Esta es una receta que no sé por qué no había publicado antes, ya que la he hecho unas cuantas veces y nos encanta.
La receta es de Nigella y la compartió hace ya unos años food and cook. Como os decía la hago a menudo y no falla.
Además está de plena actualidad, últimamente no hacen más que aparecer "trampantojos" culinarios por todas partes.
Y es que si hacemos esta tarta en versión original (bien en estos vasitos o en jarras pequeñas de cerveza) queda muy parecida a una cerveza negra con su capa de blanca y densa espuma.
Normalmente suelen hacerse con cerveza Guinness (de hecho es conocida como tarta Guinness), pero se puede hacer perfectamente con cualquier otra cerveza negra (esta era Mahou, si no recuerdo mal).
Pero no pongáis cara de disgusto si no sois fans de la cerveza negra... yo no bebo ni cerveza rubia y esta tarta me encanta, no sabe para nada a cerveza. O al menos yo no lo noto. ;)
Está compuesta por dos partes: un bizcocho denso, con un intenso sabor a chocolate, que imita a la cerveza, y una estupenda crema de queso, la "espuma" que suaviza a la perfección la base de chocolate.
Se puede hacer en un molde normal o en individuales, como prefirais. Las dos versiones son muy vistosas e igual de ricas.
Ingredientes:
Para el bizcocho de chocolate:
- 250 g. de cerveza negra
- 250 g. de mantequilla
- 75 g. de cacao en polvo
- 400 g. de azúcar
- 250 g. de harina de trigo
- 2,5 cucharaditas de bicarbonato
- 140 ml de nata para montar
- 2 huevos L
- una pizca de vainilla (opcional)
- colorante negro (opcional)
Para el frosting:
- 300 g. de queso crema (tipo Philadelphia)
- 150 g. de azúcar glas
- 360 g. de nata para montar
Empezaremos poniendo la cerveza en un cazo a calentar lentamente, sin que llegue a hervir.
Cuando esté caliente, añadimos la mantequilla cortada en trozos pequeños y removemos constantemente, hasta que se funda por completo.
Retiramos del fuego y reservamos. Esta mezcla huele de maravilla, con un montón de matices.
En un bol tamizamos y mezclamos el cacao, la harina de trigo y el bicarbonato. Añadimos el azúcar y mezclamos bien los 4 ingredientes.
En otro bol batimos los huevos, la nata y la vainilla. Si queremos que la tarta quede negra-negra, deberemos añadir una gotita de colorante negro (ojo, la mezcla queda con un color marrón grisáceo extraño, pero en el horno luego se arregla).
Si no se lo añadimos quedará marrón chocolate, pero al hornear no conseguiremos un negro intenso.
La verdad es que no suelo añadirle, sólo esta vez para sacarle las fotos, pero lo normal es no ponérselo.
Añadimos la mezcla de cerveza y mantequilla a la otra mezcla líquida, la de huevos, nata y vainilla, removiendo bien.
Finalmente, incorporamos los ingredientes secos, mezcándolo todo. Como la masa queda muy líquida es muy fácil de hacer, sobre todo si nos ayudamos de unas varillas.
Vertemos en un molde grande o en los individuales, e introducimos en el horno precalentado a 180ºC.
Al ser tan líquida la masa tarda bastante, unos 50 minutos en versión familiar y 30 en individual.
Como siempre, cada horno es un mundo, así que lo que no falla es pinchar con un palillo o un cake tester y comprobar que sale limpio.
Una vez está listo, lo dejamos enfriar por completo antes de añadir la cobertura, ya que si aún está caliente lo fundiría y se desparramaría sin solución posible.
Para hacer el frosting (imprescindible hacerlo, complementa al bizcocho a la perfección) mezclaremos el queso crema con el azúcar glas.
Podemos añadir (si somos muy fans, yo lo soy) una pizca de vainilla, le queda genial.
Montamos la nata, y la mezclamos poco a poco con la crema de queso.
Cubrimos la base de chocolate con la cobertura de queso y nata... ¡y a sufrir hasta catarla!
Cuando está recién hecha el bizcocho queda más esponjoso, pero según va pasando el tiempo va asentando y compactando... una delicia de ambas formas.
Si aún no habéis probado esta tarta os animo a hacerlo, otra de esas recetas relación esfuerzo-resultado de las que a mi tanto me gustan.
Y si queréis hacerla para una ocasión especial, podéis dejarla así de bonita con un poquito más de trabajo.
Esta tarta la hice para el cumple de mi prima Sonia hace ya un par de años, y tuvo mucho éxito.
Por dentro son 3 bizcochos de cerveza guinness (su cumple coincidió con la vendimia y éramos un montón de gente) y a la cobertura le puse aroma de algodón de azúcar y colorantes azul y amarillo para conseguir este color tan "in".
Con una espátula y una manga ( y algo de paciencia) así quedó el resultado final.
Me encanta la presentación, es de lo más original y acertada para este tipo de tarta ;). Un beso!
ResponderEliminaraaaaaaaaaainss perraca!!! vaya pinta--- me flipa esa presentación, que lo sepas!!
ResponderEliminaryo también soy super fan de esta tarta, aunque no me queda tan monísima !! ;) eso si, yo también uso cerveza nacional ..ajjajajajaja
nena, te lo van a decir todo, y yo lo suscribo de antemano!!! te sales!!
eso si, aparece más a menudo, anda!! :
cuando dices q me envias un par a casa??? xq la presentacion ya es impresionante xo lo de dentro debe de estar mas rico aun
ResponderEliminarTengo cerveza guinnes siempre en casa y nunca me animo a preparar esta tarta.. Tu versión me encanta!!! Besos,
ResponderEliminarQue maravilla y que bien cumple el trampantojo Natalia porque al ver la foto pensaba que era un batido, je,je,je. nunca he preparado tarta con cerveza y esta tuya me ha enamorado, tomo buena nota aunque no me quede como la tuya lo intentaré. Una gozada de postre.
ResponderEliminarUn besito y feliz semana.
Es una tarta riquisima y así en individual me ha encantado, aunque la que hiciste para el cumple de tu prima es preciosa, que color mas bonito te quedó.
ResponderEliminarSaludos
Buena idea eso de ponerlo en vasos. Es un bizcocho que siempre que hago triunfo...Y esa crema de queso...mmmmmm. Me ha encantado!!!
ResponderEliminarEs una idea estupenda!!!! Como me ha gustado Natalia!!!!
ResponderEliminarUn besito,
Sandra von Cake
Ostras, nunca había visto esta receta!!
ResponderEliminarEnhorabuena por tu blog!!
Saludos desde Valencia