(Edito otra vez): Gracias a Clemenvilla, ya he arreglado lo de los espacios...muchas gracias, me has evitado algún que otro mosqueo!
(Hay un link en el comentario de Clemen de esta entrada, por si os pasa lo mismo)
mmmmmm! (fue lo que dijimos al probar el pollo...tal vez que fuesen las cuatro y media de la tarde tuvo algo que ver!)
El caso es que hago de vez en cuando esta receta, y siempre que la hago, pienso: tengo que hacerla más a menudo, es bastante rápida, sana y está buenísima. (Se tarda más en hacer los "acompañamientos" que el pollo en sí).
Al fin y al cabo, es una especie de pizza con la base de pollo en vez de masa de pan...¡aquí si que el secreto está en la masa!
Normalmente se hace con milanesas (ya sea de ternera o de pollo), pero yo suelo hacerla a la plancha, me gusta más así, y de paso eliminamos "carga".
Ingredientes:
- una buena salsa de tomate
- jamón cocido
- queso
-orégano, albahaca,..
Para acompañar:
- tomates a la plancha
- patatas fritas
Lo primero que debemos hacer es salar y adobar los filetes de pechuga de pollo. Os aconsejo que no sean demasiado finos, para que no queden muy secos.
Los adobamos como más nos guste, yo les puse ajo, sal y aceite de oliva, pero admiten cualquier especia.
Los hacemos a la plancha (como os puse antes, pueden hacerse también a la milanesa, como prefiramos), y los ponemos en una fuente o bandeja que pueda ir al grill.
La siguiente capa será de salsa de tomate. Esta es una de las claves del plato, tiene que ser una buena salsa de tomate.
La ponemos en la sartén donde hemos hecho el pollo, y añadimos orégano y albahaca (opcional). Damos vueltas hasta que reduzca, y quede espesita (para que no se "desparrame" por el pollo.
Cuando esté a nuestro gusto, la retiramos del fuego y la ponemos sobre las pechugas.
La albahaca es lo que le da el toque totalmente italiano...que rica! Hace poco me compré una planta, para tenerla siempre fresca en casa. Era pequeñita, pero me dije: nada, no la uso una temporada, y cuando crezca un poco empiezo a usarla.
Pero claro, es demasiada tentación para mi tener la plantita en la encimera de la cocina, así que poco a poco voy arrancando hojas...y la pobre es ya la mínima expresión de planta! ajjaja! Para la próxima me compraré dos, una para que crezca y la otra para ir usando.
Ponemos encima del tomate una capa de jamón cocido, y para rematar "la faena" el queso que más nos guste, siempre que funda bien.
Yo le puse por encima también unas hojitas de albahaca...total, de perdidos al río!
Lo ponemos unos minutos en el grill del horno, con cuidadito como siempre, que el grill en cuanto calienta, abrasa.
Para acompañar hice unos tomates a la plancha, si nunca los habéis probado os los recomiendo.
Cortamos los tomates en rodajas gruesas, como de 2 cm más o menos. Es importante que el tomate esté maduro, si no quedará un poco ácido.
Les ponemos sal, ajo en polvo, y una gotita de aceite de oliva.
Calentamos una plancha o sartén con un poco de aceite (lo ideal es pulverizado), y cuando esté bien caliente ponemos las rodajas de tomate.
Se hacen más rápido (y mejor) en una sartén de esas con tapa de cristal, quedan más parecidos a los tomates asados en el horno.
En un par de minutitos están por un lado, y les damos la vuelta para que se pasen por el otro. Si hace falta, añadiremos un poquito más de aceite.
Los retiramos, y si nos vemos con ganas les sacamos la piel, que estará totalmente suelta... si no, cada uno en su plato!
Podemos espolvorearlos con un poco de orégano y aceite de oliva, quedan riquíiiisimos.
Hice también unas patatas fritas, cortadas como una rejilla en la mandolina. Vi como lo hacía un cocinero en la tele, no recuerdo muy bien quien, pero creo que Arguiñano.
Ponemos la cuchilla ondulada, y con el corte fino, que la rodaja sea muy fina.
Pasamos la patata una vez, y luego la giramos 90º para volver a pasarla, para que haga la forma de rejilla. Vamos girando entre corte y corte, y nos quedan con forma de rejilla.
Hay que ir probando el espesor de la rodaja, hasta que nos guste como salen.
Luego las freímos en aceite de oliva, echándolas de una en una, para que no se peguen, y con cuidadito, que se queman enseguida.
Al retirarlas, las escurrimos sobre un papel de cocina, para eliminar el exceso de aceite.
Y tenemos el plato listo! Lo servimos rápidamente, y disfrutarlo!