
La semana pasada fue el cumple de mi suegri, y cuando estábamos comiendo decidimos ir a felicitarlo y a ver si "nos invitaba" a cenar, así que improvisé esta tartita con lo que tenía por casa.
Quedó bastante bien, aunque yo creo que con fresas estará mucho mejor! ¡Es que son taaaaan ricas! La probaré y ya os contaré.
Eso si, como podéis ver, vistosa quedó un rato largo.
Que no os asuste la lista de ingredientes ni la explicación tan larga, es que ya sabéis que me enrollo bastante con las explicaciones.
El bizcocho es el típico de yogur, pero sustituyendo un vasito de harina por uno de almendra molida, queda muy rico.
Para que no quedase demasiado alto, hice sólo 2/3 de la receta normal, quería que quedasen dos capas finitas
Pongo las cantidades normales del bizcocho y las que yo usé entre paréntesis.
Necesitaremos un molde desmoldable o un aro de repostería (también puede valer con un acetato cortado para ponerlo en el contorno), para darle forma al relleno.
Ingredientes:
Para el bizcocho:
- 3 huevos (2)
- 1 yogur natural (2/3 )
- 1 vasito del yogur de aceite de girasol (2/3)
- 2 vasitos de azúcar (1,5)
- 2 vasitos de harina de trigo (1,5)
- 1 vasito de almendra molida (2/3)
- 1 sobre de levadura química Royal (2/3)
Para el relleno:
- 4 mitades de melocotón en almíbar
- 200 ml de nata para montar
- 2 cucharadas soperas de queso cremoso de untar
- 3 cucharadas soperas de azúcar
- 1 hoja de gelatina neutra
Para calar el bizcocho:
- azúar
- agua
- ron (a partes iguales)
Para el ganaché de chocolate:
- 125 gr de chocolate de cobertura
- 125 gr de nata líquida
- 1 cucharada de mantequilla
Para decorar:
- 3 mitades de melocotón en almíbar
- almendra fileteada, cerezas, confitadas,...
Parecen un montón de ingredientes, pero es muy sencilla de hacer.
Empezamos como siempre haciendo el bizcocho:
Batimos con unas varillas los huevos, y añadimos el yogur.
Seguimos añadiendo ingrediente a ingrediente, integrando bien cada uno antes de poner el siguiente.
A ser posible, la harina la tamizamos, para se airee. En este paso añadimos la levadura, para que quede bien repartida por toda la masa.
Metemos en el horno precalentado a 180º, unos 30 minutos, pero es mejor vigilarlo por si se pasa antes.
Mi molde era de 22 cm, creo que es el tamaño perfecto para esta cantidad de masa.

Lo sacamos y lo dejamos enfriar sobre una rejilla, antes de abrirlo.
Hacemos mientras tanto el almíbar para calarlo, poniendo en un cazo a partes iguales el ron, el agua y el azúcar, y dejamos que hierva unos 5-7 minutos.
Apagamos, y dejamos que enfríe antes de usarlo.
Una vez el bizcocho esté bien frío, lo abrimos a la mitad, y ponemos una de las partes en la bandeja o plato donde vayamos a servirlo.
Calamos con el almíbar, asegurándonos de que quede bien humedecido por todas partes.
Si hicimos el bizcocho con un molde desmoldable, podemos poner la parte lateral, la que se abre, para que quede con una forma más perfecta.
Yo usé un aro de repostería, pero se puede hacer también con un acetato (o incluso sin nada, pero entonces no debemos poner el relleno hasta el borde del todo).

Procedemos a hacer el relleno.
Ponemos la hoja de gelatina para que se hidrate en un platito con agua fría, y la dejamos mientras hacemos el resto.
Montamos la nata con el azúcar, y añadimos las 2 cucharadas de queso cremoso.
Picamos en taquitos los melocotones (usé 4 mitades), y los añadimos a la nata.
Por último, calentamos unas 3 cucharadas de agua (yo lo hice en un vaso en el microondas) y derretimos en ella la hoja de gelatina.
La añadimos a la mezcla de nata y melocotones.
Removemos cuidadosamente para que se reparta bien, y vertemos sobre la base de bizcocho.
Con una cuchara o una espátula repartimos bien, dejando la parte superior horizontal.
Calamos la otra mitad del bizcocho, y la ponemos sobre el relleno.
Si vemos que queda más alta por algún lado, podemos presionar suavemente para que quede lisita.
Metemos a la nevera al menos un par de horas (cuantas más mejor, lo ideal sería hacerla el día anterior, pero la cosa fue un poco improvisada).
Una vez esté bien cuajada (posiblemente la hoja de gelatina no le hiciese falta, pero la puse por si acaso, para que mantuviese la forma), la sacamos de la nevera y retiramos el molde del lateral.

Para hacer el ganaché de chocolate, ponemos a calentar un cazo con la nata, y añadimos el chocolate cortado en trocitos.
Removemos para que no se pegue, y añadimos la mantequilla (que le dará brillo).
Seguimos removiendo hasta que esté deshecho del todo, y retiramos del fuego.
Como quería que quedasen esas "ondas desbordantes" de chocolate, esperé a que enfriase un poco para que espesase antes de ponerlo.
Cuando vi que más o menos tenía la densidad adecuada, fui poniendo poco a poco con un cucharón el ganaché en el centro de la tarta.
Al hacerlo así se reparte hacia los bordes sin tener que tocarle (por eso tenía que quedar bien lisita), y así queda súper brillante.
Para hacer las ondas, con un cuchillo fui "ayundándole", empujando desde arriba para que cayese por los laterales.

Para decorarla "fileteé" tres mitades de melocotón sin llegar a soltar las láminas del todo.
Puse también unas almendras fileteadas tostadas (las tosté en el horno de paso que hacía el bizcocho, están buenísimas aún calentitas).
Hay que tener cuidado con las almendras al tostarlas, tanto en el horno como en la sartén, parece que no están y de repente ya se han quemado... por experiencia os lo digo!
Por último, en el centro, una cereza confitada.
Cuando la vi terminada me gustó bastante, sobre todo para ir improvisando sobre la marcha. No sabéis la cantidad de ideas que me vinieron a la cabeza mientras la hacía... tenía que haberlas apuntado!
Aquí os dejo una foto del corte, se aprecia que el bizcocho queda muy jugoso. Y el toque de la almendra queda muy bien con el chocolate, además.
Esperamos pacientemente a que nos sirvan nuestra ración... y a disfrutarla!