Como os conté en la entrada del risotto, me gustó mucho la primera propuesta salada del CWK. Sin embargo, al ver la dulce, si que me alegré!
Esta es mi tarta favorita. Es la que me suelo tener en mi cumple, siempre comprada, porque me niego a hacerme mi propia tarta de cumpleaños.
Además de alegrarme me asusté un poquito, me parecía demasiado difícil de hacer, pero me alegro de haberla hecho, no me ha quedado del todo bonita pero le doy un 10 de sabor.
Este era el empujoncito que me faltaba para lanzarme con ella, y estoy encantada!
Bienvenida a mi vida, Saint Honoré Casera!
Hay bastantes variaciones sobre esta tarta. Puede ser con crema, crema y nata, crema Chiboust, chocolate, con o sin frutas,... en fin... ¡casi como queramos!
Yo la hice como la que compramos al lado de casa en Vigo: con crema, frutas frescas y nata montada. ¡Me encanta esa combinación, bien fresquita es inmejorable!
Ingredientes:
- una placa de hojaldre
Pasta choux:
- 125 ml leche entera
- 5 gr azúcar
- 3 gr sal
- 125 gr mantequilla
- 125 gr harina de trigo
- 5 huevos
Para la crema pastelera:
- 125 gr azúcar
- 125 ml nata líquida
- 375 ml de leche entera
- 40 gr de almidón de maíz (maicena)
- 4 yemas de huevo
- cáscara de limón para aromatizar
Para el relleno:
-fruta fresca
Para decorar:
- nata montada
Para el caramelo:
- azúcar
- unas gotas de limón
Quizás la cosa más importante a la hora de hacer esta tarta es la organización.
Como en todas las que hay que hacer en varias fases, hay que meditar el orden de las mismas (tiempos de cocción, si necesitan estar frías, tiempos de reposo,...).
En este caso empecé por la crema pastelera. Tanto la crema como la pasta choux es del libro la cocina dulce de Paco Torreblanca, me encanta.
Cuando empiece a hervir, lo apartamos del fuego y colamos la mezcla.
En otro cazo, mezclamos la maicena, la otra mitad del azúcar y las yemas de huevo.
Llevamos al fuego hasta que hierva, removiendo suave y constantemente. Espesará bastante.
Retiramos del fuego, y añadimos poco a poco y siempre removiendo la primera mezcla (la que lleva leche) a la crema de yemas.
Volvemos a poner al fuego, removiendo en todo momento para que no forme grumos al espesarse. Lo hará bastante rápido, ya que las dos mezclas estaban ya calientes.
La volcamos en un recipiente y le ponemos un film tocando la superficie para que no forme costra.
Cuando enfríe, la metemos en la nevera.
Queda una crema buenísima, muy fina y rica.
No vale para todos los usos, queda un poco líquida, así que hay que tenerlo en cuenta a la hora de usarla.
Si queremos que quede más espesa, le añadiría otros 10 gr de maicena.
Es la primera vez que me enfrento a la pasta choux, y tengo clarísimo que no va a ser la última.
Bueno, miento, hace como 15 años lo intenté cuando mi madre compró la thermomix, pero aquello fue un absoluto fracaso, por eso no volví a intentarlo.
Esta vez quedaron mucho mejor.
Estuve leyendo antes de hacerla algún truco para que no se bajasen, que fue lo que me había pasado aquel día.
Parece ser que el truco es no abrir el horno durante los primeros 2/3 de cocción y nunca sacarlos justo después de apagarlos, deben enfriar dentro del horno.
Además podemos dejar la puerta un poco abierta, con una cuchara de palo sujetando la puerta, por ejemplo, para que salga el vapor y queden más sequitos y firmes.
Mezclamos la leche, el azúcar, la sal y la mantequilla en un cazo. La llevamos al fuego, hasta que hierva.
Mientras lo hace tamizamos la harina.
Retiramos del fuego el cazo, y vamos añadiendo la harina poco a poco hasta que quede uniforme.
En algunos sitios pone que hay que poner la harina toda de golpe, pero yo lo hice como dice Paco y quedaron bien, la verdad.
Volvemos a poner la masa al fuego, y removemos con una cuchara de palo. Más o menos será un minuto, para secar la masa, hasta que se despegue del cazo.
Retiramos del fuego, y dejamos que se tibie.
Añadimos entonces los huevos uno a uno, removiendo con la cuchara de madera hasta que se integre antes de incorporar el otro.
Al principio queda un poco resbalosa, pero enseguida los absorbe la masa.
Para hacer la base de la tarta, cortamos la lámina de hojaldre del tamaño que queramos, y hacemos un "reborde" con la manga pastelera con pasta choux.
Con el resto de masa, hacemos los profiteroles sobre un papel de horno o una lámina de silicona, dejando espacio entre ellos, ya que crecen bastante.
Cocemos todo unos 15-20 minutos a 200º.
Como antes puse, es importante no sacarlos del horno bruscamente, hay que esperar a que baje la temperatura para que no pierdan la forma.
La base la saqué cuando estaba lista para meter los profiteroles, y mirad como se bajaron los bordes! ¡No me pasa vuelve a pasar!
¡Lo más difícil de la tarta ya está hecho!
Ponemos la crema en una manga pastelera (mejor con una boquilla fina), y hacemos una pequeña incisión en cada profiterol por la base. Puede hacerse con un cuchillo, por ejemplo.
"Enchufamos" la boquilla, y rellenamos hasta que estén completos.
Cuando los tengamos todos, hacemos un caramelo clarito con azúcar blanca y unas gotitas de zumo de limón, y ponemos unos hilos sobre los profiteroles o los "mojamos" en el caramelo, poniéndolos a secar sobre una superficie a la que no se peguen.
Siempre con mucho cuidado de no quemarnos, es lo más importante.
Si nos sobra algo de caramelo, podemos hacer alguna figura decorativa, o unos hilillos. Yo la mariposa la copié de aquí, tenéis un estupendo paso a paso para hacerla.
Empezaremos entonces a montar la tarta.
Ponemos unas cucharadas de crema pastelera sobre la base de hojaldre con borde de masa choux.
Ponemos todo un borde de profiteroles, si queremos podemos pegarlos con unas gotitas de caramelo.
Cubrimos la fruta con nata montada, y hacemos otra corona de profiteroles. Con el calor que hace hoy, la nata se derretía por momentos, pensé que ni llegaba a las fotos.
Para rematar le puse una cereza, para darle un toque de color.
La llevamos a la nevera (lo ideal es hacerla cuanto más tarde mejor, en la nevera pierde bastante, ya que las masas se ablandan y el caramelo se derrite), hasta que vayamos a consumirla.
Os dejo una fotos del cort, se desmoronaba bastante y no conseguí sacar ninguna decente, pero para que os hagáis una idea de como queda vale. Más o menos se ven las capas.
En esta se puede ver la textura de la crema, muy suave, buenísima. Hacía tiempo que tenía ganas de una receta de crema que quedase tan buena como esta, pasa a ser mi favorita sin duda!
Espero que os guste, como ya os he dicho, es un poco laboriosa... ¡pero merece la pena probarla!