jueves, 22 de diciembre de 2011

GALLETAS NAVIDEÑAS


¡Pues ya están aquí otra vez las fiestas! Gran "temporada" en el mungo blogueril, puedes pasarte el día entero babeando delante de la pantalla.

Yo como este año (como casi todos últimamente) aún estoy modo navidad-off, creo que esta va a ser la única entrada que publique.
Aunque nunca se sabe, igual me invade de repente el espíritu cocinero-navideño y me pongo a hacer cosas como una loca. ¡Ya iremos viendo!

Estas galletas las hice para sortearlas entre los amigos de facebook que me ayudásteis a ganar el preciosísimo bolso de Aingeru Artesanía que tanto me gusta y que no he apeado desde que ha caído en mi poder.

Como quería tener un detalle con vosotros por haber sido tan pesadita, decidí hacer 5 minilotes de galletas y enviároslas como agradecimiento.


Son unas galletas muy sencillas, una receta básica aromatizada con miel, cacao y mezcla de especias navideñas.
Lo que les da el toque de distinción es el uso de colorantes, con muy poco podemos hacer unas galletas bastante vistosas y alegres.

Además me parece que pueden quedar muy chulas adornando el árbol, a algunas incluso les hice un pequeño agujerito para esto.

Vamos con la receta.

Ingredientes:
Para las galletas:
- 225 gr de mantequilla
- 220 gr de azúcar
- 1 huevo grande
- media cucharadita de sal
- 450 gr de harina de repostería
- 1 cucharada de miel
- cacao en polvo, especias navideñas,

Para decorar:
- glasa, azúcar coloreado, sprinkles,...


En un bol ponemos la mantequilla (que estará a temperatura ambiente) y el azúcar y mezclamos hasta conseguir una textura esponjosa y fluída.

Puede hacerse "a mano o a máquina", aunque si podéis os recomiendo hacerlo a máquina, menuda diferencia.

Añadimos el huevo batido y la cucharada de miel y seguimos mezclando hasta que estén perfectamente integrados.
La miel que yo utilicé es casera, por lo que tiene un montón de sabor, así que si es comprada os recomiendo ponerle un par de cucharadas.
 
Añadimos la harina y la sal tamizadas, y removemos bien.

Para hacer estas galletas dividí la masa en 4 partes iguales: a la primera le puse una cucharada grande de cacao en polvo, a la segunda media cucharadita de postre de especias navideñas, a la tercera colorante en gel rojo y a la última colorante en gel verde.

Hacemos una bola con cada tipo de masa y la estiramos con el rodillo entre dos hojas de papel sulfurizado (de hornear).

Os aconsejo meter estas láminas de masa (sin retirar el papel en ambas caras) en la nevera al menos un par de horas, para que estén perfectas a la hora de cortarlas y hornearlas.

Si como en mi caso hacéis bastante cantidad, es imprescindible hacerlo, ya que si no con el calor del horno en la cocina la masa se vuelve imposible de manejar.


Pasadas estas dos horas, vamos cortando las galletas como más nos gusten.

Al haerlo les di un montón de formas distintas, me encanta probar cosas nuevas cada vez que hago galletas. Y en este caso además de varias las formas varían los colores, así que las combinaciones son casi infinitas.

Algunas las hice con el mismo sistema que estos corazones (son muy chulas y super fáciles), otras eran formas básicas y pequeñitas navideñas (estrellas, arbolitos, flores  y campanas), unas cuantas redondas medianas con una felicitación navideña gracias a la  imprenta para galletas (me encanta, le saco muchísimo partido),  y por último los dos modelos que más me gustaron: unas bolas grandes decoradas con azúcar teñido y unas galletas "encaje", que es la segunda vez que hago y me tienen enamorada.

La forma de hacerlas es muy sencilla, aunque un poco laboriosa. No aptas para gente sin paciencia.

Cortaremos la galleta con la forma que escojamos, y luego haremos los agujeros con la disposión y forma que más nos gusten. Os recomiendo hacerlos de forma simétrica, para que sea más fácil.
Yo utilicé este juego de mini cortadores metálicos que aparecen en la foto, pero si no tenéis podéis hacerlo con pajitas, descorazonadores de manzana, palos de brocheta, ... con cualquier cosa que tengáis por casa.
Los de forma de lágrima son muy fáciles de hacer con una tira de cartulina y un trozo de celo uniendo los dos extremos para darle la forma.

Cada galleta es única, y hay que hacer las perforaciones una a una... cómo disfruto haciéndolas, está claro que hay gente rara por el mundo, eh? ;-)


Las ponemos sobre una bandeja y las volvemos a meter en la nevera hasta el momento de que entren en el horno, es básico para que conserven bien la forma en el horneado.

Las meteremos en el horno precalentado a 170º hasta que los bordes empiecen a ponerse dorados, unos 10 minutos.
Las sacamos y las colocamos sobre una rejilla hasta que estén totalmente frías.

Os recomiendo esperar al menos un par de horas (mejor si es toda la noche) antes de decorarlas, así la galleta ya ha adquirido la consistencia final y hay muchas menos posibilidades de que se rompan al manejarlas.

La decoración es de lo más sencilla: unas van tal cual, sin más decoración que la forma y color de la galleta, a otras les pegué unos sprinkes con una gotita de glasa, y a las últimas les hice una decoración con glasa y azúcar teñido que ya había probado en algunas galletas infantiles y me gusta bastante como queda.

Podemos hacer el azúcar teñido de cualquier color en nuestra propia casa, simplemente tenemos que mezclar un par de cucharadas de azúcar blanquilla (normal) con una gota de colorante en gel o en pasta.
Removeremos bien hasta que esté perfectamente repartido, y pondremos a secar la mezcla sobre un trozo de papel de cocina.
Un día al aire y ya tenemos nuestro azúcar coloreado casero, así de fácil, para usar como más nos guste.

Para esta decoración simplemente tenemos que hacer una forma con glasa o chocolate y espolvorear con azúcar rápidamente por encima. Cuando se haya secado, eliminamos el exceso de azúcar y nuestra forma quedará muy bien definida.


 Para terminar (y como traca final) quiero enseñaros estas preciosísimas fotos que Silvia ( de Mi Dulce Tentación) me envió al recibir sus galletas.
De su web no os voy a decir nada, es archiconocida y perfecta (de hecho cuando vi que unas de las galletas le habían tocado a ella, se me hizo un nudo en la garganta), pero ahora que he tratado un poquito con ella puedo deciros que es una chica estupenda y muy cercana y amable, ha sido un gran descubrimiento. ¡A la altura de sus recetas!
Ya era muy fan de su web, pero ahora lo soy todavía más.

Sin más, y como creo que hasta mediados de enero no voy a publicar nada más, os deseo un muy feliz comienzo de 2012.  ¡Y que dure así todo el año!

miércoles, 21 de diciembre de 2011

OSBORNE: SORTEO EXPRÉS (EDITO, YA TENEMOS GANADORA)


¡Sorteo exprés! Una lástima que sea tan exprés, pero si hay suerte uno de vosotros podrá disfrutar de este estupendo jamón en la cena de nochebuena... y si no en la de nochevieja, todo depende de lo rápidos que sean nuestros amigos de Correos.

Hace cosa de un mes, se pusieron en contacto conmigo para ofrecerme participar en esta campaña: a cambio de una entrada con un link a la tienda osborne, me mandarían una funda de ordenador y un sobre de 100 gramos de jamón de bellota cortado a mano.

Os animo a echarle un ojo a la tienda, hay un montón de cosas además de jamones y vinos (y para todos los bolsillos, desde una baraja de cartas hasta un polo o una billetera de piel).
Mis favoritos sin duda son los cascos de moto... porque no tengo moto, que si no ya le estaba pidiendo uno a mis amigos Mechor, Gaspar y Baltasar.

Además como podréis ver hay ofertas especiales hasta el día 31 de este mes.


Pues bien, hace escasamente una hora ha llegado a mis manos el pack de Osborne: una funda de ordenador (de esos pequeños de 10 pulgadas), un sobre de 100 gramos de jamón 5J de bellota cortado a mano Sánchez Romero Carvajal (buenísima pinta) y un USB con información (que al menos en mi ordenador no funciona).
Aunque la tentación es grande, creo que la mejor forma de compartir con vosotros la excelente calidad de estos productos es compartirlos literalmente, así que he decidido organizar un sorteo exprés.

Dejadme un comentario en esta entrada durante todo el día de hoy. A las 12 de la noche realizaré el sorteo y editaré para poneros quien ha sido el ganador.
Si a las 12 no váis a estar por aquí, mandadme también por favor un mail con vuestra nombre completo y dirección postal a cocinoydisfruto@gmail.com, así mañana por la mañana tempranito os enviaré el pack.
Por favor, los de Canarias no olvidéis incluir también en NIF, que hace falta para hacer el envío.
Si preferís esperad a ver si os toca y luego os mando un mail para pedíroslo.
Un saludo... ¡y mucha suerte a todos!


¡Edito!  Ya son las 12, así que random ha tenido que trabajar un poco.

Esta vez no he contado con la participación de Lupe, así todo puede ser un poco más rápido. 

Pues bien, aquí está el "pantallazo"
 Y la suerte parece que está de cara de Andrea, hace menos de un mes sorteé en facebook unos mini-lotes de galletas y uno le tocó a ella!

Así que ya tengo tu dire, chata! Mañana sale el pack!


Muchas gracias a todos por participar.

domingo, 11 de diciembre de 2011

ENSALADA DE POLLO CON VINAGRETA DE FRAMBUESA

Un poquito de salado entre tanto dulce... ¡y el que nos espera! 
La verdad es que tengo varias recetas dulces (que creo que os van a gustar) pendientes  de ver la luz, pero voy a ser buena y publicar algo saladito, una ensalada super rica que nos puede servir para prepararnos de cara a los excesos que vienen.

Sé que a muchos como a mi os gustan los contrastes de dulce y salado, esta ensalada será una delicia para vosotros.

En invierno siempre suelo hacer ensaladas templadas, si no como algo mínimamente caliente no me quito el frío del cuerpo en todo el día.
Además muchas veces la acompaño con una sopa o caldo bien calentito, para "compensar".

 Ingredientes:
- lechugas variadas (verde, hoja de roble, escarola,...)
- unas espinacas baby frescas
- pechuga de pollo
- manzana (yo red chief)
- queso semicurado
- pipas peladas
- vinagreta de frambuesa

Para freír y empanar:
- ajo
- huevo
- pan rallado
- aceite de oliva

Empezaremos limpiando la pechuga de pollo y picándola en trozos iguales a nuestro gusto.
A mi me gustan grandecitos, como para comer en 2 o 3 trozos, pero podéis hacerlos "de bocado" si preferís.

Salamos los trozos y adobamos con ajo rallado y unas gotas de aceite de oliva.
Si podemos haremos este paso al menos un par de horas antes, para que el pollo esté más sabroso.

Cuando vayamos a freírlo, lo pasamos por pan rallado, huevo batido, y otra vez pan rallado, para que quede bien crujiente, mientras se calienta el aceite.

Una vez el aceite esté a punto, vamos friendo los trozos de pollo y poniéndolos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de grasa.
Al estar empanados quedan crujientes por fuera y muy jugosos por dentro. Buenísimos.

 En un bol grande o en cuencos individuales ponemos una cama de lechugas variadas y espinacas baby. Si no las habéis probado os lo recomiendo, están muy buenas.

Sobre ellas ponemos unos gajos muy finos de manzana con piel, unas cuñitas de queso de castilla semicurado (o el que queráis, como siempre), y unas pipas peladas.

Aliñamos con la vinagreta de frambuesa al gusto. 
Yo la compré hecha, pero podéis prepararla mezclando aceite de oliva, vinagre suave de vino, sal y unas frambuesas, triturando bien con la batidora para que se emulsionen bien.

Ponemos encima los trozos de pollo... ¡y a disfrutarla!

Si queréis aligerarla podéis sustituir el pollo empanado por pollo a la plancha, y utilizar queso con menor porcentaje graso.
Las pipas y la vinagreta os recomiendo dejarlas tal cual.

Está buenísima, no sabía si la iba a publicar o no antes de probarla, pero cuando lo hice no me quedó ninguna duda. Nada más probarla se convirtió en mi ensalada favorita.

La hice "a medida" para probar la vinagreta, y la verdad es que es de esos platos de los que te sientes realmente orgulloso.

¡Ya me contaréis si la probáis!

jueves, 24 de noviembre de 2011

TARTA DE MANZANA CON MASA SABLÉ


Whole Kitchen en su propuesta dulce para el mes de noviembre nos invita a preparar una pasta básica de pastelería: pasta sablé.
Se conoce también como sablé bretón y sobre todo como masa quebrada.

Y lo primero que pensé cuando probé la tarta fue: no vuelvo a comprar la masa quebrada, a partir de ahora la hago siempre.
Es súper sencilla de hacer, simplemente mezclar los ingredientes, y la diferencia tanto en textura como en sabor es abismal.

Además puede hacerse tanto dulce como salada (mirad esta del quiche al que le añadí espinacas, quedó de un color verde precioso).
Esa fue la primera vez que hice masa quebrada, pero al añadirle las espinacas el proceso fue un poco más largo, aunque también bastante sencillo.

Y esta fue la segunda, mucho más rápida y sencilla...¡y dulce, que es lo mío!


Decidí utilizar la masa para una clásica tarta de manzana, una receta que nunca había hecho y que nos sorprendió muy gratamente, tanto por el sabor como por lo fácil que es de hacer.

Desde luego esta tarta es de 10, queda preciosa y super rica. Bien fresquita y acompañada de un té calentito es la merienda perfecta.

Ingredientes:
Para la pasta sablé:
- 250 g de harina de trigo
- 125 g de mantequilla
- 1 huevo
- 1 cucharada de leche fría
- 3 cucharadas de azúcar
- sal fina (una pizca)

Para la crema pastelera:
- 125 ml de nata líquida
- 375 ml de leche entera
- 125 g de azúcar
- 60 gr de harina refinada de maíz (maicena)
- 4 yemas de huevo
- piel de limón (opcional)

Parra "acabar"
- 3 manzanas golden medianas

- gelatina de manzana


Empezaremos haciendo la masa quebrada.

Como os decía, es súper sencilla de hacer. Lo único que debemos tener en cuenta es sacar la mantequilla al menos un par de horas antes de la nevera, para que esté a temperatura ambiente.

En la encimera o en un bol grande (os recomiendo esto último, es mucho más cómodo y limpio) hacemos volcán con la harina.

En el hueco central ponemos el resto de los ingredientes: el azúcar, la sal, el huevo, la leche y la mantequilla a temperatura ambiente.

Con los dedos o con un tenedor empezamos a mezclar los ingredientes. Como acabaremos haciéndolo con las manos, podemos hacerlo así desde el principio.

Simplemente tenemos que mezclarlos hasta que se integren bien, no hay que amasar.
De hecho, cuanto más rápido sea este paso, mucho mejor, sobre todo si como yo sois de "manos calientes".

Hacemos una bola con la masa, la envolvemos el film y la metemos en la nevera un par de horas, para que luego sea más fácil de extender con el rodillo.


Para la crema utilicé la receta de siempre, me encanta como queda. Simplemente varío la cantidad de maicena según lo espesa que quiera la crema y listo... nunca falla.

Ponemos a calentar en un cazo la leche, la nata, y la mitad del azúcar.
Si queremos podemos aromatizarlo con una rama de vainilla, canela, o la piel de algún cítrico. Yo le puse piel de limón, sólo la parte amarilla.
Cuando empiece a humear apagamos el fuego y reservamos.
Si decidimos aromatizarla, la colaremos antes de utilizarla, para eliminar cualquier rastro sólido.

En otro cazo mezclamos la maicena con la otra mitad del azúcar y las yemas. Las llevamos a punto de ebullición, removiendo siempre constante pero suavemente.

Añadimos la mezcla de leche, nata y azúcar (la más líquida) a la segunda (la crema de yemas). Lo haremos muy poco a poco y sin parar de remover, este puede ser el punto más delicado.

Volvemos a ponerlo todo al fuego, removiendo constantemente para evitar que se pegue.
Espesa enseguida, sobre todo si hacéis esta cantidad (es media receta).

Apagamos el fuego y reservamos. Si no la vamos a utilizar inmediatamente, cubriremos la superficie con film para que no se forme costra.


Una vez tengamos la masa y la crema hechas, podemos montar la tarta:

Extendemos con el rodillo la masa sobre una superficie enharinada.

Con cuidado la llevamos al molde y con las manos la vamos adaptando a la base y los laterales, sobre todo si utilizáis un molde con ondas.

Cuando tengamos la base de masa quebrada lista, la cubrimos con la crema pastelera, alisándola lo máximo posible.

Pelamos y descorazonamos las manzanas. Las picamos en gajos muy finos, y los vamos disponiendo sobre la crema pastelera con el dibujo que más nos guste.

Podemos simplemente apoyarlos, o clavarlos un poco, como hice yo, para que la manzana se mezcle con la crema pastelera.

Utilicé manzanas golden porque me gusta que se note entera la manzana una vez cocinada, pero podemos utilizar la variedad que queramos.

Introducimos en el horno precalentado a 180º y lo dejamos unos 35-40 minutos.


Sacamos del horno y dejamos que enfríe sin desmoldarla, ya que mientras están calientes la base es muy frágil y la crema pastelera muy poco consistente.

Yo como os decía en los ingredientes utilicé gelatina de manzana para darle brillo. Viene ya hecha, es muy cómoda.

La encontré por casualidad en una tiendecita pequeña (mínima, de hecho), así que compré bastante y la congelé en tuppers con "raciones individuales".

Ahora cuando la necesito simplemente la descongelo, la caliento un poco en el microondas hasta que se derrite y la utilizo  como una gelatina normal.

Es perfecta para este tipo de tartas, queda tal cual la que le ponen en las pastelerías... ¡o mejor!


Para terminar os dejo con unas fotos "del corte", creo que se parecia bastante bien el resultado: masa crujiente, crema pastelera super suave y manzana fina pero entera.

Muchas gracias por llegar hasta aquí, siempre empiezo a escribir con la intención de no extenderme demasiado, pero luego no hay quien me pare. Intento no dejar "cabos sueltos", pero siempre queda alguno... así que estaré encantada de responder a vuestras dudas, dentro de mis posibilidades.

¡Feliz fin de semana!

jueves, 10 de noviembre de 2011

BIZCOCHO DE TOBLERONE Y GALLETAS


Este bizcocho ha sido todo un descubrimiento: buscando una receta en la que usar parte de un toblerone gigante que llevaba más de un año mirándome desde la estantería (sí, más de un año) llegó a mi vida, y creo que ha venido para quedarse.

Estuve mirando varias recetas para hacer con toblerone, y al final me decidí por esta, me encantan los bizcochos y este tenía muy buena pinta.

En él no se utiliza harina directamente, sino galletas maría hojaldradas trituradas. Me pareció muy curioso, me decidí a probarlo... ¡y está buenísimo!

Todo un acierto.


Hay un montón de recetas por la red, pero como la primera que encontre fue la del blog A Cocinar con Raquetuille, esa decidí hacer.
A veces veo tantas cosas interesantes que no soy capaz de decidirme por una, así que suelo dejar que los números escojan por mi. Y la verdad es que suele funcionar, por suerte.

Para decorarlo hice una glasa ligera con zumo de limón, me encanta como contrasta con el chocolate.

Ingredientes:
Para el bizcocho:
- 100 g de toblerone
- 100 g de mantequilla
- 18 galletas maría hojaldrada
- 75 g de azúcar
- 3 huevos
- 1 sobre de impulsor químico

Para la glasa:
- el zumo de medio limón
- azúcar glas



Comenzaremos fundiendo en un bol la mantequilla mezclada con el toblerone partido en trozos. Podemos hacerlo como siempre al baño maría o en el microondas, en tandas de no más de medio minuto y removiendo entre cada una. Reservamos.

Parece ser que es básico que las galletas sean hojaldradas, que queda mucho mejor que con las normales.
Tenemos que triturarlas hasta que se hagan polvo, sin trozos.
Esto os recomiendo hacerlo con una picadora, thermomix, o similar (yo lo hice con una batidora de vaso), aunque por supuesto se puede hacer a mano sin problema, simplemente dedicándole un poco más de tiempo.

Para la siguiente vez que lo haga no descarto poner un par de galletas más sin triturar por completo, para encontrar trocitos entre el bizcocho.

Añadimos el resto de ingredientes y mezclamos todo bien, hasta conseguir una masa homogénea.

Vertemos sobre el molde que vayamos a utilizar, y lo metemos al horno precalentado a 180ºC.

El tiempo dependerá mucho de la forma del molde y de cada horno, como siempre os digo.
Con este molde que yo he utilizado, en 25 minutos estaba listo, pero si es uno redondo y pequeño tardará más, al menos 35.

Cuando está listo (al pincharlo con un palillo o un cake tester sale limpio) lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla sin desmoldarlo.


Cuando haya enfriado hasta temperatura ambiente, lo desmoldamos y preparmos la glasa.

En una taza o bol pequeño exprimimos el zumo de medio limón.
Vamos añadiendo azúcar glas hasta que quede a nuestro gusto, teniendo en cuenta que si queremos que escurra por los laterales no debe ser muy espesa.

La vertemos poco a poco sobre el bizcocho, ayudándonos con una cuchara de postre y "empujando" hacia donde queremos que escurra.
En este caso como el molde tenía unas acanaladuras, fue muy fácil que cayese por los surcos.

Dejamos que seque al menos un par de horas,  y si queremos podemos decorar con algún detalle más. Yo le puse estas hojas de menta y unas moras congeladas, que además de quedar monísimas pueden comerse con el bizcocho, combinan a la prefección.


El resultado es un bizcocho muy bueno. De hecho, muy muy bueno.
Queda bastante húmedo, y de vez en cuando nos encontramos con los tropezones del toblerone... una delicia.

Quiero probarlo con otros tipos de chocolate, y tal vez con algo menos de mantequilla, aunque me temo que el secreto de su éxito sea la cantidad de grasa que lleva.

Sea por lo que sea está buenísimo, eso no hay quien se lo quite.

Un dulce saludo a todos, y muchas gracias por visitarme.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

EMPANADA DE MAÍZ Y BERBERECHOS-EMPANADA DE MILLO E CROQUES

¡Una de mis comidas favoritas! Es la primera vez que hago empanada en casa, y como no le tengo miedo a los retos,  me decidí a hacerla de maíz.¡De perdidos... al río!

Me encanta tanto la de harina de trigo como la de maíz, y con cualquier relleno: carne, bacalao con pasas, pulpo, vieiras, calamares, parrochas, berberechos, bonito, chorizo, lomo y pimientos... con lo que sea.

En Galicia es muy normal preparar el relleno en casa y llevarlo al horno-panadería. Lo dejas allí bien tempranito y te despreocupas: ellos ponen la masa, montan la empanada y la hornean, así que nos evitamos amasar, montarla, vigilar el horno, y sobre todo, de limpiar luego... todo son ventajas. Basta con ir a buscarla un rato antes de comer y punto. Y todo por un módico precio, oiga!
Aunque la verdad es que para mi la principal es que suelen quedan perfectas, muy muy ricas.

La receta de la masa es del blog La cocina de mi abuelo, tiene un montón de recetas buenísimas. No la hice exactamente igual, aunque varié muy poquito las cantidades.
Estos días podéis "robar" un montón de ideas para hacer con calabaza, tiene muchas recetas distintas para usarla.

Ingredientes:
Para la masa:
- 400 gr de harina de maíz amarilla (no vale precocida, ni refinada, simplemente es maíz molido)
- 100 gr de harina de centeno
- 50 gr de harina de trigo
- 6 gr de levadura fresca de panadería
- 350 gr de agua caliente
- sal
Para el relleno:
- 1 kg de berberechos
- un diente de ajo
- una cebolla grande
- pimiento rojo
- un trozo de tomate maduro
- sal
- vino blanco
- colorante alimentario

Empezaremos preparando el relleno:
Lo primero será abrir los berberechos al vapor (con un poquito de vino blanco quedan perfectos). Yo casi me desespero al hacerlo, tenían muchísima arena dentro, así que tuve que abrirlos al vapor y luego ir uno limpiándolos hasta que no quedase ni rastro.
Reservamos.

Para esta empanada utilicé un kilo, pero os recomiendo utilizar algunos más, al menos kilo y medio. De sabor quedó muy rica, pero un poco escasa de berberechos.

De hecho creo que para la próxima vez probaré a comprar esos congelados sin concha que se venden a granel, puede que sea un buen apaño. Desde luego mucho más cómodo, tenía que haberle sacado una foto a la "playa" que se quedó en el bol al acabar de limpiarlos.

Ponemos a calentar un buen chorro de aceite de oliva en una olla o sartén, y mientras tanto pelamos el diente de ajo y la cebolla.

Picamos la cebolla (vale también con picadora, nos ahorramos trabajo y alguna que otra lágrima). El tamaño dependerá de como nos guste, yo cuando hago este tipo de guisos suelo cortarla en 4 y luego cortar láminas finitas, como haciendo lunas.

Cuando el aceite esté caliente rallamos el ajo (podemos picarlo muy finalmente, si preferimos), y añadimos enseguida la cebolla, para que no se dore. Tiene que ir confitándose poco a poco, sin dorarse.

Damos unas vueltas, y mientras empieza a pasarse picamos el pimiento (tanto la cantidad como el tamaño también van al gusto, yo no le pongo demasiado y lo pico bastante).

Lo añadimos a la cebolla, y removemos para repartilo bien. 

Por último, añadimos el tomate también picado, y mezclamos con el resto de verduras.
Salamos, añadimos el colorante, y ponemos un chorrito de vino blanco.
Tapamos la olla, y bajamos al fuego, manteniendo un hervor suave y contínuo.

Cuando la cebolla esté tierna (una media hora), añadimos los berberechos, removemos para que se mezclen los sabores, y apagamos el fuego.


Mientras reposa el relleno, vamos preparando la masa.

Calentamos el agua, y deshacemos la levadura en ella. 
Esto implica que no se caliente demasiado el agua, ya que mataríamos la levadura. Mejor templarla, más vale que falte que que sobre, en este caso.

En un bol mezclamos las harinas y la sal, y añadimos el agua con levadura.

Mezclamos bien con una cuchara de madera, no hace falta que sea con las manos.

Hacemos una bola, y dejamos reposar una hora, hasta que la bola se agriete como en la foto (prácticamente no crece).

Podéis pinchar en ella para ver en grande el mini paso a paso.


Cuando esté lista, empezaremos a montar la empanada.

En un molde metálico, de pyrex, una cazuela de barro... ponemos un par de cucharadas de aceite, y vamos cogiendo porciones de la masa, aplastándolos, y poniéndolos unos pegados a otros hasta cubrir el  fondo del molde (podemos ayudarnos con un tenedor para que se peguen unos a otros).
Esta es una masa que no se puede estirar con rodillo, se rompe y se agrieta, por lo que lo hace imposible.

Cuando tengamos el fondo cubierto repartimos sobre él el relleno escurrido.
Reservamos el exceso de líquido, ya que luego lo utilizaremos.

Y vuelta a empezar! Vamos otra vez cogiendo porciones de masa, aplastándolos con las manos, y cerrando la tapa.
Os recomiendo dejarlos bastante finos, a mi me quedó demasiado gruesa en las partes en las que se solapan unos trozos con otros.
Error de novata, de todo se aprende, para la próxima tendré más cuidado.

Pincelamos con el líquido del guiso reservado (abundante, para que no quede seca la empanada, le da mucha "gracia"), y cortamos en porciones para que despues de hornearse sea fácil de repartir y no se rompa.

Metemos al horno precalentado a 180º, unos 35-40 minutos, hasta que esté dorada por arriba, más o menos con el aspecto de las fotos.


Os recomiendo comerla templada o fría, se aprecia mucho más el sabor a marisco que si está muy caliente. Una media hora despues de sacarla del horno está perfecta.

Creo que me voy a lanzar con el tema empanadas, es una de las comidas que siempre le pido a mi madre cuando voy a casa.
Aunque no me salgan tan buenas como las que se llevan a hacer a la panadería, seguro que para amortiguar un poco la morriña sí que valen.

Aquí os dejo una foto del corte, como (casi)siempre.

¡Gracias por visitarme!

martes, 25 de octubre de 2011

BRIOCHE


Whole Kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de octubre  nos invita a preparar un bollo clásico francés: un brioche.

Justo unos días antes de que nos enterásemos de que este mes "tocaba" hacer brioche, había visto esta receta en el blog de Eva, Ma Petite Boulangerie.
Ya os he hablado alguna vez de su blog, sin duda uno de los mejores ( si no el mejor) en cuanto a masas se refiere.
Bien, pues como os podréis imaginar, decidí probar esta receta en la que Eva ha trabajado hasta conseguir un resultado magnífico, unos brioches perfectos, super tiernos y esponjosos, con poco contenido graso y sin prefermentos que como bien dice "asustan" a más de uno.
Además tenía en casa un paquete de harina gran fuerza Santa Rita, que es justo la que ella utiliza,  da unos resultados fenomenales para las masas fermentadas.
Si queréis hacer una masa muy esponjosa y tierna (brioches, roscones de reyes, pan de leche,...) os recomiendo probarla, da unos resultados espectaculares. Se nota muchísimo la diferencia.

Ingredientes:
- 2 huevos (usé L)
- 75 ml leche entera
- 10 gr de levadura fresca
- 4 cucharaditas de azúcar
-  300 gr de harina gran fuerza Santa Rita
- 60 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 1 cucharadita de sal
- ralladura de piel de naranja y limón





Yo como casi siempre utilicé mi adorada panificadora, es una maravilla para hacer este tipo de masas.

Si la hacemos en la pani, pondremos los ingredientes en el orden en que están escritos en la lista: primero los líquidos, luego la levadura fresca, y por último los sólidos.

Programa masas, y a disfrutar de casi dos horas hasta que la masa está lista, perfecta para trabajar sin ni siquiera espolvorear harina en la superficie de trabajo.


Para hacerla a mano, en un bol ponemos la harina con la sal y el azúcar haciendo un volcán.

Calentamos ligeramente la leche, y añadimos la levadura para que se deshaga.

Batimos los dos huevos y los vertemos en el centro del volcán, añadiendo seguidamente la mezcla de leche y levadura.

Mezclamos hasta que todos los ingredientes estén integrados, cuando añadiremos la mantequilla cortada a dados y la ralladura de cítricos.

Amasamos hasta que la masa sea elástica, brillante,  y no se pegue a las manos.

Hacemos una bola y la ponemos en un bol, pulverizamos con agua y tapamos con un paño hasta que doble su volumen, al menos una hora.


A partir de este punto, los pasos son comunes.

Cortamos la masa en porciones iguales (yo hice 10 de 55 gr), boleamos y damos la forma que queramos.
Escogí la más sencilla, unos bollitos redondos (o casi redondos, mejor dicho).

Los ponemos sobre la bandeja donde vayamos a hornearlos, y los dejamos reposar  unos 40-45 minutos para que vuelvan a levar.

Pasado este tiempo, pincelamos con mucho cuidado con huevo batido o leche (yo leche), y si queremos podemos espolvorear un poco de azúcar en alguno de los bollitos.

Introducimos en el horno precalentado a 180º, y horneamos unos 15 minutos (depende del tamaño de las piezas), hasta que veamos que están listos.


Como se puede ver en las fotos, mi horno calienta bastante más por un lado que por otro... algunos parece que están recién llegados del caribe.

Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla, lo ideal es tocarlos lo menos posible hasta que estén a temperatura ambiente.

Están buenísimos rellenos tanto de ingredientes dulces como salados (mi relleno favorito: jamón serrano, rúcula y unas gotas de aceite de oliva).
Esta vez como era una propuesta dulce, utilicé queso crema y mermelada casera de moras... buenísimos. Ya lo digo yo todo, como siempre.

¡Miren qué miga, amigos! Y como siempre, el olorcillo en casa espectacular, creo que los vecinos están haciendo una colecta para comprarse un ariete con cabeza de carnero y todo.

lunes, 17 de octubre de 2011

ARROZ CON LECHE DE PACITA


Esta es la segunda receta de arroz con leche que publico, pero como me gusta bastante más que la anterior, me he animado a compartirla con vosotros.

Como podréis intuir, la receta me la pasó Pacita, así que no podía llamarle de otra forma. Merece la pena probarla, al menos una vez, es increíble.
Además ganó con esta receta varias veces el concurso de arroz con leche en las fiestas del pueblo... ¡es una receta ganadora!

Cambian un poco las proporciones con respecto a la anterior, esta lleva menos arroz por litro de leche, y para mi gusto queda mejor. Podéis ver la receta anterior aquí.

La diferencia fundamental creo que está más en la forma de hacerlo que en las cantidades, si lo probáis ya me contaréis si estáis de acuerdo conmigo.


Lo ideal es hacerlo con leche de vaca casera, pero si no podemos conseguirla, con leche "de súper" queda también bastante bien.

Yo suelo añadirle nata líquida (la receta original no la lleva), para elevar el porcentaje graso y por tanto el arroz quede mucho más cremoso.

Ya os había comentado que aquí en Gijón es bastante fácil conseguir leche fresca de granja simplemente pasteurizada, que es ideal para repostería.

A los que sois de aquí y aún no os habéis decidido a probarla, os propongo hacerlo.
Se nota muchísimo la diferencia, merece la pena pagar ese poquito más por la diferencia de calidad.

Ingredientes:
- 1 litro de leche de granja
- 100 gr de arroz SOS
- 100 gr de azúcar blanco
- una pizca de sal
- piel de limón (sólo la parte amarilla)
- canela en rama
- 20 ml de anís La Asturiana

Para el requemado:
- azúcar blanco
- canela en polvo (opcional)



Como sabéis, no suelo aconsejaros ninguna marca a no ser que se note mucho la diferencia al utilizarla.
Pues bien, en esta receta, es imprescindible que el arroz sea SOS, según me comentó su "dueña".
Y parece ser que el anís La Asturiana es el que mejor sabe, esto supongo que será ya más cuestión de gustos, no creo que haya demasiada diferencia al utilizar cualquier otro.

Os aconsejo atar el trozo de palo de canela (más que atar, amordazar) con un hilo para que no se deshaga al remover y no nos encontremos luego ningún trocito.
En la receta anterior hay una foto de como lo "amordazo" yo, no se escapa ni una fibra pero sí todo el sabor.

El procedimiento es un poco "latoso" si lo hacemos a mano, pero no puede ser más sencillo.
En una olla grande ponemos todos los ingredientes para el arroz excepto el anís.
Si la leche no es de granja o casera, os aconsejo poner 100ml de nata líquida y 900 ml de leche entera.
Normalmente en las recetas de arroz con leche el azúcar se añade casi al final de la cocción para evitar que se pegue y queme fácilmente, pero en esta se hace desde el principio.
Esto hace que no nos podamos dejar de remover ni un minuto la olla, ya que es muy fácil que se pegue y todo el arroz se estropee, ya que enseguida sabe a quemado.
El tiempo de cocción dependerá de la cantidad de arroz con leche que hagamos (del número de veces por las que multipliquemos las cantidades que os pongo en la receta), pero una hora al menos.
Cuando casi esté listo, añadimos el anís y seguimos removiendo. El arroz se volverá un poco más líquido, pero enseguida vuelve a espesar.
Debemos remover hasta que el arroz esté perfectamente cocido y sea casi como una crema.  Al enfriar espesa un poco, lo tendremos en cuenta a la hora de retirarlo del fuego.
Cuando lo apaguemos, sacamos el palo de canela y la piel de limón, y vertemos el arroz en una fuente grande o en los moldes donde vayamos a servirlo.
Lo único laborioso es estar removiendo todo el tiempo, hay que armarse de paciencia... ¡o hacer relevos!

Si lo hacemos en panificadora, las cantidades variarán un poco.
Como está todo el tiempo tapada, se evaporará menos agua y por lo tanto espesará menos,  así que tenemos dos opciones: o poner un poco más de arroz (unos 10-15 gr más por litro) o añadir un poco menos de leche (900ml en vez de un litro).
Lo ideal es que cada uno vaya modificando esta receta para adaptarla a su gusto, como siempre os digo.

Hacerlo en panificadora no puede ser más sencillo: ponemos la mitad de la leche y el resto de ingredientes para el arroz excepto el anís, en el programa mermelada.

En mi panificadora como máximo hago el doble de esta receta, es decir, dos litros de leche y 200 gr de arroz.

No sé por qué, pero ya lo he hecho con toda la leche desde el principio y creo que queda mejor así,  repartiéndola en dos veces.
Si hago el doble de receta, que es la cantidad que suelo hacer, pongo un litro de leche, y cuando acaba el programa mermelada, añado el otro litro y vuelvo a poner el mismo programa, otra vez el de mermelada completo.

Cuando faltan 30 minutos para que acabe el último programa, añado el anís y remuevo con una cuchara de madera, para que se reparta bien (aunque la verdad con los meneos que le da la pani, no creo que haga falta).
Así se hace muy lentamente, removiendo constante y suavemente, sin pegarse nada. Queda genial, la verdad (el arroz de las fotos está hecho en panificadora).

Cuando está a mi gusto, apago la panificadora, y retiro la piel de limón y el palo de canela.

Como al hacerlo a mano, verteremos el arroz en una fuente o cazuelas individuales, como prefiramos.


Podemos tomarlo caliente, tibio o del tiempo. A mi como me gusta mucho requemado, siempre espero a que esté a temperatura ambiente.

Para requemarlo, espolvoreamos una cucharada de azúcar o azúcar y canela mezcladas y con una plancha o un soplete (yo siempre con soplete) vamos quemando toda la superficie.
El azúcar se irá convirtiendo en caramelo, haciendo una costrita celestial... babeo con sólo pensarlo.

Esto hay que hacerlo antes de tomarlo, si queremos que tenga costra de caramelo. Si lo hacemos con antelación, el caramelo se derretirá y se volverá líquido.

Creo que las fotos lo dicen todo, queda un arroz espeso, casi como una crema, muy sabroso y delicado.