Whole Kitchen en su Propuesta Salada para el mes de septiembre nos invita a preparar un clásico de la cocina italiana, la Pizza .
¡Y a mi me viene de perlas! Hacía ya una temporadita que quería publicar una pizza, para enseñaros dos de los últimos descubrimientos que he hecho recientemente con los que estoy muy contenta.
El primero es un "sucedáneo" de piedra de hornear. Como os contaba en alguna otra entrada, tenía ganas de comprarme una piedra, pero no me decidía a encargarla sin saber si realmente le iba a sacar partido o no.
Así que cuando vi esta placa de hornear (no es de piedra, es cerámica resistente al horno), la compré para probar si se notaba la diferencia con una bandeja de horno tradicional o la especial para pizza con agujeritos.
Y se nota, se nota. Se nota mucho. Queda la masa crujiente por fuera y perfecta por dentro, es una maravilla. Además, la pizza se hace mucho más rápido.
Tuve el acierto de sacarle una foto antes de estrenarla, para poder mostraros como era. Y digo era porque ahora está bastante manchada, la uso un montón y es inevitable que caiga algún líquido. Pero funciona igual de bien que al principio, eh? ;-)
Os pongo en un comentario los "detalles".
Entre ellas estaba caja una para hacer pescadito frito. Estuvo un montón de tiempo esperando para ser usada, pero como no suelo hacer el pescado frito, nunca encontraba el momento de probarla.
Un día en el que estaba revisando las fechas de caducidad me fijé en los ingredientes, y menuda alegría me llevé cuando vi que eran semolina y harina de trigo.
Semolina, la había buscado un montón y me fue imposible conseguirla. ¡Y resultó que la tenía en casa desde hacía tiempo!
Había econtrado (y usado) sémola, pero era demasiado gruesa, esta me gusta mucho más.
Puede ponerse en los ingredientes de la masa, aunque yo la utilizo sólo para estirarla. Le da un acabado crocante súper especial, me encanta.
Sin más vamos con los ingredientes, no me voy a extender mucho ya que lo más importante ya está dicho, la pizza es súper normal y no tiene más singularidad que las que os he comentado.
Ingredientes:
- 370 gr de harina de fuerza
- 15 gr de levadura fresca de panadero (o 2/3 de sobre seca)
- 180 ml/gr de agua
- 8 gr de sal fina
Topping:
- salsa boloñesa
- mezcla de quesos para gratinar
- bacon en lonchas
- orégano
Si hacemos la masa en la panificadora, meteremos los ingredientes en el orden en que están escritos, pondremos el programa masas y a disfrutar de dos horitas hasta que esté lista para extenderse.
Si hacemos la masa a mano, os pongo como la hago (hacía, mejor dicho):
En una taza, caliento ligeramente el agua (medio minuto al microondas) y deshago en ella la levadura de panadero.
En un bol grande mezclamos la harina con la sal, hacemos un hueco central y añadimos la mezcla de agua y levadura.
Mezclamos hasta que estén bien integrados, y amasamos al menos 10 minutos sobre la encimera.
Aunque en principio parezca que necesita más harina porque se pega a las manos, es importante esperar al menos hasta la mitad del amasado para asegurarnos de si hace falta realmente (generalmente no es necesario).
Cuando esté lista, la ponemos en un bol tapada con un paño o un film, y la dejamos levar hora y media en un sitio apartado de corrientes.
Como ya os comenté en alguna otra entrada de masa fermentada, siempre la pongo encima de la tele (ventajas de tener una tele de hace más de 10 años), leva de maravilla y súper rápido.
Unos 15 minutos antes de empezar a hacer la pizza, metemos la "piedra" sobre la rejilla del horno, poniéndola en la parte alta del mismo.
Una vez esté dentro del horno lo encendemos a 230º con calor y grill, y lo dejaremos así hasta que saquemos la pizza. Tiene que estar bien caliente para que la base funcione perfectamente.
Espolvoreamos la encimera con la mezcla de harina y semolina de trigo, y volcamos la masa levada sobre ella.
Vamos estirándola con los dedos, dándole forma redondeada. En este caso como le iba a poner ingredientes bastante pesados y húmedos la dejé más gruesa que normalmente, para que no se rompiese.
Ponemos sobre ella los ingredientes que hayamos escogido, esta vez salsa boloñesa, orégano, mezcla de quesos para gratinar, un par de lonchas de bacon en trozos y más orégano (en este orden).
Rápidamente ponemos la pizza sobre ella (este es un paso delicado, de aquí vienen la mayoría de las manchas de mi piedra cerámica), y cerramos la puerta para que se escape la menor cantidad de calor posible.
Por si os sirve de consejo, os pongo como suelo hacer yo esto: una vez tengo ya la masa estirada y formada, la pongo sobre una chapa de hornear previamente espolvoreada con mezcla de harina y semolina.
Es importante dejarla tal y como queda, sin moverla para que no se pegue a la chapa. Es preferible tener una pizza un poco ovalada a que se pegue, creedme.
Ponemos el resto de ingredientes lo más rápido posible, para que la masa no absorba la harina y luego sea fácil deslizarla.
Cuando la vayamos a colocarla sobre la base cerámica en el horno, utilizamos la chapa como si fuese una pala típica de panadero, dejando caer la pizza en un movimiento rápido.
El tiempo de horneado dependerá del grosor de la masa y de la humedad de los ingredientes que pongamos encima de ella, al hacerla en esta base suele ser entre 5 y 15 minutos.
Cuando a la vista parezca que está lista, abriremos el horno y con un tenedor levantaremos un poco el borde, para ver el aspecto de la suela.
En cuanto esté a nuestro gusto la subimos a la parte alta para terminar de gratinarla (si es necesario).
Apagamos el horno y sacamos la pizza (lo ideal es sacar sólo la pizza, dejando la base dentro del horno para que enfríe lentamente).
La dejamos reposar unos minutos hasta que pierda el exceso de calor.... y a disfrutarla!
Mirad el corte del borde, me gusta mucho como queda con esta base.