Entre sus ingredientes está un sobre de gelatina del sabor que prefiramos, en mi caso es de plátano, y se me ocurrió ponerle unas pepitas de chocolate... ¡Me encanta esa combinación de sabores!
En el mercado hay gelatina de un montón de sabores (té verde, kiwi, mango,...), así que se pueden personalizar al gusto.
Ingredientes:
- 250 gr. de azúcar.
- 300 gr. de harina.
- 1 sobre de gelatina con sabor (en este caso de plátano)
- 1 sobre de levadura química (tipo Royal).
- pepitas de chocolate (opcional).
Empezamos derritiendo la margarina y mezclando bien con la gelatina. ¡Desde este momento la cocina huele genial!
Batimos bien los huevos con el azúcar, y mezclamos con la margarina y la gelatina.
Vamos tamizando sobre ésto la harina mezclada con la levadura, mezclándolo bien.
Cuando hayamos acabado con toda la harina y la mezcla esté bien homogénea, añadimos las pepitas de chocolate.
La masa está lista, así de fácil.
Rellenamos con cuidado los moldes hasta unos 3/4 del total, lo ideal es con una cuchara grande o con una manga pastelera sin boquilla, como prefiramos.
Metemos al horno precalentado a 180º, el tiempo dependerá del tamaño de las cápsulas, pero entre 10 y 20 minutos. Cuando pinchemos con un palillo y éste salga limpio, será que están hechas.
¡Mirad qué esponjosas por dentro!
Podemos tomarlas así tal cual (están buenísimas) o ponerles algún tipo de cobertura. Yo tenía ganas de ser mala, así que a experimentar! Una vez que las magdalenas estaban bien frías, derretí al baño maría unas gominolas de plátano (de las de toda la vida, con forma de plátano y azúcar por fuera), y cuando enfriaron un poco, añadí azúcar glas y queso de untar, hasta que vi que tenía la consistencia adecuada.
La mezcla me encantó, incluso para rellenar una tarta. Podemos hacerla de cualquier sabor!
Fui poniendo la cobertura sobre cada magdalena, y luego "para rematar la faena" confeti, fideos, bolitas... estaba deseando estrenar mis últimas adquisiciones!