martes, 10 de junio de 2014

MUFFINS DE CHOCOLATE


¡A los ricos muffins! Y es que no pueden ser más fáciles y estar más buenos.

Es la segunda vez que hago esta receta... la primera he de confesar que estaba al teléfono con mi madre mientras la hacía y se me olvidó añadir el azúcar... ¡menudo fallo!
Aún así los comimos, partiéndolos a la mitad y rellenándolos de nocilla o dulce de leche. Y no estaban nada mal, se les notaba algo raro pero si no sabías lo del azúcar era difícil caer.

Esta vez no había nada de qué hablar con mamá, así que los muffins quedaron perfectos.


La receta se la copié a mi querida Patt, la tenéis aquí. Ella a su vez se la copió a Clemenvilla, pinchad aquí para verla.
En su época (hace ya más de 5 años que Clemenvilla publicó esta receta, cómo pasa el tiempo en esto de los muffins) causaron furor, y la verdad es que no es para menos.

Con unos ingredientes básicos y 5 minutos de nuestro tiempo, tenemos unos estupendos muffins caseros para chuparse los dedos.

Con estos ingredientes me salieron 11 como los de las fotos.

Ingredientes:
- 250 g de harina de trigo
- 1/2 sobre de impulsor químico (tipo Royal)
- 175 g de azúcar
- 30 g de cacao puro en polvo
- 1 pizca de sal
- 150 g de chocolate de cobertura
- 75 g de mantequilla
- 250 ml de leche
- 2 huevos
- vainilla en pasta (opcional)



Lo que diferencia a los muffins de magdalenas y cupcakes es que los ingredientes se mezclan de una forma particular: por una parte se mezclan los ingredientes sólidos, y por otra los líquidos.
Luego se mezclan ambos, sin remover demasiado, lo que les da un aspecto rústico y cuarteado que a mi particularmente me encanta.

Así que en un bol grande (al final todos los ingredientes acabarán en este bol) mezclamos la harina tamizada, el impulsor, el azúcar, el cacao y la pizca de sal. Reservamos.

Fundimos el chocolate y le añadimos la mantequilla en pomada en dos veces, integrando bien ambos ingredientes cada vez.


En otro bol batimos la leche, los huevos, y la vainilla en pasta (o esencia), si le ponemos.  Podemos hacerlo con varillas de mano o con una batidora, como no es mucha cantidad se hace enseguida.

Añadimos esta última mezcla a los ingredientes secos, y mezclamos sin  mucho cuidado.
Luego añadimos el chocolate y la mantequilla fundidos, y volvemos a mezclar toda la masa.

Repartimos en los moldes que vayamos a usar, llenándolos hasta 3/4 de la altura total, y metemos al horno precalentado a 180ºC, unos 15-20 minutos, dependiendo de la forma y tamaño del molde que utilicemos.


Para asegurarnos de que están listos (una vez pasados 15 minutos sin abrir la puerta del horno), abriremos el horno y pincharemos con un palillo, y si sale limpio, es que están. Si sale manchado de masa, un par de minutos más y volvemos a probar.

Estos moldes que he utilizado son especiales para muffins, y no es necesario ponerlos en ninguna bandeja especial para que mantengan la forma.
Son muy cómodos, y además como son muy bonitos (ya lo digo yo todo), dignifican mucho a estos en principio feúchos muffins.


Quedan muy blanditos y super ricos, creo que se llevan la palma en la relación esfuerzo-resultado.
Lo que más me gusta es ese cuarteado de la parte superior...mmm... rico riquísimo.

Si queréis podéis decorarlos con un poco de chocolate fundido y sprinkles, nata montada, o lo que se os ocurra.
Yo esta vez los dejé tal cual, no necesitan nada más para ser perfectos.

Son perfectos para una merienda o un desayuno especial... o para lo que sea, ¡un muffin siempre viene bien!  Probadlos, que están buenísimos.

Es que los estoy viendo ahora en las fotos (hace ya unos meses que los preparé) y me dan ganas de comerme dos a la vez, tipo triki, tirando migas a los lados y masticando a toda mandíbula.

Borrad esta imagen de vuestra mente, por favor.

Ahora imaginadme comiéndolos con boquita de pitiminí y colibrís revoloteando a mi alrededor. Así, sí. ;)