miércoles, 28 de marzo de 2012

TORRIJAS (CON SU PAN)


Whole kitchen en su Propuesta para el mes de Marzo nos invita a preparar un clásico de la gastronomía española, Torrijas.

Es un postre muy sencillo, pero sin embargo delicioso. De esos que te transportan a la infancia: pan duro empapado en leche, rebozado en huevo  y luego frito en aceite suave.
Un poquito de azúcar y canela por encima... ¡y a disfrutarlas!

Hacía años (unos cuantos) que no comía torrijas, así que cuando leí la propuesta de este mes me alegré un montón, tenía muchas ganas de hacerlas.

Además, desde que me enteré de que había un pan especial para hacerlas, creo que hasta soñaba con ellas.
En casa de mis padares se hacían con pan de barra que guardábamos uno o dos días para que se secase y se pusiese duro, no tenía ni idea de que existiese un tipo de pan especial para torrijas, y me ha gustado mucho.

La receta es una mezcla de varias, consulté bastantes y eran todas muy parecidas, así que me hice una propia "a mi gusto". Creo que está muy buena, pero para la próxima vez le pondré un poco menos de levadura, ya que la masa formó muchos alveolos y al parecer tiene que ser más compacto.

Con estas cantidades salen 2 panes grandes, de 500 gramos cada uno.

Ingredientes:
Para el pan:
- 200 ml de leche entera
- 50 ml de agua
- 20 g de levadura de panadería fresca
- 2 huevos L
- 20 g de azúcar
- 2 cucharaditas de miel
- 500 g de harina de fuerza
- 60 g de mantequilla
- 10 g de sal

Para las torrijas:
- pan de torrijas
- leche entera
- corteza de limón
- canela en rama
- huevo
- aceite de girasol para freír
Para acompañar:
- azúcar, natillas, fruta fresca, ...

Para hacer el pan comenzaremos haciendo un prefermento: mezclamos en un bol 50 ml de leche tibia (la restaremos de los 200 totales), los 50 ml de agua y la levadura.
Como os decía antes, para la próxima le pondré menos levadura, creo que con 10 gramos será suficiente.
Cubrimos con un film de cocina y lo dejamos reposar unas cuantas horas, mejor si es toda la noche. Crecerá bastante, así que no debe de ser muy justo.

Como siempre, podemos hacer la masa en la panificadora o a mano.

Si es en la pani, ponemos el prefermento y luego el resto de ingredientes en el orden en que está indicado en la receta.
Programa masa ( o 2-3 veces el de pasta y luego la dejamos reposar una hora dentro de la cubeta sin  levantar la tapa).

Para hacerla a mano, mezclaremos con la leche, el huevo batido, el azúcar y la miel.
Añadiremos el prefermento, y luego la harina mezclada con la sal. Finalente incorporaremos la mantequilla, amasando el conjunto al menos diez minutos.
Hacemos una bola, la ponemos en un bol enharinado y lo ponemos a levar un par de horas en un sitio sin corrientes (queda muy bien dentro del horno cerrado), cubierta con film de cocina o un paño limpio.



A partir de aquí los pasos son comunes: boleamos la masa para desgasificarla, la dividimos en 2 partes iguales (os recomiendo pesarlas) y les damos forma de barra alargada.
Cubrimos otra vez con film o un paño limpio, y dejamos levar al menos una hora.

Cuando hayan crecido, las pincelamos con leche y las metemos en el horno precalentado a 180ºC sobre media hora, aunque el tiempo dependerá mucho de la forma del pan.
Estas barras eran bastante grandes, salieron unas rebanadas enormes.

Debemos reservar el pan un par de días, para que se seque y quede más consistente.
Nosotros nos comimos ya ese mismo día casi media barra en unos bocadillos calientes de queso y jamón que nos supieron a gloria, así que no os cortéis en hacer la receta entera, se puede usar para más cosas que para torrijas.


Para remojar las torrijas podemos hacerlo en leche (sin más, están buenísimas) o preparar unas horas antes leche aromatizada con limón y canela, como yo hice esta vez.
Ponemos en un cazo leche entera,  piel de limón (sólo la parte amarilla) y un palo de canela. Cuando empiece a hervir, apagamos el fuego y dejamos que enfríe.
Debemos hacer bastante cantidad, el pan absorbe un montón de líquido, es increíble.

Cortamos el pan en rebanadas del mismo grosor, y las vamos remojando en la leche.

Luego las pasamos por huevo batido, y las freímos en aceite suave (yo de girasol, pero puede ser de oliva suave) bien caliente.
Os aconsejo hacerlo con una espátula, ya que las torrijas hechas con este pan son bastante blanditas y podrían romperse.


Las vamos poniendo sobre paper absorvente, y cuando estén tibias las pasamos por una mezcla de azúcar y canela.
Podemos también espolvorear sólo azúcar, o unos hilos de miel, quedan también super ricas y jugosas.

Si queremos hacer un poste un poco más elaborado con las torrijas como base, podemos cubrirlas con unas natillas, quemarlas con el soplete y adornar con fruta fresca.
Con una bola de helado de vainilla  y un poco de sirope de chocolate también tienen que estar muy buenas.


Aunque la receta clásica, con un poco de azúcar y canela no tiene nada que envidiarle a otras más sofisticadas.

Con este pan quedan genial, la corteza de este pan es super blandita, así que después de remojarla y freírla no puede quedar más tierna, que es la pega que yo le ponía a las que se hacían en casa con pan de barra.

A mi personalmente me gustan tibias, aunque podemos comerlas también frías.

¡Coged una, con estos pedazo panes hay para todos!


martes, 20 de marzo de 2012

GALLETAS DECORADAS DE PASCUA: HUEVOS Y POLLITOS


Casi un año llevan estas galletas esperando a ser publicadas... ¡por fin ven la luz!
Se las hice el año pasado para mi sobri (la mejor sobri del mundo),  casi 15 días después de semana santa. Como me parecía demasiado tarde para publicarlas decidí guardarlas para este año y publicarlas "en fecha". ¡Y aquí están!

Estas galletas decoradas de Pam (Uno de Dos) fueron las que me obligaron a hacer las mías. ¡Tenía que hacer unos pollitos preciosos como los suyos!
Al final, como siempre pasa, quedaron bastante distintos... está claro que cada uno tiene "su mano".

Consulté un montón de blogs para hacerlas, me encanta ver fotos y más fotos antes de hacer galletas, una de mis partes favoritas de todo el proceso es decidir qué voy a hacer exactamente... aunque como a casi todos nos pasa, luego cuando me pongo voy cambiando de idea sobre la marcha.

Siempre que publico unas galletas decoradas os digo lo mismo: imprescindible el blog: El Rincón de Bea. Tiene un montón de tutoriales que aclaran todas las dudas que nos puedan surgir al enfrentarnos a este tipo de galletas decoradas.
La receta de la masa es la de Food and Cook, me encanta como queda, nunca falla.


Lo que tengo claro es que las galletas con glasa no son mi fuerte. Debería practicar un poco más, pero hay tantas cosas ricas y novedosas que hacer, que nunca encuentro el momento.

En esta ocasión dejé la glasa muy líquida, cuando las hice no me di cuenta pero después de ver un montón de galletas estupendas por la red (y un montón de tutoriales) enseguida me di cuenta al revisar las fotos para publicarlas.

Tampoco voy a flagelarme, están muy graciosas y a mi sobri (y demás familia) les encantaron, así que: ¡objetivo cumplido!

Ingredientes:
Para la masa:
- 225 g de mantequilla
- 220 g de azúcar
- 1 huevo grande
- media cucharadita de sal
- 450 g de harina de repostería
- esencia al gusto: almendra, limón, anís,...

Para la glasa:
- 1 clara de huevo pasteurizada
- 200 g de azúcar glas
- cremor tártaro (opcional)

 
En un bol ponemos la mantequilla (pomada) y el azúcar y mezclamos hasta conseguir una textura esponjosa y fluída.

Puede hacerse "a mano o a máquina", yo desde que tengo el robot de cocina de Lidl hago siempre en él la masa tanto de las galletas como de los bizcochos.
 
Añadimos el huevo batido y la esencia (si decidimos ponerle, a mi me gustan con esencia de limón), y seguimos mezclando.
 
Añadimos la harina y la sal tamizadas, y seguimos mezclando hasta que todos los ingredientes estén perfectamente integrados y nuestra masa esté lista.
 
Una vez esté preparada tenemos dos opciones: o estirarla con un rodillo entre dos trozos de papel de cocina y meterla a la nevera en planchas, o hacer una bola, meterla bien envuelta en papel film y estirarla luego.
Ha de estar al menos una hora, para que la mantequilla endurezca y la masa quede perfecta al cortarla con los cortadores.
 
 
Para las decoraciones con glasa es muy importante que las galletas estén "niveladas", es decir, que estén bien planitas.
Os aconsejo usar un rodillo con aros niveladores, o si no, como hago yo, poner unos listones de madera para apoyar el rodillo y que la masa quede perfectamente lisa.
 
Como no tenía cortador de huevo, lo que hice fue aplastar un aro de emplatar (super barato) hasta dejarlo con la forma que quería. ¡Más sencillo imposible, y sin salir de casa!
Utilicé también uno de flor mediano, para que no fuesen todas con la misma forma.
 
Vamos cortando las galletas y poniéndolas sobre papel sulfurizado en la bandeja del horno.
Otra precaución básica para que queden bien planas es hornearlas en una chapa o bandeja, nunca en la rejilla aunque pongamos una lámina de silicona, acabarán deformadas e inservibles para decorar.
 
Las metemos en el horno precalentado a 180º unos 10 minutos, en cuanto los bordes empiecen a dorarse están listas.
 
Las dejaremos enfriar sobre una rejilla, para que no se humedezcan.
 
 
Para hacer la glasa necesitaremos dos ingredientes básicos: clara de huevo (imprescindible que sea pasteurizada si vamos a guardar las galletas varios días, las venden en Mercadona o Alcampo) y azúcar glas.
También podemos añadir una pizquita de cremor tártaro, si tenemos, pero no es imprescindible.
 
Batimos ligeramente la clara, añadimos la punta de una cucharilla de cremor tártaro y vamos echando poco a poco el azúcar glas, removiendo continuamente y viendo como va espesando poco a poco.
Yo esto lo hice a mano, pero puede hacerse con batidora de varillas.
Es importante no airear demasiado la mezcla, para que no se fomen burbujas, ya que luego las tendríamos que eliminar.
 
Para decorar estas galletas necesitaremos una textura de glasa densa, casi como una pasta dentífrica.
Una vez está lista la glasa, la separamos en diferentes cuencos y añadimos los colorantes (utilicé en gel) para conseguir los colores que queramos.
 
Ponemos la glasa en biberones de cocina o en mangas con boquilla.... y a disfrutar: línea por aquí, puntito por allá...
 
Yo para las galletas utilizo las boquillas nº 1, 2 y 3 de wilton, sobre todo la 2, es mi favorita.
Os recomiendo usar manga en lugar de biberones, se controla mucho más la mano de esta forma.
 
Podemos hacer algún detalle (como en este caso las pupilas de los pollitos) con rotuladores comestibles, y también utilizar sprinkes o azúcar de colores para darle más colorido.
 
Cuando las tengamos listas las dejaremos secar unas cuantas horas sobre una rejilla (mejor toda la noche, más vale que sobre que que falte).
 
 
¡Y ya sólo nos queda empaquetarlas "monamente", y entregárselas a la afortunada!
 
Yo pensaba que le iba a dar pena comérselas, pero en cuanto las vio cogió el pollito grande como una loca y  casi no me dio tiempo ni a sacarle una foto, se lo quería comer sí o sí cuanto antes.
 
Esta es la única que tengo con el pollito entero en sus manos (enfocado todo menos el pollito, "genial"), en todas las demás ya está mutilado.
Y menos mal que la frené, que si no ni esta conseguía. ¡Muy buena señal, le encantaron!
 


jueves, 15 de marzo de 2012

BOCATA DE POLLO, BACON Y HUEVO PARA EL #DIADELSUPERBOCATA


¡¡¡¡Hoy es el #diadelsuperbocata !!!! Y es que para una persona que todos los días desayuna un sandwich y bastantes veces cena algún derivado, el día del superbocata es un día especial.

Hace unos días leí en twitter que hoy día 15 de marzo se iba a celebrar el #diadelsuperbocata, así que decidí unirme, al igual que por ejemplo el día de la #megamagdalena y el día de la #megagominola.

En lo que llevamos de mañana ya he visitado algunas propuestas, como estas de I feel Cook , La Cultura del Tupper , o este tan original de Galletanas.

Si publican alguna lista ya os pondré el enlace para tenerlos todos bien fichados, no os preocupéis.
Edito, pinchando aquí os llevará a la lista de participantes, nada más y nada menos que 105, y algunos con varias propuestas.


Mi propuesta no es nada original, pero está muy bueno y... ¡es enorme! Una animalada, me atrevería a decir. En las fotos no se aprecia lo gigante que era.

Hace unos días compré este pan para tostas (en cuanto lo vi se me iluminaron los ojos, era perfecto para el #diadelsuperbocata.
Son 4 rebanadas de 100 gramos cada una. Enormes, y bastante compactas aún sin dejar de ser blandas. Perfecto para tostas y estos bocatas en los que con pan normal acabaríamos teniendo una masa húmeda y deshecha entre las manos.
Tengo que deciros que aguantó de principio a fin perfecto, sin moverse ni romperse en ningún momento. Como decía aquel anuncio: ¡este pan lo aguanta todo!

 

No os pongo las cantidades porque como cualquier buen bocata está hecho a ojo y al gusto del comensal, así que cada uno que lo personalice al suyo.
Ingredientes:
- 3 rebanadas de pan gigante
- pechuga de pollo a la plancha
- queso maasdam
- lechuga
- tomate
- cebolla
- bacon a la plancha
- huevo frito
- salsas varias (ketchup, mostaza y césar)



Empezaremos tostando el pan, no demasiado pero sí para que coja un puntito dorado y crujiente.

Hacemos el pollo a la plancha, el bacon, y por último el huevo frito. Es importante dejar el huevo para el final, para que esté bien calentito y cuando lo rompamos la yema esté totalmente líquida y se reparta por todo el bocadillo.

Podemos montarlo en el orden que queramos, yo lo hice así: pan, pollo, queso, lechuga, tomate, cebolla, pan, bacon, huevo y salsas.


¡Y ya sólo nos queda disfrutarlo! Esta si que es una entrada super rápida, ¡que nadie se queje hoy de mi rollo persianero, por favor!

Es perfecto para cuando nos apetece algo "guarro" pero no queremos que sea demasiado insano... y si nos sentimos muy culpables, podemos quitarle el bacon, aunque no lo recomiendo, le queda genial.

Este superbocata lo comimos el domingo, y aunque no fuimos capaces de acabarlo del todo nos hizo vegetar toda la tarde. Una siesta de las que marcan historia, y por supuesto por la noche casi ni cenamos.
De hecho creo que aún tengo parte en el estómago esperando a ser digerido.

Mirad, mirad a lo que tuve que "enfrentarme". Menos mal que soy una valiente.

viernes, 2 de marzo de 2012

BIZCOBOLAS: OVEJAS


¡Beeeeeee! En cuanto vi estas ovejitas en The Decorated Cookie me quedé prendada... ¡me parecieron super graciosas!

Así que enseguida compré los palitos de pan para las patas y me lancé a hacer este rebaño... en el que no podía faltar una oveja negra.

Son un poco más laboriosas que las anteriores que había publicado (estas y estas), pero con un poco de maña y paciencia podemos conseguir que queden bastante bien.

Con las cantidades que os pongo me salieron 8 ovejas.

Ingredientes:
- 150 g de bizcocho de chocolate
- 75 g de queso crema

Para decorar:
- palitos de pan con sal
- chocolate blanco
- chocolate de cobertura
- coco rallado
- sprinkles para ojos y bocas




La forma de hacerlas es la de siempre: pesamos el bizcocho y lo desmigamos lo máximo posible.
Un método muy efectivo es coger dos trozos de bizcocho y frotarlos uno contra otro... poco a poco se irá deshaciendo sin ningún esfuerzo.

Yo compré un bizcocho pequeño de chocolate, ya que no tenía ningún resto casero y  no me apetecía dedicarle demasiado tiempo a las ovejitas por si no quedaban bien.

He de confesar que cuando empecé a hacerlas no las tenía todas conmigo, pero al final creo que quedaron bastante "cuquis".

Una vez tengamos desmigado el bizcocho, pesamos y apartamos el queso crema (queso de untar), y lo vamos mezclando con las migas de bizcocho poco a poco, sin ponerlo todo a la vez.

Dependiendo del tipo de bizchocho que utilicemos, necesitará más o menos cantidad de queso.

El que yo utilicé estaba muy bueno pero era mucho más graso que uno hecho en casa, así que no me hizo falta utilizar los 75 gramos.
Y menos mal que no se lo puse todo, porque aún así la mezcla quedó bastante blandengue.


En total mi masa pesaba 245 gramos, así que la repartí en 8 porciones de 30 gramos.  (Si, los 5g que sobraron me los comí, como sospecháis).

Luego dividí cada porción en otras dos, de 24 y 6 gramos (aproximadamente, no eran todas exactamente iguales).

Tanto para dar forma al cuerpo como a la cabeza hacemos lo mismo: con las manos formamos una bola y luego la aplastamos un poco.
Los vamos poniendo todos sobre un plato o una bandeja y cuando estén todos listos los metemos al menos una hora en la nevera, para que estén bien firmes.


Una vez haya pasado esa hora, podemos empezar a cortar las patas y los pescuezos.
Esos palitos de pan son muy fáciles de encontrar en cualquier super, nuna me había fijado en ellos pero creo que pueden dar mucho juego para decorar.

Tendremos en cuenta que van un poco clavados en el cuerpo, no debemos dejarlos demasiado cortos.

En un bol derretimos una pequeña cantidad de chocolate blanco (en el microoondas o al baño maría), y  vamos mojando cada pata y clavándolas en el cuerpo de nuestras ovejitas.

Cuando tengamos las 4 patas clavadas, la ponemos "patas parriba" en el plato, ya que volverá a i ra la nevera.

Hacemos lo mismo con los pescuezos y las cabezas, mojando un poco el palito en el chocolate blanco, y clavándolo en la cabeza.

Una vez tengamos este paso completo, veremos como nuestras ovejas van tomando forma, aunque cuerpos y cabezas sigan estando separados.

Volvemos a meterlos en la nevera, al menos otra hora, para que el chocolate se endurezca y fije las extremidades.


Pasada esa otra hora, fundimos otra vez chocolate blanco, esta vez bastante más cantidad, yo utilicé en total casi 2 tabletas de 75 gramos.

Vamos cogiendo los cuerpos con cuidado por las patas, y los sumergimos en el chocolate blanco. Levantamos, dejamos escurrir unos segundos, y les damos la vuelta para apoyarlos ya sobre las patas.

Este es uno de los puntos más delicados, sin las bizcobolas están blandas pueden caerse atravesadas por las patas.

Cuando tengamos la mitad cubiertas de chocolate, las vamos pasando por coco rallado en el mismo orden en el que las hayamos bañado.
Si las rebozamos con el coco justo después de bañarlas en chocolate, se escurrirá  y quedará con formas raras (una de las cosas que aprendí hoy, en algunas se notan las marcas).


Cuando los 4 cuerpos estén listos, haremos las 4 primeras cabezas.
Con cuidado ponemos chocolate en la parte posterior, y la pasamos también por el coco rallado.

Pinchamos cada pescuezo en su correspondiente cuerpo, en la parte de abajo si queremos una oveja paciendo o más arriba si la queremos vigilando a sus vecinas o mirando el paisaje.
Podemos poner un poco más de chocolate blanco rodeando el palito y espolvorear luego con coco para que no se note, así quedarán más seguras las cabezas.

Cuanto estén las 4 primeras listas, seguimos con las otras 4.
Supongo que si trabajamos muy rápido podríamos hacerlas todas del tirón, pero yo me llevo regular con el chocolate y prefiero hacerlas por tandas.

Para hacer la "oveja negra" derretí chocolate de cobertura y lo mezclé con coco, para que tuviese una textura parecida a las blancas.

No debemos de preocuparnos si en las caritas tienen trocitos de coco, luego se quitan muy fácilmente con un pincel.

Volvemos a llevar nuestaras ovejas un rato a la nevera, hasta que los chocolates hayan endurecido.


¡Ya casi está listo nuestro pequeño rebaño!

Como os decía antes, quitamos con un pincel el exceso de coco de la cara (o incluso del cuerpo, si vemos que tiene demasiado).

Ponemos unos sprinkes para hacer los ojos y la boca, y pintamos con un rotulador comestible las pupilas.
Podemos jugar para darles diferentes expresiones a nuestro antojo, algunas quedan muy graciosas.

Me quedaron un poco cabezonas, tanto que algunas no paraban de caerse de morros... qué penita me daban las pobres! Tanta tanta que tuve que rematarlas para que no sufriesen más.
Entendedme, no podía verlas en ese estado.

Mirad, mirad la cara con la que trataban de intimidarme para que las dejase disfrutar un poco más de la vida... ¡se las saben todas!