sábado, 26 de diciembre de 2009
TARTA 3 CHOCOLATES
Parece mentira, subí las fotos de la entrada el día 26 y hasta hoy día 30 no encontré los diez minutitos que hacen falta para explicar esta excelente tarta.
Desde luego, es uno de los descubrimientos gastronómicos que he hecho recientemente que más me ha sorprendido. No soy nada chocolatera, y sin embargo esta tarta me encanta...es como comerse un bombón.
La receta que yo hago es la de Canelona .
Hay un montón de recetas, pero sin haber probado el resto me quedo con esta para siempre...es perfecta!
Eso si, como suelo hacer, le rebajé un poco la cantidad de azúcar...incluso se puede hacer sin echarle ninguno, con el que lleva el chocolate es suficiente.
Ingredientes:
para la base:
- 1 rulo de galletas tostadas
- 100 gr de mantequilla
para las cremas de chocolate:
- 150 gr de chocolate negro
- 150 gr de chocolate con leche
- 150 gr de chocolate blanco
-750 ml de nata líquida (yo uso de montar)
- 750 ml de leche
- 80 gr de azúcar
- 3 sobres de cuajada
Molemos las galletas en una picadora o con un rodillo o una botella entre dos paños limpios. Las mezclamos con la mantequilla derretida (yo lo hago al microondas, puede hacerse también al baño maría). Empiezo mezclando con una cuchara, pero acabo con las manos, para ir viendo la consistencia.
Me gusta que la galleta quede húmeda pero suelta, sin apelmazarse al apretarla con la mano, luego con el reposo queda perfecta.
La ponemos en el molde donde vayamos a hacerla (yo suelo hacerla con un aro de repostería, pero también puede ser un molde desmoldable normal o sin poner la base, directamente sobre la bandeja donde queramos servir).
El tamaño ideal para estas cantidades es de 24 cm de diámetro.
Extendemos bien la galleta, y aplastamos con los puños, para que quede bien "prensada". La metemos en la nevera hasta que volvamos a necesitarla.
Vamos con las cremas:
Cada parte será de un chocolate diferente: negro, con leche y blanco. Podemos ponerlas en el orden que más nos guste.
Yo las suelo variar según la decoración que vaya a poner (por ejemplo, si voy a decorar con fideos de chocolate, pongo encima la blanca).
Si la dejo sin decoración, me gusta dejar la de chocolate con leche encima, es la que más me gusta.
Todas las cremas se hacen igual, sólo varía la cantidad de azúcar ( 50 gr para la parte de chocolate negro, 30 para la con leche y sin azúcar para la parte de chocolate blanco).
Se hacen así:
Medimos 250 ml de leche, y vertemos una parte en una taza (a ojo, más o menos media taza) en la que desharemos bien un sobre de cuajada. Hay que revolver bien, para que no se quede ningún grumillo que luego se notará en la tarta. Os aconsejo pasarla por un colador metálico al verterla sobre el resto de ingredientes, aunque no lo parezca siempre queda algún "puñetero".
Ponemos el resto de leche en un cazo que llevaremos al fuego. Añadimos 250 ml de nata, y removemos de vez en cuando para para que no se pegue. Cuando esté caliente, añadimos el chocolate troceado en onzas, y no paramos de remover para que no se queme, ya que el chocolate va al fondo antes de derretirse y puede estropearse fácilmente.
Cuando está derretido, añadimos el azúcar y damos unas vueltas más.
Es muy importante que el chocolate no se queme, pues cambiará tanto el sabor como la textura de la tarta (queda un poco granulosa).
Añadimos entonces la mezcla de leche y cuajada siguiendo las instrucciones del fabricante: vertemos sobre el líquido caliente, removemos sin parar hasta que hierva, retiramos unos segundos del fuego y volvemos a llevar sobre éste, todo el tiempo sin parar de revolver. Notaremos enseguida como espesa un poco.
Vertemos la crema de chocolate sobre la base de galletas, con cuidado para no levantarlas. Suelo poner una cuchara sobre la que vierto la crema, para que amortigüe la fuerza de caída y no haya "problemas inesperados".
Mientras va enfriando, hacemos la siguiente crema, con el mismo procedimiento. Si el color de la siguiente crema va a ser más oscuro, supuestamente no hace falta lavar el cazo, aunque yo lo lavo siempre por si acaso).
Cuando esté lista, verificamos si la primera está lo suficientemente cuajada. Para ello hacemos unos pequeños surcos (que de paso nos servirán para que los distintos pisos no resbalen entre ellos). No hace falta que esté cuajada del todo, pero comprobaremos que no esté demasiado líquida.
Siempre que hice la tarta, con el tiempo de preparar la siguiente crema, estaba lista.
Si no lo está, unos minutitos de nevera y a volver a probar. De todas formas, lo único que pasa es que los chocolates se mezclan, pero por supuesto puede comerse igual.
Vertemos con cuidado (utilizando otra vez la cuchara), y hacemos la tercera crema, exactamente del mismo modo que las anteriores, y con las mismas precauciones antes de verterla.
La tarta está lista! Dejamos que enfríe, y la metemos en la nevera.
Me gusta hacerla al menos con 2 días de antelación (este año fue la guinda perfecta para una comida espectacular en casa de una de mis nuevas tías el día 25, así que la hice el 23 por la tarde), pero puede hacerse con menos tiempo. Eso si, gana mucho con el reposo.
Un rato antes de servirla la desmoldamos y si queremos la decoramos. Es tan bonita que no hace falta ponerle nada. Eso si, cuidado con los bordes, son bastante delicados, si la vamos a llevar fuera de casa es mejor llevarla con el aro o el molde y sacárselo antes de servirla. (se lo saqué para hacer las fotos y luego volví a ponérselo para que no le pasase nada en el trayecto)
En las fotos parece que la parte de chocolate negro es más fina, es porque los bordes de la base estaban un poquito más altos que el resto, pero lleva la misma cantidad de las tres cremas.
No tengo foto del corte, para que aprecieis la textura, pero os aseguro que es súper fina y suave... una de esas cosas que hay que probar al menos una vez en la vida!
Como siempre... espero que os guste!
Aprovecho esta entrada tan cercana al nuevo 2010 para desearos que sea un año lleno de felicidad.
lunes, 21 de diciembre de 2009
ÁRBOL GALLETIL Y... FELIZ NAVIDAD!
¡Qué ganas tenía de hacer este arbolito! Hace años que lo vi en el libro El Gran Libro de la Repostería (Everest). Debería tener más "capas de hojas", pero hice poca masa y tuve que hacer unas estrellitas pequeñitas para ir intercalando con las grandes.
Si os decidís a hacerlo, os recomiendo hacer al menos el doble de masa para que quede más compacto (la estrella más grande es de uno 15 cm, por si os sirve de referencia).
La masa la vi en el blog Las Comiditas de Cris, y ella a su vez en Bocados dulces y salados , sin duda dos de mis favoritos.
Ingredientes:
- 200gr. de harina
- 60gr. de azúcar
- 125gr. de mantequilla
- 1 yema de huevo
- 1 pizca de sal
- ralladura de limón (abundante)
- azúcar vainillado
para decorar: azúcar glas, perlitas de colores, fideos de chocolate...
Empezamos tamizando la harina, y hacemos un huequecillo en el centro.
Ponemos la yema de huevo batida, la ralladura de limón, los azúcares, la sal y removemos bien.
Por último, añadimos la mantequilla a temperatura ambiente (Cris usa margarina, pero no tenía), y amasamos hasta que la masa esté perfectamente homogénea.
La envolvemos en film, y la metemos una hora a la nevera, para que enfríe y sea más fácil de manejar.
Mientras tanto podemos ir haciendo los dibujos de las estrellitas (esto si no tenemos cortadores con forma de estrella, en ese caso sería súper rápido de hacer).
Tienen que ser de diferentes tamaños, y pueden ser más o menos regulares, según queramos.
Yo dibujé una en el ordenador e hice 4 iguales pero cada vez más pequeñas, concéntricas, así en un folio nos caben todas.
Para que el arbolito quede "macizo" son unas 13-14 estrellitas, por lo que necesitaremos al menos el doble de masa que la receta original. Podéis bajaros una plantilla que hice más tarde aquí.
Marcamos también el centro de las estrellas, luego nos hará falta saber donde está.
Una vez la masa esté fría, la estiramos con un rodillo (no es necesario añadir más harina, si la masa se pega al rodillo la despegamos con cuidado con las manos)
Para que quede del mismo grosor al estirarla hay unas gomas para poner en el rodillo, de diferentes grosores, pero si no tenemos (como es mi caso) podemos apañarnos muy fácilmente con cositas que tenemos por casa.
Tenemos que buscar dos objetos del mismo grosor, y ponerlos a ambos lados de la masa. Apoyamos el rodillo sobre ellos, y estiramos la masa.
Lo ideal son unas barritas de madera o algo similar. Como por supuesto tampoco tenía nada parecido a unas barritas de madera, puse.....dos libros! Sacrilegioooo! jajaja! bueno, igual que hay gente que los usa para forrar las patas de las mesas que cojean, yo los uso para hacer galletas! jajaja! No, que va, los forré con mucho cuidado en film para que no sufriesen ningún desperfecto. Podemos usar unas libretas o algo parecido, también. Tendrían unos 8 mm, más o menos.
Es la primera vez que uso lo de poner algo para apoyar el rodillo, y la verdad es que es una idea buenísima. Las galletas quedan todas perfectas, del mismo grosor (y por lo tanto todas igual de pasadas). Cortamos en el papel la estrella más grande, y la ponemos sobre la masa estirada. Con un cuchillo vamos cortando la masa que sobra por los bordes, y con un palito de brocheta hacemos un agujerito en el centro.
Hacemos los mismo con todos los tamaños, sin olvidarnos de marcar en todas el centro.
Cortamos una pequeñita y le clavamos otro palito de brocheta, que luego harán de estrella del árbol y de "tronco".
Lo ponemos todo sobre un papel de hornear o una lámina de silicona, y horneamos en el horno precalentado a 170º unos 10 minutos. Al salir del horno estarán blandas, casi como un bizcocho, pero luego ya endurecen al enfriarse.
Os aconsejo ir horneando mientras vamos cortando todas las estrellitas, así vamos adelantando tiempo.
Una vez están bien frías, podemos espolvorearlas con azúcar glas, decorarlas con glasa o dejarlas al natural, admiten cualquier decoración que se nos ocurra.
Las vamos clavando una a una en el palo de brocheta que tiene la estrella en una de sus puntas, de menor a mayor. Si no entran bien las vamos girando para que entren sin hacer casi fuerza y no se rompan.
Yo en este caso puse el arbolito en esta maceta plateada (rellené con varias capas de porexpan, puse una cartulina verde y pinché el sobrante del palito de brocheta), pero si queremos podemos dejarlo con la galleta más grande directamente sobre un plato, cortando lo que sobra del palito.
Como decoración en el libro donde lo vi ponen unas velitas rojas, pequeñas y finitas, pero si se cae cera al encenderlas luego no podremos comernos las galletas, y es una pena.
Queda precioso, la verdad.
Como me sobró algo de masa, hice estas 2 galletitas (4, en realidad). Una la rellené de nocilla, y la otra con mermelada de melocotón casera... estoy deseando probarlas, porque si sólas están buenísmas, acompañadas tienen que ser espectaculares!
Son unas galletas riquísimas (me tuve que comer una estrellita que se rompió, no iba a tirarla, no? jijjijiji), muy parecidas a las de pastelería, pero más ricas. Tanto la textura como el toque a limón es perfecto, os las recomiendo.
Estoy deseando que pasen las navidades para poder comernos el arbolitooooo!
Un saludo, espero que os guste, y aprovecho para felicitaros la navidad a los que las celebréis, y a los que no lo hacéis...paciencia, y disfrutad de los festivos!
Si os decidís a hacerlo, os recomiendo hacer al menos el doble de masa para que quede más compacto (la estrella más grande es de uno 15 cm, por si os sirve de referencia).
La masa la vi en el blog Las Comiditas de Cris, y ella a su vez en Bocados dulces y salados , sin duda dos de mis favoritos.
Ingredientes:
- 200gr. de harina
- 60gr. de azúcar
- 125gr. de mantequilla
- 1 yema de huevo
- 1 pizca de sal
- ralladura de limón (abundante)
- azúcar vainillado
para decorar: azúcar glas, perlitas de colores, fideos de chocolate...
Empezamos tamizando la harina, y hacemos un huequecillo en el centro.
Ponemos la yema de huevo batida, la ralladura de limón, los azúcares, la sal y removemos bien.
Por último, añadimos la mantequilla a temperatura ambiente (Cris usa margarina, pero no tenía), y amasamos hasta que la masa esté perfectamente homogénea.
La envolvemos en film, y la metemos una hora a la nevera, para que enfríe y sea más fácil de manejar.
Mientras tanto podemos ir haciendo los dibujos de las estrellitas (esto si no tenemos cortadores con forma de estrella, en ese caso sería súper rápido de hacer).
Tienen que ser de diferentes tamaños, y pueden ser más o menos regulares, según queramos.
Yo dibujé una en el ordenador e hice 4 iguales pero cada vez más pequeñas, concéntricas, así en un folio nos caben todas.
Para que el arbolito quede "macizo" son unas 13-14 estrellitas, por lo que necesitaremos al menos el doble de masa que la receta original. Podéis bajaros una plantilla que hice más tarde aquí.
Marcamos también el centro de las estrellas, luego nos hará falta saber donde está.
Una vez la masa esté fría, la estiramos con un rodillo (no es necesario añadir más harina, si la masa se pega al rodillo la despegamos con cuidado con las manos)
Para que quede del mismo grosor al estirarla hay unas gomas para poner en el rodillo, de diferentes grosores, pero si no tenemos (como es mi caso) podemos apañarnos muy fácilmente con cositas que tenemos por casa.
Tenemos que buscar dos objetos del mismo grosor, y ponerlos a ambos lados de la masa. Apoyamos el rodillo sobre ellos, y estiramos la masa.
Lo ideal son unas barritas de madera o algo similar. Como por supuesto tampoco tenía nada parecido a unas barritas de madera, puse.....dos libros! Sacrilegioooo! jajaja! bueno, igual que hay gente que los usa para forrar las patas de las mesas que cojean, yo los uso para hacer galletas! jajaja! No, que va, los forré con mucho cuidado en film para que no sufriesen ningún desperfecto. Podemos usar unas libretas o algo parecido, también. Tendrían unos 8 mm, más o menos.
Es la primera vez que uso lo de poner algo para apoyar el rodillo, y la verdad es que es una idea buenísima. Las galletas quedan todas perfectas, del mismo grosor (y por lo tanto todas igual de pasadas). Cortamos en el papel la estrella más grande, y la ponemos sobre la masa estirada. Con un cuchillo vamos cortando la masa que sobra por los bordes, y con un palito de brocheta hacemos un agujerito en el centro.
Hacemos los mismo con todos los tamaños, sin olvidarnos de marcar en todas el centro.
Cortamos una pequeñita y le clavamos otro palito de brocheta, que luego harán de estrella del árbol y de "tronco".
Lo ponemos todo sobre un papel de hornear o una lámina de silicona, y horneamos en el horno precalentado a 170º unos 10 minutos. Al salir del horno estarán blandas, casi como un bizcocho, pero luego ya endurecen al enfriarse.
Os aconsejo ir horneando mientras vamos cortando todas las estrellitas, así vamos adelantando tiempo.
Una vez están bien frías, podemos espolvorearlas con azúcar glas, decorarlas con glasa o dejarlas al natural, admiten cualquier decoración que se nos ocurra.
Las vamos clavando una a una en el palo de brocheta que tiene la estrella en una de sus puntas, de menor a mayor. Si no entran bien las vamos girando para que entren sin hacer casi fuerza y no se rompan.
Yo en este caso puse el arbolito en esta maceta plateada (rellené con varias capas de porexpan, puse una cartulina verde y pinché el sobrante del palito de brocheta), pero si queremos podemos dejarlo con la galleta más grande directamente sobre un plato, cortando lo que sobra del palito.
Como decoración en el libro donde lo vi ponen unas velitas rojas, pequeñas y finitas, pero si se cae cera al encenderlas luego no podremos comernos las galletas, y es una pena.
Queda precioso, la verdad.
Como me sobró algo de masa, hice estas 2 galletitas (4, en realidad). Una la rellené de nocilla, y la otra con mermelada de melocotón casera... estoy deseando probarlas, porque si sólas están buenísmas, acompañadas tienen que ser espectaculares!
Son unas galletas riquísimas (me tuve que comer una estrellita que se rompió, no iba a tirarla, no? jijjijiji), muy parecidas a las de pastelería, pero más ricas. Tanto la textura como el toque a limón es perfecto, os las recomiendo.
Estoy deseando que pasen las navidades para poder comernos el arbolitooooo!
Un saludo, espero que os guste, y aprovecho para felicitaros la navidad a los que las celebréis, y a los que no lo hacéis...paciencia, y disfrutad de los festivos!
martes, 15 de diciembre de 2009
CHINOIS DESBORDANTE
Si, cuando digo desbordante digo literalmente desbordante! Menudo susto cuando se me ocurrió mirar qué tal iba mi ansiado chinois! Se quería ir el tío de paseo por el horno, pero no! Lo pillé a tiempo.
No conocía este dulce hasta que me metí de lleno en el mundo de los blogs de cocina, y me llamaron desde el principio tanto su aspecto como su nombre. Y desde ahora, su sabor.
Hay un montón de recetas en internet, pero me quedo con el de María José, del estupendo blog Un cachiño doce . Si no lo conocéis os recomiendo daros una vuelta por su cocina...¡no podréis dejar de visitarla!
Ingredientes:
Para la masa:
- 2 huevos
- 400 gr de harina de trigo (de fuerza)
- 25 gr de levadura prensada fresca
- 100 ml de leche entera
- 50 gr de azúcar (y una cucharadita para la levadura)
- 75 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- ralladura de limón
- una cucharadita de sal.
Para la crema pastelera:
- 2 yemas de huevo
- 3 cucharadas de azúcar
- una pizca de azúcar vainillado
- 3 cucharadas soperas colmadas de maizena
- 300 ml de leche
- 30 gr de mantequilla
Para el almíbar:
- el zumo de una mandarina
- 6 cucharadas de agua
- 6 cucharadas de azúcar
Vamos con el proceso!
Para la masa:
Mezclamos la levadura con los 100 ml de leche tibia y la cucharadita de azúcar, y removemos hasta que se deshaga del todo. Hay que tener cuidado de que la leche no esté demasiado caliente, pues mataría la levadura. Se tapa con un film, y se deja que fermente unos 20 minutos, en los que triplicará (o incluso más) su volúmen. Yo lo tenía en una jarra de 500 ml y se salió por arriba.
Una vez ha fermentado, tamizamos la harina y la mezclamos con el azúcar, la sal, los huevos batidos, la ralladura de limón y la mezcla de leche y levadura.
Mezclamos bien y luego amasamos hasta conseguir una masa bien homogénea, elástica, y que no se pegue a las manos. Cuando esté lista, vamos incorporando la mantequilla en cuadraditos. Como María José muy bien dice, puede ser un poco desesperante, parece que la masa no va a quedar bien, te dan ganas de tirarlo todo, pero despues de amasar y amasar queda una masa perfecta, muy aromática y fácilmente manejable.
La ponemos en un recipiente tapado con un film, y dejamos que fermente mínimo dos horas hasta que duplique su volumen. Suelo taparla con un paño y ponerla encima de la tele (a ver qué hago cuando tenga una pantalla plana....jijiji), la temperatura es perfecta.
Una vez la masa haya duplicado su volumen, la desgasificamos con un ligero amasado o dándole unos golpes y la estiramos con un rodillo, dándole forma rectangular. Si se pega mucho podemos poner un poco de harina (en mi caso no fue necesario).
Extendemos la crema sobre la masa (yo en una parte además le puse fruta confitada picada en cuadraditos finos), y la enrollamos como un brazo de gitano.
Cortamos "rodajas" de unos 5 cm (tres dedos), y las vamos colocando en un molde enharinado de forma que una de las partes que tienen crema quede en la base del molde, y la otra hacia arriba.
Es conveniente no ponerlas demasiado juntas, para que puedan crecer sin pelearse.
Volvemos a tapar con film, y dejamos otra vez hasta que duplique su volúmen.
Yo las puse demasiado juntas (estaban tocándose), y cuando crecieron ya se palpaba la tragedia. Uno de los rollitos había crecido un montón (en la foto de al lado de los ingredientes se ve claramente), y como no cabía había subido mucho hacia arriba, pero cuano lo metí en el horno...aquello fue indescriptible! Empezó a desbordar por los lados, y algunos trocitos de crema incluso se cayeron a la base del horno. Pensé que no iba a salir nada para poder publicar (porque de sabor estaba segura de que iba a quedar bien, el olor era una maravilla).
Mi molde es redondo, de 22 cm, por si os sirve de referencia.
Al final sólo dos trocitos conservaron su forma, pero como es una receta que creo que merece la pena hacer aunque no salga perfecta, aquí os la pongo!
Incluso algunos de los "desbordamientos" quedaron artísticos y todo! (no se consuela el que no quiere, jejeje)
Bueno, que me lío...sigo!
Cuando hay duplicado su volumen, lo pincelamos con huevo o leche con mucho cuidado y lo metemos al horno precalentado a 190º. Yo lo tuve unos 40 minutos, pero dependerá de cada horno. Podemos usar el truco de pinchar con un palillo, y cuando salga limpio, es que está listo.
Mientras está en el horno, vamos haciendo el almíbar para pincelarlo.
Ponemos en un cazo al fuego el zumo de mandarina, el azúcar y el agua, y lo llevamos a ebullición. Lo dejamos hasta que reduzca un poco y quede más denso.
Cuando saquemos el chinois (o lo que queda de él) del horno, lo pincelamos generosamente con este almíbar... y a disfrutarlo!
Sé que siempre digo que las recetas me encantan, pero es que esta vez tengo que volver a ponerlo... es impresionante!
Lo probé cuando aún estaba tibio, con una taza de té...mmmm! Y al día siguiente, para desayunar, con una tacita de leche...mmmm! Y el resto al congelador, para cuando tenga un antojo....mmm! ajjajaja!
Espero que os guste!
No conocía este dulce hasta que me metí de lleno en el mundo de los blogs de cocina, y me llamaron desde el principio tanto su aspecto como su nombre. Y desde ahora, su sabor.
Hay un montón de recetas en internet, pero me quedo con el de María José, del estupendo blog Un cachiño doce . Si no lo conocéis os recomiendo daros una vuelta por su cocina...¡no podréis dejar de visitarla!
Ingredientes:
Para la masa:
- 2 huevos
- 400 gr de harina de trigo (de fuerza)
- 25 gr de levadura prensada fresca
- 100 ml de leche entera
- 50 gr de azúcar (y una cucharadita para la levadura)
- 75 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- ralladura de limón
- una cucharadita de sal.
Para la crema pastelera:
- 2 yemas de huevo
- 3 cucharadas de azúcar
- una pizca de azúcar vainillado
- 3 cucharadas soperas colmadas de maizena
- 300 ml de leche
- 30 gr de mantequilla
Para el almíbar:
- el zumo de una mandarina
- 6 cucharadas de agua
- 6 cucharadas de azúcar
Vamos con el proceso!
Para la masa:
Mezclamos la levadura con los 100 ml de leche tibia y la cucharadita de azúcar, y removemos hasta que se deshaga del todo. Hay que tener cuidado de que la leche no esté demasiado caliente, pues mataría la levadura. Se tapa con un film, y se deja que fermente unos 20 minutos, en los que triplicará (o incluso más) su volúmen. Yo lo tenía en una jarra de 500 ml y se salió por arriba.
Una vez ha fermentado, tamizamos la harina y la mezclamos con el azúcar, la sal, los huevos batidos, la ralladura de limón y la mezcla de leche y levadura.
Mezclamos bien y luego amasamos hasta conseguir una masa bien homogénea, elástica, y que no se pegue a las manos. Cuando esté lista, vamos incorporando la mantequilla en cuadraditos. Como María José muy bien dice, puede ser un poco desesperante, parece que la masa no va a quedar bien, te dan ganas de tirarlo todo, pero despues de amasar y amasar queda una masa perfecta, muy aromática y fácilmente manejable.
La ponemos en un recipiente tapado con un film, y dejamos que fermente mínimo dos horas hasta que duplique su volumen. Suelo taparla con un paño y ponerla encima de la tele (a ver qué hago cuando tenga una pantalla plana....jijiji), la temperatura es perfecta.
Mientras tanto podemos ir haciendo la crema pastelera:
Calentamos la leche y reservamos.
Mezclamos en un cazo las yemas, el azúcar, la maizena y un chorrito de leche fría, para que sea más manejable. Removemos bien hasta que no queden grumos, pues luego se notarán en la crema.
Ponemos esta mezcla al fuego, y le añadimos parte de la leche. Yo se la puse casi toda ya al principio. Removemos constantemente con una cuchara de palo o unas varillas, para evitar que se pegue. Según vaya espesando ya vemos si necesita más leche o no, en mi caso sí la utilicé toda. Tiene que quedar una crema espesa, para que luego no se escurra al montar y cocer el chinois.
Cuando la retiremos del fuego le añadimos la mantequilla en trocitos, y removemos hasta que se disuelva. La tapamos con un film que toque toda la superficie, para que no se forme costra.Una vez la masa haya duplicado su volumen, la desgasificamos con un ligero amasado o dándole unos golpes y la estiramos con un rodillo, dándole forma rectangular. Si se pega mucho podemos poner un poco de harina (en mi caso no fue necesario).
Extendemos la crema sobre la masa (yo en una parte además le puse fruta confitada picada en cuadraditos finos), y la enrollamos como un brazo de gitano.
Cortamos "rodajas" de unos 5 cm (tres dedos), y las vamos colocando en un molde enharinado de forma que una de las partes que tienen crema quede en la base del molde, y la otra hacia arriba.
Es conveniente no ponerlas demasiado juntas, para que puedan crecer sin pelearse.
Volvemos a tapar con film, y dejamos otra vez hasta que duplique su volúmen.
Yo las puse demasiado juntas (estaban tocándose), y cuando crecieron ya se palpaba la tragedia. Uno de los rollitos había crecido un montón (en la foto de al lado de los ingredientes se ve claramente), y como no cabía había subido mucho hacia arriba, pero cuano lo metí en el horno...aquello fue indescriptible! Empezó a desbordar por los lados, y algunos trocitos de crema incluso se cayeron a la base del horno. Pensé que no iba a salir nada para poder publicar (porque de sabor estaba segura de que iba a quedar bien, el olor era una maravilla).
Mi molde es redondo, de 22 cm, por si os sirve de referencia.
Al final sólo dos trocitos conservaron su forma, pero como es una receta que creo que merece la pena hacer aunque no salga perfecta, aquí os la pongo!
Incluso algunos de los "desbordamientos" quedaron artísticos y todo! (no se consuela el que no quiere, jejeje)
Bueno, que me lío...sigo!
Cuando hay duplicado su volumen, lo pincelamos con huevo o leche con mucho cuidado y lo metemos al horno precalentado a 190º. Yo lo tuve unos 40 minutos, pero dependerá de cada horno. Podemos usar el truco de pinchar con un palillo, y cuando salga limpio, es que está listo.
Mientras está en el horno, vamos haciendo el almíbar para pincelarlo.
Ponemos en un cazo al fuego el zumo de mandarina, el azúcar y el agua, y lo llevamos a ebullición. Lo dejamos hasta que reduzca un poco y quede más denso.
Cuando saquemos el chinois (o lo que queda de él) del horno, lo pincelamos generosamente con este almíbar... y a disfrutarlo!
Sé que siempre digo que las recetas me encantan, pero es que esta vez tengo que volver a ponerlo... es impresionante!
Lo probé cuando aún estaba tibio, con una taza de té...mmmm! Y al día siguiente, para desayunar, con una tacita de leche...mmmm! Y el resto al congelador, para cuando tenga un antojo....mmm! ajjajaja!
Espero que os guste!
martes, 8 de diciembre de 2009
HOJALDRE DE BOLETUS, JAMÓN SERRANO Y SALSA DE QUESO AZUL
No estaba segura de si publicar o no esta receta, porque es casi igual que la trenza de hojaldre, pero estos boletus que me han regalado bien se merecen una entradita!
Ingredientes:
- boletus (o cualquier seta)
- jamón serrano en taquitos
- queso azul (u otro a nuestra elección)
- nata líquida para montar
- una plancha de hojaldre
- sal, un diente de ajo, aceite de oliva
Empezamos poniendo los taquitos de jamón en un cuenco con agua templada para que pierda parte de la sal.
Vamos limpiando los boletus, quitando las partes que puedan estar estropeadas y cortándolos en trocitos pequeños (sin lavarlos, a poder ser).
Picamos finamente un diente de ajo, lo ponemos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva y damos unas vueltas.
Añadimos los boletus, y dejamos que se vayan pasando. Soltarán bastante líquido que cada vez será más meloso, e irán volviéndose de color marrón.
Pasados unos 5 minutos, añadimos el jamón serrano, y después de otro ratito probamos si hace falta añadir sal. En mi caso sí tuve que añadir.
Una vez están pasados los boletus los retiré con una espumadera, para dejar la salsa en la sartén,
a la que añadiremos un chorrito de nata y el queso que prefiramos, en mi caso queso azul.
Dejamos que vaya reduciendo, hasta que la salsa quede bastante espesa.
Mientras tanto, cortamos el hojaldre en dos partes. Ponemos una de las mitades sobre papel de hornear.
Colocamos los boletus sobre el hojaldre, un poco de salsa de queso y tapamos con la otra mitad del hojaldre.
Cerramos como para una empanada, y hacemos un agujerito en el centro para que respire. Hoy lo pincelé con nata, pero me gusta más como queda con huevo.
Lo metemos sobre la rejilla del horno precalentado a 180º una media hora...y a disfrutarlo!
Como tenía bastante relleno (y además un poco líquido), la base apenas subió,pero estaba buenísimo igualmente.
Al igual que en la trenza, el relleno queda muy meloso, y la combinación de las setas, el jamón y el queso es estupenda.
Ingredientes:
- boletus (o cualquier seta)
- jamón serrano en taquitos
- queso azul (u otro a nuestra elección)
- nata líquida para montar
- una plancha de hojaldre
- sal, un diente de ajo, aceite de oliva
Empezamos poniendo los taquitos de jamón en un cuenco con agua templada para que pierda parte de la sal.
Vamos limpiando los boletus, quitando las partes que puedan estar estropeadas y cortándolos en trocitos pequeños (sin lavarlos, a poder ser).
Picamos finamente un diente de ajo, lo ponemos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva y damos unas vueltas.
Añadimos los boletus, y dejamos que se vayan pasando. Soltarán bastante líquido que cada vez será más meloso, e irán volviéndose de color marrón.
Pasados unos 5 minutos, añadimos el jamón serrano, y después de otro ratito probamos si hace falta añadir sal. En mi caso sí tuve que añadir.
Una vez están pasados los boletus los retiré con una espumadera, para dejar la salsa en la sartén,
a la que añadiremos un chorrito de nata y el queso que prefiramos, en mi caso queso azul.
Dejamos que vaya reduciendo, hasta que la salsa quede bastante espesa.
Mientras tanto, cortamos el hojaldre en dos partes. Ponemos una de las mitades sobre papel de hornear.
Colocamos los boletus sobre el hojaldre, un poco de salsa de queso y tapamos con la otra mitad del hojaldre.
Cerramos como para una empanada, y hacemos un agujerito en el centro para que respire. Hoy lo pincelé con nata, pero me gusta más como queda con huevo.
Lo metemos sobre la rejilla del horno precalentado a 180º una media hora...y a disfrutarlo!
Como tenía bastante relleno (y además un poco líquido), la base apenas subió,pero estaba buenísimo igualmente.
Al igual que en la trenza, el relleno queda muy meloso, y la combinación de las setas, el jamón y el queso es estupenda.
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