Después de una época de aletargamiento blogueril y horno apagado, parece que poco a poco voy retomando el ritmo.
Estas galletas las he hecho esta mañana, pero no quería que se quedasen hasta el año que viene en el tintero, como me pasa con alguna receta de fechas concretas.
Así que aquí están, sin reposar ni nada os las presento.
Por supuesto pueden hacerse en cualquier fecha, aunque encontrar los huevitos será difícil fuera de temporada.
Un día por la noche hablando con Patt, mi aliada pensadora y proveedora de miles de cosas chulísimas (¡gracias!) le comenté que tenía ganas de hacer unas galletas con forma de nido, y ponerle encima los huevitos que me había mandado, que estaban recién llegados.
Al día siguiente el primer blog que visito es el de Cris, Kanela y Limón... y tacháaaaan... galletas nido de chocolate!
Echadles un ojo si aún no los habéis visto, no son muy parecidos (a excepción de por los huevitos que son iguales), pero me pareció muy curioso, no es la primera vez que nos lee el pensamiento y se nos adelanta... ¡se ve que la conexión pontevedresa funciona!
La receta es la misma que utilizo para las galletas con pistola, la primera receta que publiqué en el blog (tengo que volver a publicarla, menudas fotos), sustituyendo la almendra molida por harina de trigo.
Ingredientes:
- 1 huevo L
- 120g de azúcar glas
- 125g de mantequilla (tª ambiente)
- 300g de harina de trigo
- una pizca de sal
- vainilla (opcional)
Para decorar:
- canela en polvo
- regalices-gominolas verdes
- huevos de chocolate
La preparación de la masa es muy sencilla.
En un bol batimos el huevo con el azúcar glas.
Añadimos la mantequilla, que debe estar a temperatura ambiente, y mezclamos bien.
Por último, añadimos la harina de trigo tamizada, la pizca de sal, y si le ponemos, la vainilla (o el aroma que prefiramos).
Mezclamos bien, hasta que integremos por completo la harina. Yo lo hago con un tenedor, es lo que más me gusta usar para las recetas de galletas.
Hacemos una bola o un rulo con la masa, la envolvemos en film de cocina, y la metemos en la nevera al menos una hora.
Para dar forma a los nidos, como no tenía ningunos moldes que se adaptasen, hice unos con papel de aluminio.
Tienen que tener forma de media esfera, para que luego sea fácil retirarlos del interior de la galleta.
Con la pistola para galletas, formé las tiras de masa. Cuanto más finas sean, mejor quedarán los nidos.
Si no tenemos podemos hacerlo como Cris con un prensaajos (me encanta como quedan, super finas), o incluso a mano, armándonos de paciencia.
Hice varios modelos de nido, pero el que más me gusta como quedó es el más sencillo, simplemente enrollando tiras en espiral desde la base hasta la parte más alta, así que es el que os pongo.
A veces nos complicamos para nada. Está claro que menos es más.
Podemos espolvorearlos con canela o cacao, si les queremos dar un aspecto más natural. Yo les puse canela y les queda muy bien.
Una vez tengamos formados todos los nidos, los guardamos en la nevera otra hora para que al hornearlos aguanten bien la forma.
Posiblemente (ahora que lo estoy escribiendo me doy cuenta) no haga falta el primer reposo, con este último creo que será suficiente.
Pasado este tiempo, precalentamos el horno a unos 180ºC, y cuando esté a punto introducimos los nidos.
En unos 15 minutos están, pero si vemos que se doran antes es que ya están listos.
Los retiramos del horno y los dejamos enfriar completamente antes de manipularlos, ya que la masa al estar caliente está aún blanda.
Cuando hayan enfriado, podemos retirar con cuidado el papel de aluminio.
Yo me ayudé de unas pinzas, cogiendo un trozo de papel y retorciéndolo para que se separase de la pared de galleta. Haciéndolo 3-4 veces en cada nido, alrededor del borde, conseguimos sacar el papel limpiamente sin estropear la galleta.
Como mi horno sólo tiene calor abajo, quedaron bastante tostadas en la base (que luego pasa a ser la parte superior), así que los espolvoreé con un poco de azúcar glas, pero si os quedan bien no hace falta que lo hagáis.
Quedaron tan reales que en alguno de los nidos, como en el que se ve al fondo, incluso puso un huevo un cuco. ;-)
Para hacer la cama de los huevitos puse unos trozos de regaliz y lenguas de gato verdes, para que no desapareciesen en el fondo del nido.
Finalmente, coronando, los huevos de chocolate.
Podemos usar de estos pequeñitos o poner uno más grande, que también queda muy bien.
Lo único que necesitamos es algún tipo de utensilio para conseguir hacer las tiras fácilmente, pero en caso de no tenerlo podemos hacerlas a mano o incluso hacer los nidos con un disco de masa, a modo de cuenco de galleta.
Y lo mejor es que están super buenas, una vez que haces galletas en casa y ves lo fáciles y ricas que son, no vuelves a comprarlas industriales.
Lo peor: que no paras de hacer "viajes" para buscar otra y otra.
La "operación trikini" se suspende hasta nueva orden.