La pizza es una de mis comidas favoritas, junto con la pasta, así que en casa la comemos bastante a menudo.
Normalmente hago la masa en casa, se hace súper rápido (eso si, hay que esperar el tiempo necesario para que fermente la levadura y la masa crezca) y queda buenísima.
Esta es la receta que más hago, es la que hacía antes siempre, pero desde que "la red" entró en mi vida, voy probando otras recetas para encontrar la masa de pizza perfecta.
La masa puede congelarse, tanto haciendo una bola como ya estirada, es muy cómodo tener unas bases hechas en el congelador para un día "de antojo".
Ingredientes:
- Masa: es la misma que la de los bollos preñaos, podéis verla pinchando
aquí
-"Topping": salsa de tomate, tomate natural, quesos variados, jamón cocido, piña, chorizo, pimiento morrón, champiñones ...
- Orégano, albahaca.
Hacemos la masa, y la dejamos hasta que doble su volumen.
La estiramos (o con rodillo o con las puntas de los dedos, como prefiramos). Si lo hacemos con los dedos, queda con aspecto de "más artesana".
Uso un pequeño cutre-truco para la pizza: una vez que la tengo estirada, le espolvoreo sobre los bordes un poco de pan rallado, no es como usar sémola de trigo pero "da el pego". Lo aprieto un poco con las manos, y queda bastante bien.
Para la pizza tengo una bandeja especial, de esas con agujeros para que ventile y la masa no se quede húmeda, y la verdad es que estoy encantada, quedan mucho mejor.
Esta vez, que hice dos pizzas, estiré la otra sobre papel de hornear y luego la puse en la rejilla del horno, me gusta más que sobre la bandeja.
Ponemos una fina capa de salsa de tomate, unas rodajas muy finas de tomate natural (cuanto más maduro mejor, queda buenísimo), y espolvoreamos orégano y albahaca (opcional).
Encima ponemos lo que prefiramos, yo hice estas dos:
- Una con queso en lonchas, taquitos de jamón cocido, piña, champiñones, queso azul y queso rallado espolvoreado por encima.
- La otra llevaba: queso en lonchas, taquitos de jamón cocido, chorizo casero picante, champiñones, pimiento morrón, y queso rallado.
Las acabo siempre con un poco más de orégano (me encanta) y unos toques de salsa de tomate, cojo una cucharada y la voy repartiendo "lanzándola", una cucharada por pizza.
Para hornearlas, cuando las estiro muy finas (no siempre las hago igual, a veces me apetecen más gorditas y otras veces más finas, será dependiendo de dónde venga el viento, jeje!) las pongo directamente sobre la chapa del horno.
Precaliento a 200º, y cuando está bien caliente, pongo la pizza con la bandeja directamente sobre la chapa. En 5-7 minutos la masa está lista (podemos levantarla un poco con un tenedor para ver como está la base), y la paso al gratinador.
Cuando hago dos, mientras se gratina la primera, pongo la segunda sobre la chapa, es una especie de "cadena", y luego la subo a gratinar.
Se hacen súper rápido, es una maravilla!
Podéis leer un poco más sobre este "método"
aquí, en una pizza que publiqué en agosto.
Si queremos que en los bordes queden alveolos, es importante dejar unos bordes grandes, porque si no con el peso no se forman. A mi sólo se me formaron un par, nunca me acuerdo a tiempo de dejar los bordes grandes, tiendo a cubrirlas hasta el borde.
Estas pizzas tan finas es mejor no cargarlas mucho, quedan mejor con poca cantidad de ingredientes (yo en estas me pasé un poco, pero es que con tantos ingredientes por poco que pongas acaba siendo un montón).
Una vez las sacamos de horno, esperamos 5 minutitos para que se enfríen un poco, hay que tener cuidado porque sobre todo cuando llevan tomate natural podemos quemarnos muy fácilmente.
Además, en cuanto pierden un poco de temperatura los sabores son más intensos, no tenemos que concentrarnos en no quemarnos sino en saborear! jajaja!
Cortamos...y a disfrutarla!