Ahora mismo lo corrijo, quiero pediros perdón y animaros a repetir la receta (así o en la versión con relleno salado, que acabo de publicaro aquí)
Otro clásico internacional... y otro acierto! Y es que si con el lemon pie ya sospechaba que si los grandes clásicos lo son por algo, estas espirales no hacen más que confirmármelo.
Me encantan las masas dulces levadas ( y las saladas, para qué nos vamos a engañar), y esta no es ninguna excepción. La verdad es que son muy agradecidas, con unos minutitos de mimo que les dediques, luego te lo devuelven con creces.
Esta es una masa muy esponjosa, muy suavecita, y que combina a la perfección con el sabor intenso de la canela.
Menudo olorcito en la cocina el día que los hice... estuvo "ambientada" un par de días, no os digo más.
Además (como me salieron bastantes) congelé unos cuantos, y luego los fui sacando poco a poco para desayunar o merendar.
Aguantan muy bien el congelado, con un golpe de tostador estaban como recien salidos del horno, crujientes por fuera y blanditos por dentro...mmm!
Estuve mirando bastantes recetas, pero la mayoría tenían las medidas en cups, así que me decidí por esta de thecrazyteaparty, con algunas ligeras variaciones.
Impresionantes, no creo que pruebe otra receta.
Ingredientes:
Para la masa:
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- 260 ml de leche entera
- 150 gr de azúcar
- 1 sobre de levadura seca de panadería
- 1 huevo
- 1 pizca de sal
- ralladura de naranja y limón
- 80 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 4 cucharadas soperas de canela
- 150 gr de azúcar moreno
Para el glaseado:
Calentamos la leche unos segundos al microondas, hasta que esté tibia.
Le añadimos una cucharada de azúcar y la levadura, removiendo para que se deshagan bien.
En un bol tamizamos la harina , con el azúcar restante y la pizca de sal.
Añadimos la leche, el huevo ligeramente batido y las ralladuras de cítricos.
Amasamos durante unos 10 minutos.
Queda una masa muy manejable, brillante y nada pegajosa. Perfecta.
La tapamos con un film y la dejamos toda la noche en la nevera, para que fermente. (si tenemos prisa no hace falta tanto tiempo, con un par de horas a temperatura ambiente es suficiente).
Al día siguiente sacamos la masa de la nevera, y la dejamos media hora para que "despierte" .
Boleamos o golpeamos la masa, para desgasificarla, y la extendemos con un rodillo, dejándola con forma rectangular y de más o menos 1 cm de espesor.
Ponemos sobre la masa la canela y el azúcar moreno, repartiéndolos bien. Tiene que quedar bien cubierto, si vemos que quedan zonas claras añadiremos más mezcla.
Enrollamos como un brazo de gitano, y cortamos "rodajas" de unos 2-3 cm de espesor.
Las ponemos sobre una chapa de horno o en un molde (yo hice las dos variantes), y las dejamos reposar un par de horas para que leven.
Las que puse en el molde de cristal al principio no se tocaban, por si os sirve de referencia (la primera foto despues de los ingredientes es antes de hornear, despues del levado).
Pasado ese par de horas (que pueden ser más) horneamos a 180º unos 20-30 minutos, hasta que veamos que están listas (¡en el horno siguen creciendo!).
Las ponemos sobre una rejilla, para que enfríen, y preparamos el glaseado.
Podemos tomarlas tibios o una vez que enfríen, como prefiramos.
Como os puse antes yo congelé bastantes, y luego las fui sacando (justo acabé hoy las dos últimas) poco a poco.
Además se me están ocurriendo un montón de rellenos más para esta masa tan esponjosa... próximamente en c&d!