Este es un postre ideal para esta época del año, en la que sólo apetecen cosas frescas y ligeras. Podemos adaptarla totalmente a nuestro gusto (fruta, chocolate, vainilla, café,...), y además está mejor con un par de días de reposo, así que todo son ventajas.
Es la primera vez que hago una charlota que no sea "falsa".
Antes había forrado alguna vez una tarta con bizcochos, pero siempre lo hacía una vez que la tarta estaba desmoldada.
Esta vez quise hacerla con el método clásico, colocando los bizcochos en el molde antes de verter el relleno, y la verdad es que da menos trabajo que hacerlo después y queda perfecta al desmoldarla, los bizcochos se mantienen en su sitio y quedan perfectos.
Mi único temor era que si los empapaba se ablandasen demasiado, así que los puse sin remojar... ¡error! Los del borde quedaron bastante secos, así que para la próxima remojaré aún arriesgándome a que no queden tan enteros.
Por lo demás deciros que está buenísima, se hace super rápido y además queda preciosa.
En principio iba a hacer un relleno parecido a esta bavarois de fresa al cava, que me encanta, pero a estas alturas ya es difícil encontrar fresas, así que tuve que cambiar de idea.
Decidí utilizar en vez de fruta fresca mermelada casera, había leído que este tipo de postres quedaban bien con ella y la verdad es que es muy cierto.
Era casera, de fresa y mora... ¡no podía fallar! Además tenía unas moras congeladas del año pasado, y como hay que ir haciendo sitio a las de este año, le puse algunas mezcladas entre el relleno e hice con el resto la capa de cobertura de mora.
Ingredientes:
- bizcochos de soletilla o bizcochos secos para chocolate(como estos)
- almíbar para mojarlos
Para el relleno:
- 2 huevos L
- 3 cucharadas de azúcar
- 225 g de mermelada de buena calidad
- 200 ml de nata para montar
- 5 hojas de gelatina neutra
- una pizca de sal
- unas 20 moras enteras
Para la cobertura:
- 150 g de moras
- 60 g de azúcar
- unas gotas de zumo de limón
- 2 hojas de gelatina neutra
Empezaremos poniendo las 5 hojas de gelatina neutra del relleno en agua fría para que se hidraten.
Abrimos los huevos, que estarán a temperatura ambiente, y separamos las claras de las yemas.
Montamos las dos yemas con una cucharada de azúcar y reservamos.
En un bol grande montamos la nata (bien fría).
Añadimos la mermelada, mezclando con mucho cuidado, y luego las yemas montadas. Yo esto lo hago con una espátula y movimientos suaves y constantes.
En un vaso calentamos medio dedo de agua, y añadimos la gelatina escurrida. Mezclamos con la mezcla de nata, otra vez con moviemientos muy suaves.
No pasa nada si la nata se baja un poco, ya que como luego añadiremos la gelatina quedará perfecta.
En un bol aparte montamos las claras con dos cucharadas de azúcar y la pizca de sal, hasta formar un merengue firme.
Lo añadimos a la mezcla de nata, mezclando muy bien para que el corte sea homogéneo, sin motitas blancas.
Por último, unas moras enteras (se las puse congeladas directamente).
Si queremos que el color de la mezcla sea más vivo añadimos una gota de colorante en gel rosa o rojo (yo le puse sólo una gotita de rosa, aunque no hubiese hecho falta).
Reservamos en la nevera mientras empezamos el montaje de la tarta.
Os recomiendo utilizar el aro, ya que así lo podréis adaptar al tamaño justo de los bizcochos, sin tener que cortar ninguno verticalmente ni que se solapen.
Yo utilicé bizcochos de esos secos para chocolate, aunque me hubiese gustado hacer soletillas en casa, que seguro que quedan mucho mejor.
Les corté la parte curva en uno de los lados, para hacer una base que asentase bien en el plato.
He visto en internet alguna foto de charlotas con los bizcochos enteros, pero supongo que se los pondrían después de desmoldar, ya que si no es imposible que se aguanten (creo).
Una vez tengamos todo el lateral cubierto de bizcochos (como os decía antes os recomiendo remojarlos un poco, al menos los laterales), cubrimos también el fondo.
Hay que tener un poco de paciencia para forrar el molde, ya que es normal que algunos se caigan al colocar otros cerca... pero creedme, ¡al final se consigue!
Vertemos sobre la base de bizcochos la mitad del relleno y alisamos.
Ponemos otra capa de bizcochos y el resto de la crema de relleno. Volvemos a alisar.
Como la mezcla es bastante espesa no se sale por los espacios entre los bizcochos, y queda genial.
Si la mezcla os queda muy líquida, debéis esperar un rato a que la gelatina empiece a hacer efecto, y verterla cuando su textura sea parecida a la de la nata montada.
Metemos en la nevera al menos 2 horas antes de ponerle la cobertura (si le ponemos, es totalmente opcional).
Para la cobertura podemos poner mermelada con un poco sin más o hacer alguna salsa de fruta y cuajarla con gelatina.
Como no tenía más mermelada, puse en un cazo 150 gramos de moras, 60 de azúcar y unas gotas de zumo de limón.
Dejé que cociesen lentamente, unos 10-15 minutos.
Pasado ese tiempo, añadi las 2 hojas de gelatina (previamente hidratada), y removí bien.
Aplasté las moras con un tenedor, que ya estaban muy blanditas, y lo pasé todo por un colador metálico, para retirar las pieles y las semillas.
Según va enfriando la salsa, va volviéndose cada vez más espesa. En cuanto veamos que está lo suficientemente densa como para no colarse por los huecos entre los bizcochos, la ponemos sobre la tarta y alisamos lo máximo posible con una espátula o la parte curva de una cuchara.
Volmemos a meter en la nevera, ya sólo nos queda esperar a que cuaje la cobertura para poder disfrutarla.
Una vez veamos que tanto el relleno como la cobertura están bien sólidos, podemos quitar el molde-aro con cuidado para no estropear los bizcochos.
Si queremos podemos decorarla con un lazo, aunque en realidad es eso, sólo una decoración, ya que los bizcochos se aguantan perfectamente sin nada.
A mi este tipo de tartas me gustan bien reposadas, lo ideal es un par de días... aunque sé que no todo el mundo será capaz de aguantarse!
Siempre que hago estas fotos con las cucharas me acuerdo de cuando a un niño pequeño le están dando la comida y le dicen: esta por papá, esta por mamá, esta por pocoyo... pues venga, hoy os la dedico: ¡esta por todos vosotros! Gracias por esta ahí.