Había pensado publicar esta receta antes del día 4, pero como siempre... ¡me pilló el toro!
Supongo que muchos os daréis cuenta de por qué antes de ese día en concreto: era el día en que en Lidl ponían a la venta la panificadora. Si, mi adorada panificadora... ¡qué contenta estoy con ella!
Sé que en algunos sitios la ponen el sábado día 11 ,así que no llego tarde al 100%.
Con la panificadora hacer masas como estas es un visto y no visto, simplemente pones los ingredientes y dedicas tu tiempo a lo que prefieras hasta que te avisa de que la masa está lista.
Aunque también me gusta mucho amasar a mano (sigo haciéndolo de vez en cuando), he de reconocer que tenerla es super cómodo.
Además como casi siempre les doy forma a los panes a mano y los hago en el horno, es suficiente para quitarme el "mono" amasador.
Esta receta es muy conocida en la red, yo la copié del blog de María Dolores,
Cuinant, un blog que os recomiendo encarecidamente.
Últimamente me tiene loca este
erizo de aperitivos, estoy deseando tener una ocasión para hacerlo.
Parece que la receta original de este brioche portugués fue compartida por Maktub, una forera de MR, pero no conozco su blog así que no os puedo poner el enlace, lo siento.
Lo de la forma de corazón es por variar, suelo darle distintas formas siempre que hago brioche, y dado que se acerca el día del amor por excelencia, qué mejor que unos brioches con forma de corazón para desayunar.
O para llevar a nuestros amigos o compañeros de trabajo, cualquier día es bueno para demostrarle nuestro afecto a los que nos rodean.
Hice también unos formados por dos bolitas, especiales para compartir... ¡no me digáis que no es buena idea!
Algunos los rellené de crema pastelera (mi favorita, la que utilizo desde que la descubrí). Pocas cosas hay que me gusten más que la bollería con crema pastelera... y si llevasen una cerecita confitada ya serían lo máximo.
Ingredientes:

Para el brioche:
- 120 ml de leche entera
- 90 gr de mantequilla (tª ambiente)
- 3 huevos (L)
- 500 g de harina de fuerza
- 70 g de azúcar glas
- 1 sobre de levadura de panadería
- 1 pizca de sal
Para pintar:
- huevo
Para la crema pastelera:
Receta
aquí
Para hacerlo en panificadora, empezamos como siempre con los ingredientes líquidos.
Ponemos la leche, los huevos, y la mantequilla a temperatura ambiente.
Los huevos los pongo directamente sin batir. Al principio los batía, pero un día probé a no hacerlo y se integran perfectamente desde el principio del amasado.
Sobre los líquidos ponemos la mitad de la harina (aproximadamente), y espolvoreamos el sobre de levadura de panadero.
Si lo hacemos con levadura fresca, pondremos un cubito de 25 gramos. En este caso tendremos que disolverla en la leche tibia antes de ponerla en la panificadora.
Ponemos el resto de la harina sobre la levadura, y por último el azúcar glas y la pizca de sal.
Escogemos el programa masas, y a disfrutar desentendiéndonos totalmente de casi dos horas de controlar amasados y levados.
Para hacer la masa a mano, haremos un volcán con la harina. Os recomiendo hacerlo en un bol grande, es mucho más limpio e igual de cómodo que hacerlo sobre la encimera.
Calentamos ligeramente la leche, y le añadimos la levadura para que se vaya hidratando.
Hacemos un hueco en el centro del volcán, y añadimos primero el azúcar y la sal y luego la leche y los huevos batidos.
Mezclamos ligeramente con un tenedor, y cuando veamos que va cogiendo consistencia de masa, pasamos a amasar con las manos.
Cuando esté bien mezclado, añadimos la mantequilla cortada en trozos pequeños, y la vamos incorporando poco a poco.
Amasamos durante unos 10 minutos, hasta que la masa esté elástica y manejable.
Ponemos la masa en un bol, la tapamos con un paño, y la dejamos en un lugar cálido hasta que duplique su volumen, al menos 1 hora.
A partir de aquí como siempre los pasos son comunes:
Sacamos la masa de la panificadora (o del bol) y la cortamos en partes iguales. Yo hice los corazones de 90 gramos, y las bolas de 50 gramos cada una, por si os sirve de orientación.
Es posible que necesitemos algo de harina para que no se pegue a la encimera, pero muy poca, es una masa muy manejable y agradecida.
Para hacer las formas de corazón, hacemos una bola redonda. Con un cuchillo bien afilado, hacemos un corte desde el centro hasta el exterior. Quedará parecido a un comecocos.
Redondeamos un poco los bordes recién cortados, estirando un poco y metiéndolos debajo de la masa, como cuando metemos las sábanas debajo del colchón.
Tenemos que hacer "las alas" bastante separadas, luego al crecer se juntan bastante.
Vamos poniendo cada corazón recién formado sobre la bandeja del horno, dejando suficiente separación entre ellos para que no se toquen al levar y luego al hornearlos.
Para hacer los bollos con forma de 8, simplemente hacemos unas bolas con la masa y las ponemos también sobre la bandeja del horno, pero a unos 2-3 cm, para que al levar se toquen y se unan.
Dejamos las masas en un lugar cálido (yo estos días que hace tanto frío caliento el horno unos minutos a 50ºC , apago, y meto ahí las bandejas, va muy bien). Las dejamos sobre una hora, hasta que dupliquen volumen.
Cuando estén bien levados (si el día está frío necesitarán más tiempo, o incluso toda la noche en la nevera), los pincelamos con huevo batido.
Podemos ponerles alguna decoración como almendra en grano o un poco de azúcar humedecido con unas gotas de anís, combina genial con estas masas dulces levadas.
Los introducimos en el horno precalentado a 180ºC, hasta que veamos que están listos.
El tiempo dependerá del horno, del tamaño de los bollos... pero por si os sirve de referencia, en mi horno y con estos pesos tardaron sobre 15 minutos.
La primera hornada siempre tarda más que las siguientes, así que no os despistéis con el resto.
Una vez estén listos, los sacamos del horno y pasados unos 5 minutos los ponemos a enfriar sobre una rejilla.
Cuando hayan enfriado del todo, podemos abrirlos y rellenarlos con lo que más nos guste: crema pastelera, nata, trufa, mermelada... casi cualquier cosa.
Os voy a dar una mini receta buenísima: abrís un corazón a la mitad. Lo pasáis por la plancha, y nada más quitarlo ponéis unas onzas de chocolate (yo lindt, me encanta) en el interior.
Ponéis la tapa, y a esperar un par de minutos.
El chocolate se habrá derretido del todo, queda super cremoso y qué os voy a contar de lo bueno que está. Y eso que yo no soy de chocolate, pero esto es una cochinada deliciosa.
Podemos espolvorearlos con azúcar glas, yo suelo hacerlo. Además de que me parece que quedan preciosos, me encanta morder y mancharme hasta las orejas con el azúcar... mmmm! Un poquito de placer más.
Podemos congelar algunos si queremos, aguantan muy bien el paso por el congelador. Antes de rellenarlos, por supuesto.
Cuando vayamos a comerlos, un golpe "descongelante" de microondas y a disfrutarlos!
Quedan también genial a la plancha con queso crema y mermelada casera... la verdad es que quedan genial con lo que sea. O solos.
Los corazones son muy bonitos, pero la idea de las dos bolitas, que sea un bollo "para compartir" me ha gustado todavía más. Ideal para un desayunoo merienda para dos.
Os dejo finalmente con la foto del corte.
La crema quedó un poco paliducha (y eso que eran huevos caseros), pero siempre queda perfecta de sabor. Nunca, nunca falla.
A los que tengáis la panificadora sin estrenar (seguro que hay varios), os recomiendo estrenarla con esta receta.
Si os da miedo dar forma a los bollos y hornear de manera tradicional, podéis hacerlo en la panificadora, en el programa de amasado y horneado.
Poco a poco os iréis haciendo con las masas y ya veréis que son nuestras amigas.