta. Podemos hacerlo directamente en la fuente donde vayamos a hornear el crumble.
Si utilizamos manzanas que se oxiden muy rápido, rociaremos los trozos con unas gotas de zumo de limón, o los pondremos en agua hasta que esté toda la fruta preparada.
Como no tenía claro qué manzanas utilizar, lo consulté con la frutera y me recomendó las jonagored, así que esas utilicé.
Me gustaron, no se oxidaron mientras preparaba toda la fruta y al asarla quedaron los trozos enteros pero muy blanditos.
Le puse 4 manzanas y un plátano de canarias bien maduro.
Cuando tengamos toda la fruta picada sobre la fuente o molde que vayamos a utilizar, colocamos por encima las migas de masa.
Podemos "apretarlas" un poco con las manos si queremos que queden compactas, como una galleta, o dejarlas tal cual, para que queden más sueltas.
Introducimos el crumble unos 30-40 minutos en el horno precalentado a 180º, podemos comprobar si queremos a la media hora si la manzana está asada o si le faltan unos minutos.
Cuando esté a nuestro gusto, lo sacamos del horno y lo dejamos reposar unos 10 minutos, para que pierda el exceso de calor.
Es un ambientador perfecto para la casa, ¡menudo aroma!
Como os decía antes, podemos tomarlo solo o acompañarlo con una bola de helado, unas natillas o nata montada bien fría.
El contraste de sabores y texturas es perfecto, parece mentira que un postre tan sencillo pueda ser tan especial.
El siguiente que haga será de melocotones y canela, tiene que estar más que bueno.
¡Como siempre, os animo a probarlo!