lunes, 29 de octubre de 2012

BIZCOBOLAS JACK SKELETON


Ohhhhh! Siiiiii! Lo sé! Son preciosas! Al menos a mi me encantan. Esta es una entrada de esas que estás deseando publicar, en la que las fotos te queman en la carpeta del ordenador... y es que estoy encantada con el resultado.

Dudé bastante de si hacer algo especial para Halloween, y al final ganó el sí. Cualquier ocasión es buena para repostear, está claro.


Una vez decidido el sí, la cuestión era qué hacer. Mi primera opción era hacer bizcobolas. Me encanta hacerlas, y además están buenísimas. No se les puede pedir más.
Luego la balanza poco a poco iba girando hacia las galletas, quedan super vistosas y también están muy buenas.
Al final ya me apetecía hasta hacer una tarta monstruíllo semi-asquerosa... me encantan esos momentos de "lechera total" en los que empiezas a pensar qué vas a hacer, empezando por algo relativamente sencillo,  y al final ya te ves con un apartamento en Torrevieja.

Decidí no salirme de la la idea original y hacer unas bizcobolas "con traje" (en este caso literalmente) , dan un poquito más de trabajo pero quedan muy muy bien.


Como me encanta todo lo que huela a Tim Burton decidí hacer unas bizcobolas de Jack Skeleton, el protagonista de Pesadilla antes de Navidad, peli que no es suya pero sí lleva su sello muy marcado.

Voy a publicar un montón de fotos, no sé por cuales decidirme, así que al final un porrón. Son todas muy parecidas, pero es que me gustan tanto que no sé cuales descartar.
Espero no aburriros, yo las miro y las remiro y me siguen encandilando.

Aquí os dejo también las otras bizcobolas que publiqué anteriormente, por si les queréis echar un ojo. O  pinchando en la etiqueta bizcobolas del lateral derecho,  por supuesto. Como ya publiqué varias no voy a enrollarme tanto como siempre con las indicaciones, no quiero aburriros.

Ingredientes:
- migas de bizcocho
- queso crema
- colorante rojo (opcional)
- chocolate de cobertura-candy melts blancos
- glasa negra
- fondant negro
- palitos de piruleta largos






Empezaremos desmigando el bizcocho. Podemos hacer uno especialmente para preparar las bizcobolas,  o aprovechar cualquier resto que tengamos en casa.
Yo  hice unas magdalenas con la receta de los cupcakes de Primrose Bakery, podéis encontrar la receta en internet muy fácilmente si queréis hacer estos.

Desmigamos el bizcocho, y le añadimos queso crema (tipo philadelphia) hasta conseguir una masa manejable, que al hacer las bolitas aguanten las forma pero que no queden muy duras y pastosas. Es importante que queden bonitas, pero sobre todo ricas.


Yo como el bizcocho era normal y quería que la masa quedase de color rojo, añadí unas gotas de colorante en gel, me resulta más cómodo añadirlo en este punto que antes de hornearlo.
Así podemos decidir exactamente como quedará, sin tener que cruzar los dedos durante el horneado.

La cantidad de queso crema no es siempre la misma: dependerá de lo graso y compacto que sea el bizcocho. Yo voy probando hasta que veo que queda a mi gusto, os recomiendo hacerlo así.


Una vez tengamos la masa de las bizcobolas lista, hacemos bolitas lo más iguales posibles. En este caso eran de 19 gramos, aunque para mi gusto son un poco grandes. Aceptables, pero grandes.

Fundimos una pequeña parte de cobertura de chocolate (yo lo compré en Gijón en Mrs Sophie, me gusta más tanto en la forma de trabajarlo como en el sabor que los candy melts)  y vamos fijando cada bolita en un palito. Lo hay de varios colores, y el blanco como podéis ver es blanco nuclear.

Los palitos que utilicé son de plástico de 21 cm. Suelo utilizarlos de plástico porque aunque son muy lisos y a veces no es fácil fijar las bolitas, los de papel tienden a mancharse con la grasilla del chocolate, y no me gusta nada como quedan, me da mucha rabia que se ensucien.

Para fijarlas intruduciremos el palito limpio en la bizcobola. Retiramos, lo mojamos en el chocolate fundido, y lo volvemos a introducir en el agujero.
Vamos haciendo y reservando hasta que estén todos, y se haya secado bien el chocolate.


Una vez estén bien sujetos, fundimos más chocolate (más vale que sobre que no que falte) en un recipiente al baño maría o en el microondas. Yo suelo hacerlo en el microondas, me resulta muy cómodo.

Vamos introduciendo cada bizcobola en el chocolate, y al retirar damos unos pequeños golpes en el canto del recipiente para eliminar el exceso de chocolate.

Las dejamos secar (lo hacen enseguida, en cuanto acabemos las últimas ya podemos empezar a decorar las primeras).
Según las voy sacando las voy pinchando en un trozo de porexpán en el que tengo ya los agujeros hechos (está más que reutilizado),  para que no se toquen con nada y queden las bolitas lo más perfectas posible.


En principio había pensado en hacer las caras con rotulador comestible, pero cuando probé casi cuando el pánico, resulta que sobre el chocolate quedaba fatal.
Supongo que será por la grasa que tiene, no había forma de haer nada decente.

Así que al final tuve que hacer un poco de glasa (ni glasa es realmente, simplemente mezclé azúcar glas con una pizca de agua y colorante negro hasta que tuviese la textura adecuada) para hacer las bocas y los agujeros de las fosas nasales.
Podemos hacer las bocas con diferentes expresiones,  para que no queden todas iguales.
Cuando estaban secas, con un palito eliminé la glasa de las fosas, y así quedó el chocolate teñido, me gustó el resultado.
Para la glasa utilicé la boquilla número 2 de Wilton.


Cuando las decoraciones en glasa estén secas, hacemos unas bolitas con fondant negro y las aplastamos contra la bizcobola con las yemas de los dedos, dándoles forma hasta que queden como nos gusten. Por suerte no pasa nada si no quedan bien a la primera, podemos retirarlas y volver a intentarlo.
No hubiese estado mal poner un trozo de film entre el fondant y mi dedo, además de por ser más higiénico, para que no se notasen las huellas dactilares... ¡que en algunas hasta se podía sacar una huella parcial y todo!

En la peli las cuencas son perfectamente redondas e iguales de tamaño, pero las primeras las hice de esa forma y no me gustaba como quedaban, así que al final hice una reinterpretación.
Licencia del repostero.


Las bizcobolas están listas, ya sólo nos queda el atrezzo.
Imprimimos unos "cuerpos" de Jack con la medida ideal (esto es importante hacerlo una vez estén las cabezas listas, yo hice primero la parte de los cuerpos y luego tuve que repetirlos).
Los imprimí en cartulina, os recomiendo hacerlo así, son más fáciles de recortar y luego mantienen mejor el tipo.
En papel fotográfico seguro que quedarían perfectos, pero ya me parece demasiado lujo para ser desechables.

Los pegamos al palito con un poco de cinta adhesiva... ¡y admiramos nuestra obra!


Para decorar el "stand" cartulina (como siempre) al fondo, unas tiras de papel de seda, y un poco de falsa tela de araña (estoy por ponerla por toda la casa, me encanta tirar y tirar y ver como crece).
Esta vez tuve ayuda, estaba en casa nuestra amiga CrisL pasando unos días y me echó una mano... ¡gracias!


Como os decía al principio estoy contentísima con el resultado final de estas bizcobolas. No es que estén perfectas, ni estén muy trabajadas, pero me encantan. Creo que estos días mido unos centímetros más y todo (que no vienen mal).

 Como simpre, para rematar la foto del mordisco. Cerebro sangriento... ¡pero muy apetitoso!

Ya me diréis qué os parecen, gracias a los que hayáis aguantado el rollo y llegado hasta aquí.



jueves, 25 de octubre de 2012

BROWNIES DE CHOCOLATE Y AVELLANAS


Whole Kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de Octubre nos invita a preparas un clásico estadounidense: Brownies.

Tengo que confesar que a mis 34 años, despues de horas y horas de horneados, montones de tartas, galletas, puturrús de fua y demás... ¡nunca había hecho brownies!  Increíble pero cierto.

Y lo que me estaba perdiendo, mi cara al probarlos debió de ser un poema. De amor, por supuesto.

Están super buenos, con un intenso y concentrado sabor a chocolate, muy denso y húmedo... delicioso.
Además es muy sencillo de hacer, perfecto para un día con prisas o para alguien que esté empezando en el adictivo mundo de la repostería.

La receta es de uno de los últimos libros que me he comprado: "pasteles, pastas, galletas, merengues, tartas, panes-dulces y salados" (Ed. Blume) Ni más ni menos, casi no les cabe el título en la portada.

Lo más común es tomarlo tibio acompañado por una bola de helado de vainilla, pero en estas alturas de año a las que estamos preferí acompañarlo con algo calentito para templar cuerpo y espíritu, así que preparé una salsa de caramelo salado, que está super buena y combina genial con el chocolate.

Ingredientes:
- 300 g de chocolate negro
- 175 g de mantequilla
- 300 g de azúcar blanquilla
- 4 huevos grandes
- 200 g de harina
- 25 g de cacao en polvo
- 100 g de avellanas tostadas

Para decorar:
-azúcar glas

Para la salsa de caramelo:
- 45 g de azúcar
- 35 g de mantequilla
- 200 ml de nata para montar
- una pizca de sal
- vainilla (opcional)

En un cuenco o bol grande ponemos el chocolate picado y la mantequilla en dados, y los fundimos al baño maría o al microondas.
Yo lo hice en el microondas, pero hay que tener mucho cuidado de que la mantequilla (que en este caso se derrite antes) no llegue a hervir.
Vigilaremos y removeremos constantemente la mezcla para evitar que se estropee.

Cuando estén fundidos, reservamos y dejamos que enfríe hasta temperatura ambiente.

Una vez haya enfriado, añadimos uno a uno los huevos, previamente batidos, mezlcando bien entre cada uno.

Tamizamos la harina y el cacao para airearlos y deshechar algún grumito, y los incorporamos bien a la masa.

Picamos las avellanas a cuchillo, dejando unos trozos más grandes que otros, para que el acabado final sea más artesano. Por supuesto esto es opcional, pero yo suelo incorporar así los frutos secos.


Forramos un molde (el mío era de 18x18cm) con papel de hornear, y vertemos la masa.
Como es bastante densa, debemos ayudarnos con una cuchara o una espátula  para acercarla hasta los bordes del molde.
Alisaremos también la superficie.

Horneamos unos 18 minutos a 180º (importante como siempre que el horno esté bien caliente cuando metamos el molde).
Debe quedar firme y crujiente en el exterior, pero con el corazón jugoso.
Para dar con el punto exacto podemos pinchar la masa con un palillo y apagar el horno cuando veamos que casi está, el palillo ha de salir un poco manchado pero que no esté crudo del todo.

Una vez el brownie esté listo, lo sacamos del horno y dejamos reposar 5-10 minutos sin desmoldar.

Lo sacamos con cuidado del molde ya que al estar tibio es bastante delicado, y cortamos en porciones cuadradas o triangulares (lo normal es presentarlo con forma cuadrada).


Mientras se hornea el brownie podemos hacer la salsa de caramelo salada.
Está super buena, combina genial con el brownie. Además, al contrario de lo que pueda parecer, no es demasiado dulce pero sí muy sabrosa.

En un cazo ponemos el azúcar. Hacemos un caramelo rubio, y cuando esté añadimos la mantequilla cortada en dados. Es importante que esté a temperatura ambiente, para que se funda lo más rápidamente posible.

Cuando la mantequilla esté totalmente disuelta, añadimos la nata y removemos con mucho cuidado.

Una pizca de sal, y si queremos una pizca de vainilla, que le queda genial.

Dejamos que reduzca hasta que quede espesa, teniendo en cuenta que según vaya enfriando irá cogiendo cuerpo.

La que sobró la guardé en un tupper en la nevera, al estar fría queda con una textura parecida a la de la nocilla, perfecta para untar. ¿Sobre qué? Sobre krititassssss! Está de escándalo, tenéis que probarlo.



Pues  ya está todo listo! Podemos servir el brownie tal cual, o espolvorearlo con cacao o azúcar glas. 
Al llevar avellanas, se me ocurrió utilizar como plantilla unas hojas de avellano, aunque podemos utilizar cualquier otra hoja o forma.

Como os decía, con la salsa de caramelo queda genial, aunque se puede acompañar con helado de vainilla, salsa de chocolate caliente, una mermelada de naranja... casi casi con cualquier cosa.
Incluso se me está ocurriendo que para navidad con una salsa de turrón tiene que estar buenísimo.

Se ha abierto la caja de pandora de los brownies... ¡ahora quiero probarlos todos! ¡Uno tras otro!

Aquí os lo dejo, ahora a disfrutarlo. Gracias por estar ahí.


jueves, 18 de octubre de 2012

EMPANADILLAS DE QUESO DE TETILLA Y MERMELADA


Otra de esas recetas que se te quedan "en el tintero" y cuando las ves piensas: ¿pero por qué no he publicado yo esto, con lo bueno que estaba?

Pues sí, casi un año llevan ya estas fotos "olvidadas". Participé con esta receta en un concurso de Ikea, con motivo de la apertura de Ikea Coruña.
Por supuesto sin pena ni gloria.
Bueno, qué digo, con gloria, porque nos las comimos y estaban muy buenas, así que  no se puede decir que haya perdido mucho.

Había que utilizar algún ingrediente de la tienda sueca (yo utilicé la mermelada que se ve en las fotos) y algún utensilio de Ikea... esto ya era mucho más fácil, casi todo lo que tengo en casa lo es.

También un producto típico gallego, y yo utilicé uno de los que más me gustan, el queso "del país". De tetilla, arzúa-ulloa... me encantan todos estos quesos tiernos, tengan la forma que tengan.
Además como son muy suaves de sabor y textura, se pueden utilizar perfectamente tanto para platos salados como para dulces.

La receta de la masa es una mezcla de dos que tenía apuntadas en una libreta desde hace años, y nos gustó mucho.
Queda crujiente por fuera y blandita por dentro... ¡perfecta!

Ingredientes:
- 300 g de harina de trigo
- una pizca de sal fina
- una cucharadita de levadura química (tipo Royal)
- una cucharada sopera de azúcar glas
- 1 huevo
- 100 g de mantequilla
- 40 ml de vino albariño

Para rellenar:
- queso de tetilla
- mermelada (en este caso de arándanos azules)

Para freír:
- aceite de girasol

Para decorar:
- azúcar glas

Empezaremos tamizando la harina en un bol amplio, dándole forma de volcán.

Añadiremos la sal, la levadura química y la cucharada sopera de azúcar glas. Yo esto suelo hacerlo mezcándolo con la harina a la hora de  pasar por el tamiz, así ya quedan bien mezclados.

Hacemos un huequecillo en el centro del volcán y ponemos el huevo batido, la mantequilla derretida (siempre sin que llegue a hervir, simplemente fundida) y el vino.

Mezclamos con un tenedor o las manos, hasta que se forme una masa homogénea.

Una vez tengamos la masa lista, la extendemos con un rodillo sobre la encimera enharinada, y vamos cortando círculos para hacer las empanadillas.
Si está muy pegajosa añadiremos harina muy poquito a poco, siempre es mejor quedarse un poco cortos que pasarse.

Para formas las empanadillas tengo cuatro moldes de plástico de diferentes tamaños, son muy baratos y van genial.
Por un lado se forma la empanadilla, y por el otro (ojo, esto tardé en descubrirlo, jajaaj) podemos cortar la masa con el tamaño justo para el molde.
Lo bueno de utilizar estos moldes es que quedan todas del mismo tamaño, dan un aspecto mucho más "profesional".

Pues bien, cortamos los círculos de masa, con el molde o con un vaso, es muy sencillo.

Ponemos en el centro un trozo de queso y una cucharadita de mermelada, y cerramos la empanadilla.
Es importante que no nos pasemos con el relleno, no debe desbordar por ningún lado al cerrarla, ya que si no al freírla se saldría totalmente.
Si no utilizamos el molde, aplastaremos los bordes con los dientes de un tenedor, para sellarlos bien.

Las freímos en aceite de girasol caliente, y al sacarlas las ponemos sobre un papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.

Una vez estén todas fritas, espolvoreamos con azúcar glas... ¡y a disfrutarlas!


A nosotros como más nos gustaron fue templadas, quedan por fuera crujientes pero por dentro blanditas, con ese queso fundido y la mermelada dulce... mmmm! Parece que aún las estoy saboreando, y eso que ya ha pasado casi un año!

Cuando las hice comentamos en casa que esta masa tenía que estar muy buena rellena con crema pastelera o cabello de ángel... y lo sigo pensando, aunque aún no lo haya probado!ijiji!
Tiempo al tiempo, es que se me acumulan las recetas pendientes. ¡Hay tantas cosas ricas por hacer!

Y otra variación que se me ocurre es sustituír el albariño por anís... tiene que quedar genial para los postres de carnaval, la masa me recordó bastante a la de las rosquillas que hace mi madre, que no dejan indiferente a nadie.
Un día que las hagamos tengo que repetir las fotos,  acabo de verlas y son claramente mejorables. Os dejo aquí el enlace, por si les queréis echar un ojo.

¡Un saludo y como siempre gracias por vuestro tiempo!